Prevenir vs. sofocar
Diego Benavente M.
Ingeniero Civil Regionalista
Hace 8 años escribimos una columna denominada “Bomberos en pobreza” donde se daba cuenta de la falta de apoyo, expresada en una entrevista, por parte de Alex Melillán, el comandante del Cuerpo de Bomberos de Ercilla, en aquel entonces una de las comunas con más emergencias en el país, muchas de ellas por la naturaleza de conflictos que caracteriza a esta comuna. Ese año en apenas dos meses ya llevaban 175 emergencias y 500 salidas a terreno, con 3 compañías y 30 voluntarios, con un promedio de 8 emergencias diarias, así nadie puede.
También se daba cuenta de las tres muertes de voluntarios en servicio ocurridas en aquel entonces en La Araucanía, en Metrenco y Collipulli, lo que sin duda demuestra el peligro de su función voluntaria y admirable, en beneficio de toda la comunidad, sin distingos, combatiendo incendios rurales y forestales, ataques incendiarios y también quema de camiones en la carretera. En esta temporada 2023, con grandes superficies con incendios forestales en el sur de Chile, que incluso han afectado sectores urbanos de ciudades, pueblos y villorios, como lo ha sido el caso de Purén, cobra mucha vigencia el pauperismo de nuestros bomberos regionales en especial los de las comunas rurales
Como lo expresaba el comandante en esa entrevista, “muchas veces recibimos lo que bota el resto de los cuerpos de Bomberos, con el consiguiente gasto de reparaciones por panas”, desde la fundación del Cuerpo el año 1967 habían tocado a esa fecha un solo carro nuevo.
Decíamos en aquella época, que esta situación de Bomberos en pobreza, se repite en la mayoría de las comunas rurales no así en las grandes urbes, viven al tres y al cuatro y reciben los carros que otras dan de baja. Esto con el consiguiente aumento en los costos de mantención, para comunas que reciben escasos aportes. En cambio, las que encabezan el ranking, siempre reciben carros nuevos cuya mantención por el contrario es mucho menos demandante de recursos. Lo bueno es que esto cambió radicalmente, hace 5 y 4 años, cuando se les dotó de dos nuevos carrobombas, uno para Ercilla y otro para Pailahueque, así como el generoso apoyo en equipamiento de la empresa privada con presencia en la comuna, enhorabuena.
La gravedad del daño producido en vidas humanas y destrucción de poblaciones así como la quema de patrimonio forestal, agrícola, frutícola, de apicultura e incluso con la vida de muchos animales, amerita y urge el que se pueda aprovechar esta dura experiencia en poder repensar el abordaje de esta grave situación desde la prevención, generando una coordinación activa permanente que aproveche la experiencia de las distintas instituciones.
Si se está hablando por parte del gobierno de regulación forestal, porque no diseñar una gobernanza institucional permanente que este previniendo todo lo que se pueda hacer durante el año, por ejemplo fiscalizando las franjas cortafuegos alrededor de los poblados, con Bomberos con una unidad rural/forestal a la que se le asigne presupuesto y recursos humanos. Reflotar la iniciativa legislativa del fallecido senador Horvath que establece la obligación de reemplazar las plantaciones pirogénicos (pinos y eucaliptus) que se encuentren en los espacios contiguos o dentro de los límites poblados en al menos mil metros. Asimismo se pueden estudiar las 8 recomendaciones del Colegio de Arquitectos que entre otros postula el poder tener una “normativa ambiental y de planificación territorial que minimicen los impactos de este tipo de siniestros”. Es hora de ponerse manos a la obra preventiva como un imperativo insoslayable.