Dos hitos relevantes del Club Prat al cumplir 92 años de trayectoria deportiva
- Vicecampeón de Chile en fútbol en 1991 y el título nacional en futsal en 2005.
Por Víctor Hernández Godoy
Presidente de la Sociedad
de Escritores de Magallanes
El 19 de enero recién pasado, una institución de enorme prestigio y tradición cumplió 92 años de vida. Se trata de una organización que durante décadas fue alma y cuerpo de un barrio aguerrido, luchador, que en sus comienzos, se construyó lentamente, en la periferia de un Punta Arenas que aún añoraba la época del Puerto Libre menor, (1867-1912) cuando todos los buques del mundo surcaban el estrecho de Magallanes buscando los puertos de su destino.
Así las cosas, en el verano de 1931, en coincidencia con un territorio que despuntaba como provincia, un grupo de socios con sus familias, quienes anteriormente habían fundado la Sociedad de Socorros Mutuos de Ambos Sexos Arturo Prat, decidieron crear un club deportivo en calle Serrano Nº74, con el propósito de fomentar la recreación, el sano esparcimiento y la entretención, en los centenares de niños que vivían y caminaban por las calles del lugar. A medida que crecía el barrio, crecía también, el club Prat, y aunque aparecieron otros equipos deportivos, su hegemonía en el populoso sector nunca admitió discusión.
En los primeros años, el Prat comúnmente fue invitado a participar en algunas competencias inter barriales generando varios clásicos con otros cuadros de la ciudad, entre ellos, el Riveros, el Miramar, el Orompello, y con los hoy en día tradicionales equipos de la Asociación Barrio Sur, Cruz del Sur y Estrella del Sur. Sin embargo, varios dirigentes del Prat entre ellos Abel Vargas, insistieron en la necesidad de conformar una agrupación que cobijara a los equipos del sector norte de Punta Arenas o que no tenían afiliación con ninguna entidad. De esta manera, surgió a principios de 1947 la liga Cristo Obrero compuesta inicialmente por los elencos de Colo Colo, Independiente, Nacional, Zenteno, y por supuesto, el Prat.
El apoyo que desde un principio generó el club entre sus parciales, unido a los testimonios de muchos de sus integrantes, -la mayoría de ellos fallecidos-, además de las lecturas que hemos completado en diarios y periódicos antiguos, nos inducen a creer que cada vez que un equipo de Punta Arenas jugaba con el Prat, en la práctica se confrontaba contra un barrio entero.
No es de extrañar entonces, que al interior del club deportivo se fundaran otras disciplinas como la rama de boxeo y el club de rayuela. No es de extrañar tampoco, que ya en 1958 comenzaran las tratativas para que el club se independizara de la Sociedad Mutualista y tanto, socios como hinchas comenzaran a trabajar para poseer una sede propia, la que se obtuvo después de mucho bregar.
Para ese entonces, el Prat había conseguido, gracias las gestiones del recordado dirigente Mateo Karmelic, ser admitido en la Asociación de Fútbol de Punta Arenas. Después de apenas dos temporadas en la división de ascenso, el equipo logró el título de campeón en aquella categoría, lo que significó que en la temporada 1966-67 debutara en la división de honor, iniciando su protagonismo como uno de los cuadros de fútbol más importantes y ganadores de la referida Asociación, y también, de toda la región.
Como sabemos, el Prat logró su primer título en primera serie en el torneo de 1983-84 después de dos subcampeonatos al hilo; y luego, entre las temporadas 1989-90 y 1990-91 obtuvo el bicampeonato en la Asociación de Punta Arenas. Sin embargo, al Prat se le recuerda especialmente por haber perdido ante el Carlos Dittborn representante de la 18 de Septiembre, en una dramática final jugada en el Estadio Fiscal en la primera edición del Torneo de Clubes Campeones Regionales organizado por la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (Anfa).
