125 personas no tienen dónde vivir en Magallanes
En la región hay 125 personas que por diversos motivos están en situación de calle, constituyendo la manifestación más dura de la pobreza, una situación compleja que genera un deterioro importante, que trae consigo otros problemas asociados de salud y de soledad.
Es parte de la información entregada por el Anexo Calle del Ministerio de Desarrollo Social, datos que permitirán al Estado identificar, caracterizar, monitorear y analizar las trayectorias de estas personas; en definitiva, posibilitará contar con información oportuna y pertinente para mejorar la focalización de los beneficios que las personas en situación de calle requieren dada su particular realidad.
La pandemia, la crisis económica que ésta generó; el fenómeno migratorio; y el alza del costo de la vida que ha encarecido aún más la vivienda, son algunos de los factores que han aumentado el número y la diversidad de las personas que duermen sin un lugar propio y digno donde protegerse.
No es raro verlos en las esquinas, durmiendo en las calles, enfrentando el frío o las bajas temperaturas. Esta situación de calle que viven cientos de adultos en la región es el resultado de un conjunto de desvinculaciones progresivas que se hacen crónicas en algunas personas, y cuyo proceso de superación tiene que ver con posibilitar la revinculación con los distintos sistemas de apoyo disponible.
En Magallanes hay 125 personas en esta condición, de ellas, la mayoría (37), se encuentra en un rango de edad entre los 36 y 49 años, seguidas por otras 35, entre los 50 y 59 años.
Además, el documento establece que 44 personas presentan entre 1 a 3 años de permanencia en calle (34,6%); 38 de ellas, entre 6 a 10 años (29,9%); 23 personas, con más de 11 años en calle (18,1%). Además que presentan una dificultad mediana y extrema en actividades básicas como respirar, llevarse bien con la gente, estudiar o asearse.
Desde el Hogar de Cristo se advierte que una situación particular de Magallanes, es que la situación de calle está asociada a ciertas prácticas laborales, por ejemplo, a la pesca artesanal, personas que vivieron en faenas de esquila y de estancia que con el transcurso de los años quedan sin trabajo y eso produce una desvinculación que los deja en situación de calle. Hay personas que tuvieron un pasado laboral y que por algún motivo quedaron sin trabajo, si a eso se suma una desvinculación familiar, éstas caen en la calle, facilitando con ello consumos problemáticos de alcohol o drogas como un mecanismo de defensa y de huida de la situación compleja en la que viven.