Jóvenes magallánicos felices

En un país donde las noticias suelen ser de hechos negativos, delictuales, violentos y los conflictos y donde en la convivencia diaria abundan los chismes y rumores malintencionados, las encuestas que se aplican a nivel nacional colocan énfasis en aquello y reflejan, más bien, los problemas, las falencias, los desencantos y las desafecciones. Ello, sobre todo respecto de los instrumentos y sondeos que se relacionan con la política y el desempeño de los gobiernos de turno.

Por ello, llamó la atención que la última Encuesta Nacional de Juventudes haya explorado el sentir y los comportamientos de los jóvenes en todo el país, entregando porcentajes más bien alentadores. 

Incorporando 13 dimensiones, este instrumento fue lanzado el 22 de noviembre del año pasado, pero no se habían desagregado los datos por regiones.

La referida encuesta es un instrumento de medición que se realiza cada tres años y que evalúa parámetros de la vida de las juventudes tales como educación, trabajo, sexualidad, participación social y política.

Entre las diferentes mediaciones y sus resultados, cabe remarcar tres aspectos decidores, siendo el primero el  relacionado con las creencias y expectativas. Aquí resulta importante remarcar que el 86% de los jóvenes magallánicos consultados declaró sentirse feliz o muy feliz. Esto instaló a Magallanes como la segunda región del país con el índice más alto en este aspecto.

Otro elemento es el vinculado con el interés de los jóvenes en la política, con un 29%. Este porcentaje puede, inicialmente, ser visto como bajo, pero se trata del punto más alto medido en los últimos diez años. 

Un tercer aspecto a remarcar se relaciona con el ámbito laboral, pues nuestra región cuenta con la mayor proporción de jóvenes que declaran que su principal fuente de ingresos proviene del trabajo regular (53%).

Estos y otros datos levantados en la encuesta permiten al gobierno y a los distintos organismos adaptar sus políticas y oferta pública.

Así, por ejemplo, se pudieron identificar desafíos importantes en esferas de brechas de género como de la salud mental, con temáticas acuciantes como la violencia física, psicológica y ciberacoso. Otros pendientes se vinculan con la participación juvenil y la inserción al mercado del trabajo, donde quedó expuesta la falta de habilidades y competencias de los jóvenes al momento de postular o desempeñarse laboralmente.

Por ello, resulta importante que todos los instrumentos y las políticas públicas consideren las realidades regionales que pueden ser coincidentes, pero no necesariamente iguales respecto de logros, problemas insolubles y desafíos.