Necrológicas
Un viaje a través de la historia

Nao Punta Arenas de la Hermandad de la Costa recorre singladura de la Orden del “León desencadenado” en el estrecho de Magallanes

Martes 6 de Junio del 2023

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Francisco Sánchez Urra
Historiador

Las historia es mucho más que una sucesión de fechas y acontecimientos, siendo para muchos un punto de encuentro con nuestro pasado, comprendiendo los procesos y el ejercicio de la libertad del ser humano en el tiempo y espacio geográfico, lo que cautiva y suma pasiones para revivir, recorrer e investigar hechos aparentemente lejanos pero que nos unen en un continúo universal.

Para muchos este punto de encuentro se desarrolla a través del mar, en donde se genera un vínculo único y muchas veces indescriptible, cruzado por los vientos, frío y la fuerza del mar, lo cual une a aquellos que asombrados y cautivados por esa naturaleza forjan una unión única.

El Nao Punta Arenas

Es de esta manera que la Hermandad de la Costa, en palabras del capitán de la Nao Punta Arenas, Heriberto “Chuck” Hurtado “tiene como uno de sus pilares fundamentales, además de la amistad fraterna, es el amor al mar”, expresando que “para nosotros el mar es muy importante, tanto el cuidado como el conocimiento que involucre”.

Este sentido, encausado por la Hermandad de la Costa, reúne a quienes sienten un llamado especial desde el mar, motivando a redescubrir muchas historias olvidadas, que en el caso de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, se desarrollaron en complejas circunstancias, enfrentando una meteorología y geografía que para los navegantes de hoy aún sigue siendo un exigente desafío.

Una historia desconocida

Uno de los capítulos de esta historia, es la que dio origen a la Orden de Caballería del “León Desencadenado”, la cual nace desde la tragedia de cinco naves holandesas que enfrentan en el estrecho de Magallanes las peripecias de la difícil navegación, teniendo que soportar el duro invierno de 1599 en lo que actualmente se conoce como bahía Riders, a más de 100 kilómetros de Punta Arenas con dirección a la salida occidental del estrecho de Magallanes.

En 1599 bajo el mando del comandante Mau, zarpa desde Holanda una flota rumbo a Japón. En el trayecto por la ruta original, cercano a cabo de Buena Esperanza, muere su comandante y los demás capitanes toman la decisión de hacer la travesía por el estrecho de Magallanes.

En el interior del estrecho les cae el invierno y la ausencia de vientos, debiendo esperar en bahía Tilli cerca de tres meses antes de poder continuar su travesía. Mientras esperan y debido a enfermedades, mueren más de 120 tripulantes.

Los comandantes de los buques se reúnen en bahía Riders, en la isla Santa Inés, a los pies del cerro El Morrión y conforman la Orden de Caballería, con la cual juran fraternidad y cuidados mutuos. Es la primera orden de caballería conocida formada en el estrecho de Magallanes y quizás la primera en América.

Las embarcaciones protagonistas de esta historia fueron la “Esperanza”, “Libertad”, “Anunciación”, “Amor”, “Lealtad” y “Fe”, que en palabras de Javier “Pata de Palo” Solís, miembro de la Hermandad de la Costa, “fue una orden de caballería que nace de los cinco comandantes de las naves, con el objetivo de auxiliarse mutuamente, denominandola “El León Desencadenado”, culminando este viaje con el regreso tan sólo de uno de los capitanes y 45 tripulantes”.

El área donde se desarrollan parte de estos acontecimientos es bahía Riders, la cual se encuentra  a los pies del cerro el Morrión, monte granítico que se eleva unos 300 metros y desde cuya cima, tripulantes liderados por Roldán, miembros de la flota de Hernando de Magallanes, pudieron ver el cabo Deseado, es decir el anhelado océano Pacífico en 1520.

Expediciones
recordando
la odisea

La Hermandad de la Costa ya había desarrollado una expedición en el año 2013, esto con el objetivo de instalar una placa conmemorativa de la hazaña holandesa, la cual fue desarrollada en el yate “Chonos”, participando siete integrantes  de la institución, cumpliendo el objetivo dejando testimonio para los navegantes que visitaran el área, ocasión en donde participó Javier Solís, estudioso y entendido en está tremenda odisea protagonizada por los marinos holandeses.

De esta manera, diez años después, catorce miembros de la Hermandad de la Costa unieron esfuerzos para llegar nuevamente al lugar e instalar una nueva placa, rememorando una historia que para muchos aún es desconocida.

El capitán de la Nao Punta Arenas, Heriberto “Chuck” Hurtado, señala que “en el marco de las actividades conmemorativas del Mes del Mar, un piquete de hermanos nos trasladamos hasta bahía Riders a bordo de la nave “Huracán”, con el objetivo de cumplir un anhelo que por muchas singladuras se habían manifestado por parte de miembros de la Nao Punta Arenas, recalando e instalando una nueva placa conmemorativa”, manifestando que “para los que viajamos por primera vez fue muy emocionante, un sueño que venían pidiendo los hermanos desde bastante singladura, cumpliendo un tremendo objetivo”.

Recorriendo la
blanca estela de Magallanes

La navegación a través de la historia, por parte de la Nao Punta Arenas de la Hermandad de la Costa, aún no concluía ascendiendo cerro el Morrión, superando la densa turba y revivir aquel momento histórico cuando Roldan y sus hombres divisaron la salida occidental del estrecho de Magallanes.

En su regreso, navegaron en dirección a la bahía de Fortescue, antiguo puerto de las Sardinas denominado por Hernando de Magallanes, visitando la cruz instalada en el marco de los 500 años del estrecho de Magallanes, realizando a los pies de dicho monumento la “Oración al Mar”, en posición “de abordaje” mirando la inmensidad azúl, en un momento tremendamente significativo para estos hombres unidos por el mar.

El regreso tras
una larga travesía

La Nao Punta Arenas regresó a puerto base, unidos los miembros de la Hermandad de la Costa con una renovada pasión por el mar, el cual quedó plasmado en un microdocumental titulado “Nao Punta Arenas: navegando a través de la historia”, obra que rescata un capítulo desconocido de la historia de Magallanes, pero también plasma parte de aquel sentimiento que cautiva a quienes viven en nuestro mar.