Gabriela Mistral: 100 años de Desolación
- A partir de la publicación de esta obra, Gabriela Mistral emergió como una de las
más promisorias escritoras latinoamericanas de la primera mitad del siglo XX.
Por Ernesto Fernández
de Cabo Arriado
Profesor
En 2022 se conmemoraron los 100 años de la primera edición del libro Desolación, una parte importante de esta obra se escribió en Magallanes, tierra en donde la pluma de la Premio Nobel Gabriela Mistral dejó consignado sus poemas, en un espacio tan inspirador como la posada ¨Tres Pasos¨ y como telón de fondo el paisaje cautivador de las Torres del Paine.
En Desolación están expresadas sus vivencias, su sentir, dolor, penas, nostalgia, soledad, lejanía, un amor presente en la ausencia. En las largas noches que pasó Gabriela en esta austral región, la biblia fue su compañera, el amor lejano no correspondido la persigue, le preocupa su madre a quien dejó en el norte. Todo esto está de algún modo reflejado en Desolación. En el interior de Gabriela hay vacíos, un paisaje triste, desolado la acompañan y ella escribe… Muchos escritos van a parar al Estrecho, la escritora encuentra, alejada de su mundo, una válvula de escape para plasmar su estado de ánimo y que está claramente en parte importante de esta obra. Pero también en este lejano rincón del país, encuentra un espacio para la reflexión, la libertad necesiaria para expresar sus sentimientos, sin los obstáculos que tuvo en el norte y de un país que fue ingrato con ella. La poeta misma dice ¨escribí para no morir¨.
Si fue o no feliz en la Patagonia, es siempre una incógnita, lo cierto es que fue una mujer prestada en Magallanes. Su labor fue fructífera, no sólo dirigió un liceo sino lo mejoró, enseñó a las mujeres de los obreros, dirigió la edición de la revista Mireya, dictó charlas en la Sociedad de Instrucción Popular, creó bibliotecas, propuso una reforma educacional, exigió el uniforme escolar, pero además se dio el tiempo para escribir. En el paso por esta apartada región del mundo está su impronta, dejada en los escritos en su inmortal obra Desolación.
Circunstancias
de la publicación
de Desolación
En 1921, el director y profesor del Instituto de Las Españas de la Universidad de Columbia, Nueva York, Federico de Onís, ofreció una conferencia a profesores y alumnos de español de Hispanic Institute, sobre la poesía de Gabriela Mistral, cuyas canciones ya eran conocidas en América y Europa. Tal fue la impresión originada en los oyentes, la lectura y análisis de los poemas, que manifestaron un interés de verlos publicados en un volumen aparecido al año siguiente, 1922.
El primer libro de la poetisa chilena salía a la publicidad bajo los auspicios del Instituto de las Españas. Tras este hecho la fama de Gabriela Mistral alcanzó lindes de universalidad y su figura comienza a perfilarse entre los grandes de la literatura universal. El título Desolación se ha tomado del primer poema de la sección Naturaleza.
“La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde me ha arrojado la mar en su ola de salmuera.
La tierra a la que vine no tiene primavera
Tiene su noche larga que cual madre me esconde.
El viento hace a mi casa su ronda de sollozos
Y de alarido y quiebra, como un cristal, mi grito.
Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,
Miro morir inmensos ocasos dolorosos.
A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido
Si más lejos que ella sólo fueron los muertos
¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto
Crecer entre brazos y los brazos queridos!”
Desolación está compuesta de poemas agrupados bajo los epígrafes Vida, La Escuela, Infantiles, Dolor y Naturaleza. Además, de una colección de escritos en prosa poética y de 4 canciones de cuna.
Sin embargo, la misma Gabriela Mistral esclarece “…Algunos se engañaron pensando que Desolación representaba una experiencia nacida en el ámbito magallánico. No, ese hielo lo ha traído de las regiones soleadas, que para su corazón fueron tierras glaciales…” (Gabriela Mistral Pública y Secreta, Volodia Teitelboim).
Llegó a Magallanes con una herida, el amor del poeta Manuel Magallanes Moure y se va con esa herida, tal vez no cicatrizada. La obra entonces será un desahogo y respecto a su ostracismo austral señala “…No olvide que fue el principio de mi catarsis, despojada de mi mundo habitual, extrañada, donde esa desolación termina solicitando a aquéllos el perdón de su amargura…”.
En el voto se demuestra el espíritu de esta obra y la misma Gabriela nos dice
“Dios me perdone este libro amargo y los hombres que sienten la vida como dulzura, me lo perdonen también.
En estos cien poemas queda sangrando un pasado doloroso, en el cual la canción se ensangrentó para alivianarme. Lo dejo tras de mí como a la hondonada sombría y por laderas más clementes subo hacia las mesetas espirituales donde una ancha luz caerá, por fin, sobre mis días. Yo cantaré desde ellas las palabras de la esperanza, sin volver a mirar mi corazón, cantaré como lo quiso un misericordioso, para ‘consolar a los hombres’. A los treinta años, cuando escribí el ‘Decálogo del Artista’, dije este Voto.
Dios y la Vida me dejen cumplirlo en los días que me quedan por los caminos…”.
De las obras de Gabriela Mistral, Desolación es tremendamente significativa porque fue la primera donde se compilan los escritos de la Nobel, donde la Mistral nos expresa sus sentimientos y su estado de ánimo. Pareciera ser que es un desahogo amargo y es por eso que la poeta no la considera su obra cumbre. En la Antología poética de Gabriela Mistral de la Editorial Universitaria donde Alfonso Calderón nos entrega una fiel respuesta a las preguntas de una entrevista a Gabriela Mistral, Calderón nos asegura no haber agregado una sola palabra a los textos y todo lo que va en las respuestas es de la poeta. Ante la pregunta de no mostrar mucho afecto por Desolación y cuál es su obra preferida contesta: “Tala es mi verdadera obra… Mucho más interesante que Desolación, aunque a usted le parezca extraño. Más tarde la leerá y se acordará de mí. Es la raíz de lo Indoamericano…”.
Es lógico pensar que la obra Desolación no fue de su agrado por el contenido de la misma, por todo lo amargo que expresa, no por ello pierde la calidad sus escritos y el estilo que conjugan los momentos y un pasar triste en su vida, quizás muchos escritos fueron a parar a las aguas del Estrecho, mudo testigo de su pasar por estas tierras magallánicas.