“Air, la historia del logo”
“Air: La historia del logo” es la nueva película dirigida por Ben Affleck, un rostro de Hollywood que como Jerry Lewis, Paul Newman, John Cassavetes, Jodie Foster y, por supuesto, el legendario Clint Eastwood, sintieron que su lugar en el mundo era estar detrás de la cámara y, más que escucharla, poder ellos decir la palabra: ¡Acción!
En este recorrido ya arrastra 5 películas bajo su autoría, unas mejores que otras, pero en todas ellas un pulso narrativo firme, ameno y, como lo ha hecho Eastwood por décadas, rescatando la mejor tradición del cine clásico que, en pocas palabras, podría definirse como tener una historia y de forma sencilla saber contarla.
Pero en cada una de ellas se encuentra Estados Unidos- como Eastwood- con sus virtudes y contradicciones, sea en la búsqueda de una niña rodeada de violencia donde pareciera que lo mejor quizás es no encontrarla como en “Desapareció una noche” (2007), los ladrones profesionales de “Atracción peligrosa” (2012) o los creativos agentes de inteligencia de la Cia de “Argo” (2012) que no se les ocurre mejor idea que inventar la falsa producción de una película para rescatar a sus compatriotas de la Irán recién tomada por los Ayatolas.
En “Air: La historia del logo” hay un poco de todo lo anterior, porque es la historia de cómo la empresa de zapatillas Nike, no de buenas a primeras, busca fichar a una joven promesa del baloncesto llamado Michael Jordan que, él aún no lo sabe, pero sí su madre y un joven creativo de la empresa, es sólo cuestión de puntos y saltos espaciales para convertirse en leyenda. Por eso al Michael Jordan nunca se le ve el rostro y los discursos motivacionales para convencerlo hablarán de su futuro con las imágenes reales de sus triunfos en la cancha, una audacia fílmica de Affleck para decir que la leyenda ya está escrita y filmada, sólo hay que comenzar a actuar según el guión que impuso el destino.
Affleck no pierde tiempo ni espacio para contar lo esencial: que el capitalismo y el talento unidos jamás serán vencidos. Y por eso las leyendas no se construyen con la pureza del arte sino también con la genialidad del negocio. Aquí es la resurrección del capitalismo en los ‘80 con Ronald Reagan, el new wave en la música y unas zapatillas que, como las de Dorothy, muy pronto volarán hacia otros universos.
“Air: la historia del logo” también podría ser una metáfora sobre el cine de Hollywood que, como bien dijo alguien por allí, es una industria que creó un arte o un arte que creó a una industria. Vaya uno a saberlo.
Lo claro es que “Air, la historia del logo” es la película de un actor de la industria de Hollywood, para algunos quizás más conocido por ser el marido de Jennifer López, alguno que otro papel para el olvido, otros no, y que no se le caen los anillos cuando se disfraza de murciélago. Se llama Ben Affleck que, como el Michael Jordan de la película, quizás no lo sabe, pero pasito a pasito se va abriendo camino para convertirse en uno de los grandes.