A un paso de la gloria
No dejamos de sentir admiración cuando recorremos el antiguo edificio ubicado en calle General del Canto Nº175. En el gran salón de actos de esta entidad encontramos las huellas que atestiguan innumerables gestas deportivas. Nos queda la impresión que se podría reconstruir la historia social y cultural de todo un conglomerado urbano de Punta Arenas apelando a la memoria iconográfica ubicada en la sede social del club Prat con sus míticos dirigentes, y los varios centenares de copas y trofeos que engalanan sus vitrinas.
En todas las disciplinas deportivas en que participa esta institución, hallamos títulos, diplomas, reconocimientos en fútbol, rayuela, voleibol, automovilismo y futsal. Ello sin dejar de mencionar otras ramas extintas o en receso, en donde el club sobresalió más allá de las fronteras de la región, generando una identidad propia en el atletismo, el basquetbol, el boxeo y el tenis de mesa.
Sin ir más lejos, y en consideración a los dos momentos que deseamos reseñar, solamente en el fútbol, Prat nos sorprende en posesión de ocho campeonatos regionales obtenidos en los años 1991, 2002, 2003, 2006, 2007, 2009, 2010 y 2015, un total que lo convierte en el club más laureado de Magallanes. El éxito a nivel adulto se reitera en el plano formativo. Las ramas infantiles de fútbol de 3° y 4° serie consiguieron a comienzos de 2020 el campeonato en la Copa Cup Osorno.
Otro tanto observamos en las competiciones de rayuela. La obtención de varios títulos locales ha permitido a los cultores de esta disciplina representar a la región de Magallanes en torneos nacionales. A modo de ejemplo, en el certamen organizado en Concepción en 2019, la pareja de jugadores, Juan Miranda y Cristian Ulloa logró un subcampeonato de Chile en la modalidad de distancia de 18 metros dupla, mientras que en categoría damas, el dúo conformado por Aurora Colñun e Irma Morales, lograron también, un vice campeonato nacional.
Por eso y quizás por tanta competencia ganada, seguramente, cuando pensamos en el club Prat, recordamos casi sin hacer distinciones, en los muchos campeonatos locales y regionales que tiene dicha organización, pero al mismo tiempo, nos resulta sorprendente que dos de sus más grandes momentos deportivos, se encuentran casi, completamente olvidados.
Sin lugar a dudas, es una tremenda injusticia para una organización que es, hasta cierto punto, un modelo a seguir. Quizás el Prat esté pagando el hecho de ser un equipo de barrio y que no pertenezca al selecto grupo de las más antiguas y tradicionales instituciones de Punta Arenas como el Chile, el Sokol, el Español o el Scout; ni tampoco, de los clubes que para conseguir logros deportivos han apostado con una fuerte inversión en la captación de jugadores como ha ocurrido con el llamado equipo de los constructores, el Cosal, ex Salfa.
Nos parece que el caso del Prat es bajo todas luces distinto, o bien, estemos posiblemente frente a un cúmulo de factores que hacen que los éxitos deportivos de este club sólo sean celebrados en su barrio de origen y en algunas poblaciones adyacentes. Hacemos esta reflexión porque nos parece inmerecido el que no se recuerde como es debido, por ejemplo, la gesta de 1991 cuando el Prat, después de obtener el título de campeón regional de clubes, y de vencer de forma holgada en el interregional sur, alcanzó el vice campeonato nacional en Antofagasta, siendo el primer equipo magallánico en conseguir ese logro deportivo.
Para el Prat participar en ese cuadrangular final fue un verdadero acontecimiento que revistió caracteres de epopeya si consideramos que la delegación puntarenense sufrió lo indecible, superando todo tipos de contratiempos para asistir a la final. A horas de comenzar el evento no estaba para nada claro si jugadores y dirigentes podían viajar a la capital de la segunda región. En último momento se resolvió acudir en un recorrido que implicaba dos etapas: primero se llegaría a Santiago por vía aérea y posteriormente, un bus trasladaría en un viaje de veinte horas, al plantel hasta Antofagasta.
