Necrológicas

“Avatar, el camino del agua”

Domingo 18 de Diciembre del 2022

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Guillermo Muñoz Mieres
Periodista

2022, EE.UU.

Director: James Cameron
Protagonistas: Sam
Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Kate Winslet, Stephen Lang y Cliff Curtis

En salas de cine de Punta Arenas y Puerto Natales

“Avatar, el camino del agua” es el retorno al universo fantástico de Pandora, un mundo hiperrealista y digital rodeado de bosques, acantilados y océanos, el cual es habitado por los Na’vi, seres que, aunque no por altura, se parecen a los personajes animados de los Pitufos, porque son azules, viven en comunidad conectados a la naturaleza y se ocultan de la raza humana.

Es también el retorno de James Cameron, un realizador de gran importancia para la industria del cine porque aún con pocas películas y cuatro décadas de oficio, ha aportado relatos visuales de alta adrenalina, con tecnología de punta y que para el negocio siempre son buenas noticias cuando de llevar gente a las salas de cine se trata.

Entre sus mayores méritos se encuentra haber inmortalizado  a Arnold Schwarzenegger  como “Terminator”, un robot asesino al que no lo detiene  el tiempo ni el espacio y que deja a los sicarios humanos actuales como personajes de “Toy Story”. Y también haber  destrozado la taquilla con Leonardo di Caprio y Kate Winslet en el imaginario romántico de fines del siglo pasado a bordo de un barco llamado “Titanic” que, aunque todos sabían se iba a hundir, lo importante era saber “el cómo”.

En “Avatar” (2009) la novedad fue el mundo virtual y conceptual  de Pandora junto al  uso masivo de la tecnología en 3D (que en las salas de cine de Punta Arenas llegó  mucho después), lo cual aumentaba el deleite y espectáculo visual por sobre un guión convencional y una historia ya conocida que bien podía ser una versión 2.0 de “Danza con Lobos”, aquella cinta actuada y dirigida por Kevin Costner donde un militar se interna en territorio indígena para hacer patria, se relaciona con las tribus, aprende su cultura, se enamora y después se vuelve desertor y, según donde se mire, traidor a su país. En el caso de “Avatar” el militar voluntario es Jake Sully, un joven discapacitado que- con la ayuda de maquinarias que se conectan al cuerpo y el sueño- se infiltra en el mundo de Pandora, pero quizás demasiado porque de ser blanco, depredador y sapo, se vuelve azul, ambientalista y líder guerrero del enemigo.

“Avatar, el camino del agua” transcurre más de una década después de aquellos acontecimientos y ahora  el ex soldado y desertor tiene una familia, es feliz y no añora sus tiempos de carne y hueso.

Al igual que la primera entrega es una película donde la forma supera al contenido. Poco importan los actores y actrices, nos enteraremos al final quién es quién, tampoco la historia, y si antes era “Danza con Lobos” ahora  las referencias visuales pueden ser múltiples   desde “Apocalispsis Ahora”, “Como entrenar a tu dragón”, “El náufrago”, “Liberen A Willy” y hasta en la batalla final a la misma “Titanic”. Lo que importa es el espectáculo visual y que ahora tiene su punto alto bajo el agua donde, con o sin lentes  3D, nos sumerge en un acuario sin apenas darnos cuenta.