Venta o arriendo, lo cierto es que el Hogar del Niño Miraflores no va más
- “De verdad es una pena que tengamos que llegar a esto, porque este fue siempre un lugar donde
los niños estaban felices”, dijo a El Magallanes la ex directora sor María Cristina Tola Roscetti.
Por Edmundo Rosinelli
No está claro si se vende o arrienda. Lo cierto es que el futuro del edificio que por más de 80 años cobijó al Hogar del Niño Miraflores está entregado a la corredora Master´s Propiedades, dado que es insostenible económicamente mantenerlo en funcionamiento. Menos si actualmente no tiene “inquilinos”.
La corredora se excusó, por ahora, de entregar mayor información. Las respuestas deben entregarlas las hermanas de las Hijas de la caridad de San Vicente de Paul.
La actual directora, sor Casinda Méndez, declinó emitir algún pronunciamiento.
Lo cierto es que en las últimas semanas se han efectuado reuniones de trabajo en Punta Arenas, con participación de arquitectos y una “hermana” de la Orden que vino de Santiago para finiquitar detalles de lo que sería una venta o arriendo.
Un edificio cuyo destino no es fácil de decidir. Por la envergadura sólo podría ocuparlo un instituto, universidad o colegio.
Historia
El joven historiador magallánico, Rodrigo González Vivar, presentó el año 2016 los resultados de la investigación que hizo sobre el “Hogar del Niño Miraflores: Patrimonio de la Caridad”.
En ese trabajo consigna que el Hogar se comenzó a construir el año 1924 y fue inaugurado en marzo de 1927. Fue “producto del accionar de las Damas de la Liga Católica, organización caritativa que desde 1915 buscó atender a la infancia desvalida en la ciudad, acorde al paradigma del asistencialismo imperante en la época. Dato significativo es que a esta entidad pertenecían las esposas de todos los integrantes del Directorio de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, Josefina Menéndez, Sara Braun, Emerenciana Blanchard, Sara Puelma, entre otras connotadas mujeres de la alta sociedad local de aquel entonces”.
A juicio del autor, la investigación buscaba visibilizar el Hogar del Niño Miraflores “como un inmueble de una potente fuerza histórica y patrimonial para nuestra región”.
Niños
Desde 1944 el Hogar del Niño Miraflores empezó a recibir diariamente niños de distintas partes de la región que necesitaban ser resguardados, ya que en sus hogares de origen no podían brindarles las condiciones de seguridad que requerían.
Bajo ese concepto comenzó el trabajo de este hogar, pero con el paso de los años esto fue cambiando radicalmente hasta terminar recibiendo menores vulnerados en sus derechos básicos. Llegaban procedentes de familias con adicciones a drogas y alcohol. Otros golpeados, e incluso abusados sexualmente.
Duro golpe
El Hogar Miraflores no escapó a los efectos de la pandemia. Como tampoco a la drástica disminución de vocaciones religiosas. Hoy cada vez son menos las mujeres que ingresan a una Orden a entregar su trabajo a Dios. Una realidad a la que no escapan las Hijas de la caridad de San Vicente de Paul.
Por eso hoy prácticamente no tienen “hermanas” que puedan trabajar en esta obra. Las pocas hoy están abocadas al tema educacional en La Milagrosa. Y viven ahí. No en la mole de cemento de 21 de Mayo.
Por ende, no se justificaría mantener operativo el gigantesco edificio del Hogar Miraflores. Es la razón principal por lo cual lo ponen a la venta o en arriendo.
Crisis
Luego de buenos años, vino una crisis, cuando empezaron a enviar al hogar niños y niñas a quienes no podían entregar los valores cristianos. Se sumaron otros problemas que a la postre derivaron en el cierre, como la falta de recursos económicos y de vocaciones.
La ex directora Sor María Cristina Tola Roscetti dice que le encantaría que el edificio pudiera albergar una obra que ayude a los más pobres.
El efecto dominó para el hogar vino con la llegada del Covid, disminuyeron los voluntarios y no pudieron atender a los abuelos y abuelas.
El hogar hoy no tiene ninguna actividad, como sucedía antes que la gente iba a misa, a visitar el santuario, la gruta. “Las puertas siempre estaban abiertas. La comunidad llegaba a ver a los niños y les llevaban dulces y regalos”, recuerda.
“De verdad es una pena que tengamos que llegar a esto, porque Miraflores fue siempre un lugar donde los niños estaban felices”, dijo sor María Cristina, oriunda de Italia, que llegó a Chile el año 1973.
Sor Cristina
Una de las “hermanas” que vivió más de 20 años en Punta Arenas, en dos etapas, y que estuvo muy compenetrada con el Hogar Miraflores es la ex directora sor María Cristina Tola Roscetti.
En marzo de 2019 la Municipalidad de Punta Arenas la premió en el marco del Día Internacional de la Mujer como vecina distinguida de la comuna.
En contacto telefónico con El Magallanes recordó este lugar como un hogar emblemático, “que estuvo siempre en el corazón de los magallánicos”.
El trabajo que realizó lo recuerda como un periodo maravilloso de su vida, “sobre todo por el trabajo que pudimos desarrollar por los niños”.
Hay quienes se criaron en el hogar y hoy son profesionales y jefes de familia. “Muchos de ellos podrían entregar su testimonio de lo que fue pasar por el hogar y lo que son ahora”, dijo.
En otra etapa también atendieron adultos mayores, algo que para ella fue muy gratificante.