No se podía fallar a la gente y así lo entendía el directorio del Prat que encabezaba Rumildo Cárcamo Cárdenas. En el regional primero y más tarde en el interregional previo jugado en Punta Arenas, el elenco pratino había demostrado su gran poderío. En el primer torneo, disputado en abril, Prat superó convincentemente al titular de la Asociación del Barrio Sur, el club Río de la Mano con marcadores de 5-1 y 4-2; y al campeón de Porvenir, el decano de aquella localidad, el 18 de Septiembre, con tanteos de 2-0 y de 4-3.
En los meses siguientes de ese ya lejano 1991, todo pareció ir miel sobre hojuelas para el equipo bicampeón de la Asociación Punta Arenas. A finales de septiembre, el Prat conquistaba en el estadio Fiscal de nuestra ciudad, el certamen que lo convertía en uno de los cuatro finalistas por el título nacional. En una verdadera guerra de goles venció al representativo de la Región de Aysén por 7-4 y en la definición, al equipo campeón de la Región de La Araucanía por 3-0.
Finalmente en Antofagasta, los jugadores del Prat sacaron a relucir fuerzas de flaqueza para sobreponerse al calor desértico de principios de diciembre. Contra todos los pronósticos que aseguraban la derrota del equipo puntarenense en el debut, el Prat terminó imponiéndose por la cuenta mínima al campeón de la Región Metropolitana, el Enrique Signé por 1-0 con gol anotado por Freddy Caibul. En el partido decisivo jugado ante el local Cervecerías Unidas, el Prat luchó contra un ambiente hostil, un arbitraje localista y un rival que tuvo las individualidades que marcaron la diferencia en un partido tan dramático como estrecho, resuelto a favor de los antofagastinos por 3-2.
Pese a estar a minutos de consumar una hazaña deportiva, el Prat volvió a Punta Arenas y aunque los integrantes del equipo fueron recibidos por sus parciales como verdaderos héroes, pronto todo lo realizado cayó en el olvido. La década del 90 del siglo pasado se recuerda preferentemente por los éxitos de Cosal, los triunfos esporádicos de elencos de Puerto Natales como Alianza Verde y Servisalud o por las finales perdidas por el Tierra del Fuego, de Porvenir.
Una nueva época
En mayo de 1998 asumió la presidencia de la institución, Arturo Soto Barría. Podría decirse que desde aquel instante comenzó el Prat a vivir un proceso de profundas transformaciones en el aspecto organizacional que se refleja en el alto nivel competitivo que muestra el club en todas sus ramas deportivas. En el último cuarto de siglo, que coincide con el liderazgo de Arturo Soto y sus diversos cuerpos directivos, el Prat ha obtenido más títulos que en sus 67 años anteriores. Basta con hacer la siguiente observación para dimensionar lo que planteamos: de los ocho campeonatos regionales de fútbol logrados por el Prat, siete han sido obtenidos durante el mandato de Soto Barría. Nos queda la sensación que el Prat dejó de ser el principal club de un barrio grande, para convertirse en uno de las instituciones más importantes de la Región de Magallanes. Recordemos que en 2009 y 2010 este club disputó además, la Copa Chile cayendo ante Provincial Osorno y Puerto Montt, respectivamente.
Uno de los mayores méritos del último tiempo, es la incorporación gradual de las mujeres en el desarrollo de distintas disciplinas entre ellas, las ramas de basquetbol, fútbol, rayuela y voleibol. No olvidemos la participación del equipo de damas en el torneo nacional de fútbol de 2003 o del cuadro de basquetbol en el Nacional de Molina de 2007, torneo en que finalizaron terceras. La institución se enorgullece también, con la creación de su escuela de fútbol inaugurada con 52 niños en 2001 y que en la actualidad forma a pequeños de entre 5 a 10 años proveyendo al club de savia joven que ha permitido al Prat efectuar de manera paulatina un relevo generacional sin grandes contratiempos.
