El poco protagonismo de las autoridades sanitarias ante la crisis respiratoria

El 7 de mayo el Ministerio de Salud anunció un reforzamiento de la red asistencial frente al aumento y adelanto en la circulación de los virus respiratorios. A un mes de esta advertencia, el país tiene un sistema asistencial fuertemente presionado, con mil 200 niños hospitalizados y 4 menores fallecidos.

Los dardos sobre la forma en que se ha encarado esta contingencia sanitaria apuntan directamente al subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos, respecto del cual los partidos de oposición han pedido su renuncia.

En lo medular, hay voces que plantean que la planificación para enfrentar los virus estacionales se iniciaba en febrero, sin embargo este año se hizo demasiado encima del invierno.

En Magallanes, en las últimas semanas predominó el silencio de las autoridades sanitarias frente a la grave situación hospitalaria que se vivía en el principal centro asistencial, donde la demanda por atención sobrepasaba el recurso médico disponible y capacidad de camas.

Frente a este mutismo de la autoridad de Salud, debió salir a escena el Colegio Médico de Magallanes, que el pasado 26 de mayo, a través de este mismo medio escrito, cuyo presidente, el cirujano pediatra, José Antonio Sepúlveda, dio la voz de alerta sobre la ocupación de camas hospitalarias, a causa de la circulación viral, que en ese entonces llegaba prácticamente al 100 por ciento.

En otras palabras, quienes debían dar la alarma a la población guardaron silencio.

En este complejo panorama, es tarea de la autoridad de turno reforzar el mensaje de prevención y autocuidado a la población, evitando asistir con menores a la red de urgencia hospitalaria cuando éstos presenten fiebre y tengan algún compromiso respiratorio, optando por un consultorio. Distinto es el caso cuando los niños experimenten dificultad respiratoria y mayor compromiso, donde ahí se recomienda recurrir a un centro asistencial.

En lo netamente preventivo, vale tener en cuenta la sugerencia lanzada por la jefa de Pediatría, la doctora Patricia Amarales, al momento de postular la suspensión de las fiestas de cumpleaños para no agravar la crisis respiratoria, considerando que en su unidad médica hay 11 camas Uci ocupadas con niños, 6 de ellos en condición crítica.