Violencia en el pololeo
El 7 de febrero de 2017, Antonia Isadora Garros Hermosilla saltó desde un decimotercero piso de un edificio del sector Pedro de Valdivia en Chiguayante, región del Biobío. La drástica decisión la adoptó para terminar con dos años de sufrimiento en el marco de una tormentosa relación con un hombre de 35 años y, precisamente, tras ser agredida por su conviviente.
Antonia tenía sólo 23 años.
Este caso llevó al Congreso a declarar el 7 de febrero como el Día Nacional por la “No Violencia en el Pololeo”, decisión refrendada en el Senado en noviembre de 2021.
La efeméride busca visibilizar la violencia en el pololeo y deslegitimar todo acto de agresión en las relaciones afectivas, promoviendo acciones de reflexión y encuentro para que haya mayor conciencia sobre la realidad que enfrentan miles de jóvenes.
En Magallanes, la seremi de la Mujer y Equidad de Género, Alejandra Ruiz, hizo ver que la violencia en el pololeo es una realidad que existe en nuestra región y que, pese a que las estadísticas evidenciaron un leve descenso de los casos denunciados y/o reconocidos, aún es un mal que no se ha erradicado. Este tipo de agresiones pasaron de 16% en 2018 a 15,4% en 2022 en nuestra zona, según la última encuesta Juventudes.
En general, dicha secretaría ha estado llevando adelante una campaña contra la violencia hacia las mujeres, que lleva por lema “Sí es mi problema”. Con este eslogan, se busca a todas las personas a estar atentos a todo tipo de agresión, a involucrarse y a denunciar.
No es menor que la violencia se naturaliza entre los jóvenes y que ello tenga una expresión al interior de las relaciones afectivas. Se tiene que desnaturalizar todas las conductas que tienden a limitar la libertad y que atentan contra la integridad de las mujeres.
Particular atención se debe colocar en los controles que las parejas ejercen en nuevos espacios, como son hoy las redes sociales.
Es importante hablar de estos temas al interior de los hogares y en el ámbito escolar, donde se deben seguir realizando campañas informativas, para que los jóvenes conozcan que existen canales y redes de apoyo y acompañamiento para quienes sufren violencia en sus relaciones de pareja.