Necrológicas
Investigación en bahía Yendegaia

A través de las algas pretenden estudiar el impacto del cambio climático en los ecosistemas de fiordos y canales subantárticos

Lunes 20 de Marzo del 2023

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Sofía Oyarzún Rosales

 

A través de las algas en bahía Yendegaia pretenden estudiar el impacto del cambio climático en los ecosistemas de fiordos y canales subantárticos.

La investigación está liderada por el doctor en Botánica de la Universidad de Magallanes, Andrés Mansilla. El equipo está compuesto por investigadores y biólogos de la misma institución universitaria, especializados en el estudio oceanográfico. 

Bahía Yendegaia fue el espacio geográfico donde, en enero de 2023, se iniciaron los estudios. Su ubicación subantártica y la cercanía a glaciares, la constituyen como un lugar con características únicas.

La expedición y estudios en Yendegaia fueron posibles por un fondo otorgado al Centro Internacional Cabo de Hornos para Estudios de Cambio Global y Conservación Biocultural (Chic), al cual también pertenece Andrés Mansilla. Esa adjudicación, que hasta el momento alcanza un plazo de 10 años, fue entregada a través de la Agencia Nacional de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Ciencia (Anid). 

“Nosotros estudiamos los efectos del cambio climático global y cómo éstos se observan en los distintos tipos de ecosistemas. Los organismos presentes en estos ecosistemas, sirven como centinela del fenómeno climático global, como es el caso de las microalgas y macroalgas que estamos estudiando. Estamos ubicados en un lugar que posee una gran sensibilidad a estos cambios”, señaló Andrés Mansilla.

Existe aún un bajo impacto antrópico en estos ecosistemas subantárticos. Además, poseen un gran endemismo, es decir, que presenta especies que sólo se desarrollan en ese lugar. Bahía Yendegaia permite apreciar el retroceso de glaciares, fenómeno que se muestra como un factor más de estudio, pues es necesario conocer cómo el desprendimiento de columnas de agua dulce impactan al desembocar en aguas saladas, y qué cambios puede provocar en los procesos naturales que realizan las algas, como la fotosíntesis.

“Todo lo que existe en la Región de Magallanes, en términos marinos, depende de los bosques de algas, como los de huiro (Macrocystis pyrifera), macroalgas pardas que pueden crecer hasta 70 metros. Allí se albergan muchos organismos y también son capaces de capturar el dióxido de carbono que produce el efecto invernadero, debido a las miles de actividades industriales en el mundo”, indicó Andrés Mansilla.

Recopilación de muestras

El desplazamiento por Yendegaia se realizó por transectos a través de lanchas. “Queríamos saber cuál es la diversidad de especies en ese lugar, ver cómo afecta el calor por ejemplo. La bahía Yendegaia, producto de altas temperaturas produce perceptibles cambios, como la coloración del agua, dependiendo de las horas del día, consecuencia de la desglaciación”, comentó Juan Pablo Rodríguez, biólogo marino y estudiante de doctorado de la Umag.   

La recopilación de muestras de algas, realizadas a través del buceo, estuvo a cargo de Luka Vantomme, estudiante belga. Al respecto, Juan Pablo Rodríguez indicó que “una vez que recolectamos las muestras tenemos que inmediatamente trabajarlas, para esto herborizamos las muestras sobre un papel, las almacenamos prensándolas. A través de estas muestras, sacamos un trozo del alga, el cual será utilizado para análisis taxonómicos, además de estudios genéticos moleculares”.

La expedición a Yendegaia estrenó un instrumento sofisticado para la precisión de las muestras, el CTD, abreviación en inglés de conductividad, temperatura y profundidad. Esta herramienta se utiliza para determinar las propiedades fisicoquímicas del agua, mide temperatura, salinidad, oxígeno, profundidad del agua, la materia orgánica disuelta, también posee un sensor de clorofila, para medir la actividad fotosintética.

“Para poder explicar los patrones de la biodiversidad de algas, tomamos mediciones oceanográficas con el equipo CTD a lo largo de la bahía, para así poder registrar la gradiente ambiental, comparando cómo varía en la mañana y en la tarde, según la cantidad de sol presente, la temperatura del aire, entre otros factores. Cerca de las descargas de agua dulce, se presentarán características como menor salinidad, menor temperatura y mayor turbidez del agua, a medida que nos alejamos de la bahía, encontraremos otras características fisicoquímicas de las columnas de agua”, concluyó Francisco Bahamonde, biólogo marino y estudiante de Magíster en Ciencias de la Umag. 

Por otro lado, además de conocer las especies presentes en esos canales y fiordos, es necesario reconocer si existe presencia de algas generadoras de toxinas.  En caso de que así fuera, se pretende estudiar las respuestas de estas algas en un escenario de cambio climático global y cómo estas reaccionan a los desprendimientos de agua dulce. Entonces ¿producirán más o menos toxinas? ¿crecerán más rápido o más lento? ¿cómo podría afectar al sector primario local? ¿qué podría pasar con los mariscos? Así, son varias las interrogantes que surgen en base a esta expedición científica que apenas inicia. 

“Pretendemos hacer al menos una expedición anual, no sólo a Yendegaia, sino a otros lugares, debemos comparar la información con otros glaciares del Beagle y comparar a su vez con otros sectores que carecen de influencia glaciar” comentó Andrés Mansilla. 

Esta investigación se posiciona como el primer acercamiento a conocer las realidades ecosistémicas subantárticas, que permitirán no sólo generar un conocimiento regional, sino que nacional e internacional, presentando las bases para seguir generando investigaciones futuras. 

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