El régimen de Irán ejecutó en público a dos hombres involucrados en un ataque contra un mausoleo
El régimen de Irán ejecutó en la horca en la madrugada de ayer sábado a dos hombres que perpetraron un atentado en un santuario chiita el pasado mes de octubre, con un balance de 13 personas muertas, y que en su día fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico.
Los dos hombres fueron ahorcados en la ciudad sureña de Shiraz cerca del lugar del atentado, según información de la agencia oficial de noticias Irna. En el momento de la condena se estableció que la sentencia se ejecutara en público.
Los sujetos ejecutados fueron identificados como Mohammad Ramez Rashidi y Naeem Hashem Qatali.
Según Irna, el veredicto inicial contra los condenados se anunció el 16 de marzo de 2023. Este proceso fue confirmado por la Corte Suprema de Irán después de que el caso fuera revisado y se probara “el papel directo de los dos terroristas en el diseño y apoyo del ataque”.
El pasado marzo la justicia iraní condenó a muerte a estos dos hombres por su participación en el atentado contra el mausoleo de la ciudad de Shiraz. Los dos presos fueron condenados por “corrupción en la tierra” y por “atentar contra la seguridad nacional”.
Reino Unido acusa
“violación de derechos
humanos”
El gobierno de Reino Unido informó sobre la imposición de un nuevo paquete de sanciones contra trece individuos y entidades relacionadas con la “violación de derechos humanos” en Irán y anunció que prepara una nueva legislación que permitirá ampliar el régimen de sanciones contra Teherán para “castigar a sus dirigentes” por sus “acciones hostiles”.
Las autoridades indicaron en un comunicado que entre los nuevos sancionados se encuentran jefes de prisiones, a los que Londres acusa de “supervisar torturas y tratos inhumanos”, organizaciones imputadas por recabar información personal de opositores e individuos acusados de “ejercer actos de represión contra las mujeres iraníes mediante el código de vestimenta islámico”.
El escalofriante uso
de la pena de muerte
Irán es uno de los principales países del mundo en la aplicación de la pena de muerte, con 350 sentencias de muerte en los seis primeros meses del año, en su mayoría por cargos relacionados con las drogas, según la ONG Iran Human Rights, con sede en Noruega.
“La pena de muerte se utiliza para generar miedo social y evitar más protestas”, lamentó el director de Iran Human Rights, Mahmud Amiri-Moghaddem. “La mayoría de los muertos son víctimas low-cost para la máquina de matar: acusados por drogas de las comunidades más marginadas”, añadió. Amnistía calificó abiertamente estas ejecuciones de “guerra a los pobres”.