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Propietarios esperan que 2023 sea un año positivo para el sector

Buses escolares cobran entre 50 y $90 mil mensuales por el servicio de transporte

Miércoles 29 de Marzo del 2023

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  • Choferes reclaman porque los conductores de vehículos particulares no respetan los estacionamientos preferenciales para dejar y retirar a los niños de sus establecimientos educacionales.

 

Las restricciones ocasionadas por la pandemia del Covid-19 generaron una serie de complicaciones en distintos ámbitos de la vida diaria. El servicio de transporte escolar también se vio afectado, considerando que en casi dos años no hubo normalidad para el desarrollo de esa actividad. La incertidumbre generada por el coronavirus significó que varios propietarios de vehículos y que sus respectivos choferes optaran por cambiar de rubro.

Así ocurrió entre los asociados a Transporte Escolar Austral, donde previo a la pandemia tenían 63 integrantes y en la actualidad cuentan con 38 socios activos.

La presidenta, Mónica Jara, espera que este 2023 haya mayor normalidad en el desarrollo de la actividad.

No hay tarifas fijas

Sobre las tarifas por el servicio, señala que “cada transportista pone su precio. Aquí nosotros no cobramos por tramo o por sector. Por lo general se cobra $50 mil por un tramo, esto es llevar a un niño al colegio o recogerlo y trasladarlo a su casa”.

Marlene Gajardo, dirigenta de Agetepa, coincide en que entre las cuatro asociaciones de transporte escolar nunca se ha establecido un precio fijo y que cada “tía” o “tío” cobra una tarifa. Algunos solicitan $55 mil mensuales, otros $60 mil, y otros $90 mil. Las tarifas son variables y cambian dependiendo del viaje. Por ejemplo hay niños que hacen cuatro viajes al día y ahí se cobra una tarifa mayor.

A juicio de Mónica Jara, resulta imposible bajar las tarifas, ya que se vieron muy afectados con el alza sostenida del petróleo durante el año pasado. Por eso este año se optó por subir sus precios de acuerdo al IPC y lo regularon en un alza de unos $10 mil. “Ningún apoderado se ha quejado porque ellos entienden que de repente las distancias son largas y a veces uno va de un extramo a otro de la ciudad”, dice.

Mónica está en la actividad desde fines de los años ´90 y señala que la mayoría de quienes se dedican a esta actividad llevan muchos años en ella.

Verónica Verdugo pertenece a la Asociación de Transportes Magallanes (Atemag). En su caso no está trabajando su bus escolar porque no cuenta con un chofer definido para cumplir esta tarea.

Comenta que las complicaciones están en contar con un chofer que tenga licencia A1 o A3, a lo que se suma que hay conductores que cobran un sueldo muy elevado por prestar ese servicio. 

Para José Sepúlveda, dirigente de Transporte Escolar Cruz del Sur Punta Arenas, los apoderados de los niños deben preocuparse de solicitar los antecedentes de las personas a las que contratan. Señala que hay que comprobar que los choferes tengan la licencia A1 o la A3, ya que es sabido que algunos sólo cuentan con la licencia B, que no califica para el transporte escolar. Así también considera que hay que verificar que tanto “tíos” como “tías” de esta forma de traslado escolar no se encuentren en el Registro de Inhabilidades para Condenados por Delitos Sexuales. 

Marlene Gajardo, presidenta de Agetepa, lleva más de 25 años en la actividad. Señala que en la actualidad hay más de 400 vehículos de transporte escolar inscritos en la zona, lo que da cuenta de un mercado que ha crecido en los últimos años. 

En su caso, durante la pandemia, se dedicó al transporte de personal y después fue contratada para trasladar a los alumnos de una escuela de lenguaje. Este 2023 retornó al transporte escolar y volvió a una actividad que exige mucha responsabilidad y también dedicación.

 

El hábito de no respetar los
estacionamientos

Marlene lamenta que se mantenga el hábito de algunos conductores particulares por no respetar los estacionamientos asignados al transporte escolar. Ella traslada a alumnos de las escuelas La Milagrosa y Padre Alberto Hurtado y en los dos lugares ha tenido problemas con automovilistas que no respetan los lugares cedidos para los furgones amarillos.

Plantea que en algunos colegios ni siquiera hay letreros que indiquen cuáles son los espacios para los buses escolares.

Hay apoderados que se quedan a las afueras de los establecimientos, o los dejan mal estacionados. “Eso complica el trabajo diario porque al final nosotros pagamos por los estacionamientos, cuando cancelamos nuestra patente y todos los permisos correspondientes”, agrega.

Mónica Jara también opina que no hay conciencia de los conductores por el trabajo que realizan los transportistas escolares y eso se aprecia en que no respetan los estacionamientos determinados para dejar y retirar a los niños de los establecimientos educacionales.

Mientras que José Sepúlveda cree que esto se debe a una falta de cultura y de respeto hacia el resto, que lamentablemente “ocurre en todas partes”.

Añade que este rubro del transporte es periódicamente fiscalizado, pero lo irónico es que “nadie fiscaliza al ilegal que también se estaciona afuera de los colegios y que no cumple con ninguna de las exigencias que asumimos nosotros. Habría que controlar a los ilegales en los mismos domicilios donde se guardan los buses escolares y ahí se encontrarían con muchas sorpresas. El Ministerio de Transportes debería hacer eso”.

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