Jefe PDI contra el crimen organizado descarta que las maras se estén instalando en Chile
El prefecto inspector Paulo Contreras, jefe nacional Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de la PDI, descartó este sábado que la posible presencia en Chile de las maras, peligrosas organizaciones criminales que operan principalmente en Centroamérica.
Esta alarma se generó durante la semana, cuando la PDI solicitó una sesión secreta a la Comisión Especial Investigadora sobre Criminalidad en la Macrozona Norte de la Cámara de Diputadas y Diputados, con el fin de abordar el ingreso de este grupo criminal, que opera en países como El Salvador, Honduras y Guatemala.
Pese a esto, el prefecto Contreras aseguró que “hasta el momento lo que nosotros tenemos en materia investigativa -eso significa un trabajo en conjunto con las diferentes fiscalías-, no existen antecedentes para decir que como estructura este grupo se encuentre insertándose en el país o instalándose con alguna mirada de iniciar operaciones criminales determinadas”.
“No hemos tenido la posibilidad de detectar por los pasos de controles oficiales que haya ingresado alguien que tenga esas características. Pero de ser verificable el ingreso, tenemos la capacidad de reacción de poder instalar, previa comunicación al Ministerio Público, los sistemas de monitoreo oportuno para controlar su desplazamiento en territorio nacional”, analizó también en entrevista con La Tercera.
En esta línea, dio cuenta que “si esa persona registra algún encargo internacional, independiente que pertenezca a una u otra organización criminal, esa persona va a ser detenida”.
En cuanto a las opciones de que Chile sea una opción concreta para este tipo de bandas internacionales, Contreras afirmó que “sí existe un interés para instalar diferentes niveles de operaciones en nuestro territorio”.
Finalmente, sobre las características de las maras, detalló que “son organizaciones que responden más bien a la lógica cultural de la región en la cual se están insertando. Son organizaciones que están acostumbradas a un nivel de violencia que desafortunadamente la literatura indica es muy alto”.
“Son niveles a los que la región completa ha estado sometida durante décadas. No hay que olvidar que las maras comienzan a instalarse en El Salvador a partir de la década de los años ‘80, precisamente producto del enfrentamiento social que experimentan las diversas facciones que existían durante la guerra civil de ese país. Eso, más el aumento de la migración irregular, les jugó a favor”, puntualizó.