A un año de feroz accidente víctimas encuentran justicia al conseguir cárcel efectiva para conductor
Un conductor que hace un año protagonizó un violento accidente de tránsito en el sector sur de Punta Arenas, deberá pasar los próximos cuatro años en prisión, como único responsable del feroz impacto que dejó a varias personas lesionadas, algunas muy graves.
Por estos hechos Manuel Víctor Lonconado Garcés, no podrá manejar de por vida, porque los jueces del Tribunal Orla le impusieron inhabilidad perpetua para conducir vehículos motorizados.
Esta persona fue encontrada culpable de conducir en estado de ebriedad y bajo la influencia de sustancias estupefacientes o psicotrópicas, producto de lo cual causó lesiones graves gravísimas a Karen Faúndez del Río; lesiones graves a Matías Arenas Culun; lesiones menos graves a Rocío Quiroz Caba y lesiones leves a Ricardo Arenas Ojeda y Ammi Maldonado Quiroz.
Lo que sí en la sentencia le reconocen como abono los 237 días que Lonconado cumplió bajo la medida de arresto domiciliario nocturno.
“Estamos conformes, compartimos la decisión del Tribunal en cuanto a no conceder pena sustitutiva, pues en el curso del procedimiento no existió de su parte ningún atisbo de arrepentimiento o colaboración, pues según me informaron mis representados no obedecía cautelares e incluso se le observó conduciendo”, expuso el abogado querellante Juan Carlos Rebolledo.
Accidente
El 27 de junio de 2022, cerca de las 20,19 horas Manuel Lonconado protagonizó el accidente conduciendo ebrio y bajo los efectos de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, un vehículo station wagon Hyundai, modelo Santa Fe.
Iba por Avenida José Martínez de Aldunate, en dirección al sur, cuando al llegar a calle Santa Juana, colisionó violentamente por la parte posterior a un Suzuki Maruti, conducido por Rocío Quiroz, vehículo que terminó al medio de la calzada en sentido contrario y con toda la carrocería dañada. Los ocupantes quedaron atrapados al interior debiendo concurrir la unidad de rescate de Bomberos.
Y Lonconado, que guiaba con una dosificación de alcohol de 2,63 gramos y bajo los efectos de la cocaína, terminó su andar incrustado en la reja del cierre perimetral de los edificios del lugar.