Pero no todo puede ser siempre alegría. A veces, el exceso de triunfos suele marear o nublar a las personas, como asimismo a las instituciones. Se pierde la perspectiva de los objetivos iniciales, para los cuales fueron creadas las organizaciones. El Prat alcanzó su cenit deportivo tal vez en los años 2002 y 2003, cuando después de conseguir el bicampeonato regional de clubes campeones representó a nuestra región en el zonal sur en 2004. Todos los entendidos señalaban que el Prat contaba con buenas opciones de alcanzar una nueva final nacional; algunos comentaristas especulaban con la posibilidad incluso, de ser campeones de Chile. Nada de aquello aconteció. Por el contrario, hubo desórdenes en la concentración, seguido de los reclamos ante la Anfa y las sanciones correspondientes. En suma, una gran decepción, que marcó a toda la familia del Prat por igual.
Recuperando la mística
En diciembre de 2005 el Prat se hallaba cuestionado todavía por la opinión pública cuando clasificó junto a Cosal para competir en el campeonato nacional de futsal en Talcahuano. Dirigentes, cuerpo técnico y jugadores, se habían hecho una promesa antes de saltar al gimnasio La Tortuga: recuperar el honor perdido y la credibilidad de la gente.
Todos los equipos que participaban en el evento tenían planteles especializados en la práctica de este deporte. No obstante, ello no fue óbice, para que el Prat brindara una actuación extraordinaria. En su grupo, venció categóricamente a Embomor de Concepción, por 20-1; a la selección de Ancud por 18-3, y al elenco local de Talcahuano por 11-4. Antes del encuentro con el anfitrión, el entrenador del Prat Guillermo Faúndez comentaba los triunfos de Cosal en el otro grupo: “Eso nos obligaba a vencer al local y terminar también primeros en nuestra zona para no toparnos en semifinales con Cosal, porque el deseo de todos era una final magallánica”.
El anhelo del técnico se cumplió sólo en parte. Prat derrotó en el mejor partido del torneo a su similar de Concepción por 11-9. En tanto, Cosal caía ante Talcahuano. En la final, el cuadro puntarenense fue inmensamente superior a los locales venciendo por 9-4. Luego de finalizado el cotejo, el técnico Faúndez expresó: “La final fue más tranquila porque ya conocíamos al rival, sabíamos cuál era su poderío y los árbitros no pudieron influir ya que fuimos tremendamente superiores e incluso el público lo reconoció con aplausos”.
En medio de un campeonato que prácticamente no tuvo difusión, nadie comprendía que el Prat lograba en ese instante el más grande éxito deportivo de toda su rica historia. “Hubo muy poca publicidad, muy poca cobertura en los diarios de la zona, ninguna radio. Pareciera que, pese a tener una liga laboral de 28 equipos de futsal, Concepción no respaldó a los organizadores”, mencionaba el director técnico de los pratinos, quien, visiblemente emocionado apuntaba con certeza al verdadero sentido de esa victoria: “Cumplimos con creces. El balance es tremendamente positivo porque vinimos con dos misiones claras: lograr el campeonato y limpiar nuestra imagen como personas y como club deportivo”. El histórico plantel estaba integrado por los jugadores José Luis Agustinos, Luis Alvarado, Iván Barrera, Christian Bristilo, Cristián Cárdenas, Hernán Muñoz, Jorge Oyarzún, Luis Oyarzún, Ramón Tangol y Mauricio Uribe.
El triunfo alcanzado en Talcahuano le permitió al Prat representar a nuestro país en el campeonato sudamericano de futsal en Jaraguá, Brasil, en enero de 2006. Las expectativas ahora no eran muchas. Este deporte de reciente práctica en Chile, había ocasionado goleadas desastrosas a otros elencos nacionales. El Prat en cambio, con una plantilla compuesta con jugadores no habituados al futsal, efectuaron una dignísima presentación cayendo ante los poderosos cuadros de Atlántico de Brasil por 4-5; Nacional de Uruguay, 3-9; Pinocho de Argentina, por 1-9 y ante Recoleta de Paraguay por 4-8.
El Prat volvía a ser el orgullo de su gente, y también, de toda la región.