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Inversión en caletas en la comuna de Punta Arenas

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 23 de Enero del 2023

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La semana pasada hacía un repaso respecto de la anunciada, necesaria o en desarrollo de la construcción de infraestructura portuaria, especialmente para la pesca artesanal y la conectividad de localidades aisladas en Isla Navarino y en el sur de Tierra del Fuego.

Ahora, la idea es revisar algunas consideraciones para el caso de la comuna de Punta Arenas. Sin contar con la mega infraestructura que sería plausible y estratégica materializar en la ciudad o en su entorno inmediato, quiero referirme a la infraestructura de caletas y equipamiento para el sector pesquero artesanal. No soy experto en materia portuaria, pero creo saber lo que se requiere como apoyo, reforzamiento y desarrollo para un sector muy importante de la economía regional y el aparato productivo, como lo es el sector de la pesca artesanal (y no tan artesanal) pero más importante para la comuna y región en su integralidad, con los recursos que poseemos (en abundancia y singularidad). 

Desde año 2006 cuando inició operaciones la Caleta de Pescadores Artesanales de Barranco Amarillo, con las virtudes y limitaciones de esta nueva Infraestructura, se ha provisto por parte del Estado, de una infraestructura que ha buscado resguardar y facilitar la operación de casi un y medio millar de naves y embarcaciones que se dedican a la pesca de diversos productos del mar. En un primer momento o tiempo, el lugar contaba con un pequeño restaurante que muy luego fue dado de baja o no siguió en operación. Conseguir productos del mar en la capital regional, no es tan complejo, pero los precios y su consumo masivo, no ha logrado instalarse, en una región que tiene el privilegio de poseer productos como la merluza austral (muy codiciada y apetecida en otros lugares del mundo, especialmente en España) y bivalvos que se quisieran en el norte del país. Erizos que viajan al otro lado del planeta y ostiones que superan largamente a los que se encuentran en la Región de Coquimbo. Para que vamos a hablar del privilegio y la maravilla que significa el cangrejo real, centolla o king crab.

Sin embargo, el surgimiento y mejoramiento de caletas, cuando hoy se proyecta la ansiada caleta de Bahía Mansa (lo que es muy necesaria y esperada), no ha ido aparejada de las necesarias concatenaciones o vinculaciones directas (y casi obvias), del equipamiento de lugares de degustación y de equipamiento turístico. Ya se quisieran esta abundante y diversa riqueza marina en cualquier punto del planeta, pero aquí, de tan encima que la tenemos parece que no la viéramos.

Es muy probable que al mundo pesquero artesanal, no le interese el consumo local, pero estimo que se deja pasar una oportunidad, de fundar en los productos del mar y las importantes inversiones que el Estado ha efectuado, efectuará o tiene que hacer, el elaborar estrategias más integrales, que sólo proveer de molos de abrigo, grúas, tecles e instalaciones de servicios básicos. 

La integración de lo gastronómico, de la Industria colateral, como lo son los servicios y el turismo, no es responsabilidad claramente del sector pesquero artesanal. Alguien en una supra posición de decisión en la región o comuna puede y debe (¿?) visualizarlo y articularlo. 

No sólo se debe estructurar a juicio de este columnista, sólo los aspectos de sinergias entre lo que la región produce (o extrae) y los aspectos gastronómicos-turísticos, sino que también ver y trabajar los aspectos de aporte nutritivo y las oportunidades de mejorar la dieta alimenticia en una región donde las enfermedades cardiovasculares y la obesidad hacen deseable y necesaria una estrategia de moderar, mitigar o mejorar lisa y llanamente estos indicadores. ¿Parece razonable que un kilo de carne que ha viajado 3.000 o 4.000 kilómetros para llegar hasta nuestra región cueste más barato que un kilo de productos del mar, como un sano y nutritivo pescado producido (o extraído) en nuestros fríos mares australes.

Estamos claros que los valores que se pagan o retornan por las exportaciones, son más atractivos para nuestros productores (o extractores), pero no es menos cierto, que el Estado otorga importantes franquicias, beneficios o subsidios a este sector (como al sector ganadero u otros) que harían lógico, que una pequeña porción de lo que se produce o extrae en la región quede en la región para consumo de sus habitantes.

¿Parece lo que señalo es algo tan descabellado? ¿Llegaremos a consumir (comer) tanto en la región como para poner en riesgo las ansiadas y necesarias por cierto, exportaciones con sólo consultar una cuota de consumo regional?

En cualquier forma, la finalidad de la columna, es ver y trabajar en cada necesaria inversión de recursos públicos, la sinergia, lo holístico, lo integrador. Los recursos no sobran y el tiempo tampoco. Las necesidades apremian, el planeta está agotado. La salud no sólo es más y mejores hospitales, médicos y procedimientos sanitarios, sino que es comer y vivir sano. Eso no sólo nos hace bien y nos beneficia, sino que le hace bien al planeta. Al final, qué culpa tenemos que todos esos productos o recursos los tengamos aquí mismo. Saquémosle provecho y abramos los ojos y la mente.