Una lucecita de esperanza en medio de la noche
Dicha frase fue acuñada en su momento por el creador del Carnaval de Invierno de Punta Arenas, el ex alcalde Carlos González Yaksic, en 1996, para conmemorar los 100 años del establecimiento de la Junta de Alcaldes (1896), que es en la práctica el inicio del municipio de Punta Arenas como gobernanza de la comuna. En dicha ocasión, es decir en el último año de gobierno comunal del gran “Grasa González” entiende, que es una fecha muy importante de celebrar como lo era el siglo de municipio y se despacha esta frase con que titulamos esta columna.
“Una lucecita de esperanza en medio de la noche”, aludía a iluminar nuestro largo invierno, conmemorar, celebrar y dar espacio a instituciones, empresas, colegios, barrios, personas, cursos, amigos, para que en un corso desfilaran delante de todos los habitantes en un espacio democrático y fraterno, alegre, lúdico, de encuentro. Los anales dicen que en dicha ocasión (primer Carnaval de 1996), tuvo la presencia y participación de 34 carros alegóricos y 15 murgas. Sin duda una marca difícil de superar.
Progresivamente los vaivenes económicos y por algún momento la costumbre (mala), fue haciendo perder fuerza a la presencia de las empresas (principalmente carros alegóricos) y progresivamente en cambio, comenzó a tener mayor presencia de grupos de personas, expresados en murgas y batucadas organizados en los distintos grupos barriales, escolares o incluso de empresas.
La fiesta interna de la ciudad y de la Patagonia, evolucionó, con el advenimiento de los pasajes aéreos más accesibles a los chilenos, el tener en consideración como espacio de factibles vacaciones de invierno a la ciudad de Punta Arenas, el venir a su creciente y singular Chapuzón, a la Expo Indígena, Ferias del Libro y hasta hace algunos años los
inéditos torneos de Hockey en hielo que al parecer inteligentemente se han retomado.
Punta Arenas y la Patagonia chilena deben romper la estacionalidad turística se ha dicho desde hace muchos años y, en este aspecto, independiente de quien lidere el municipio, se debe seguir invirtiendo para que progresivamente más personas participen en la fiesta, más empresas se hagan presentes como una devuelta de manos a la acogida que tienen en la región y, más personas lleguen a vacacionar por algunos días en un lugar tranquilo, distinto notablemente, que el resto de Chile y la única ciudad del Hemisferio Sur que celebra el Invierno.
Por otro lado, la fiesta toma la forma de Invernadas, desde que la alcaldía de Vladimiro Mimica acuñó el agrupador concepto, para englobar a todas las distintas actividades y fiestas del invierno. Para que las distintas actividades, es decir, el Carnaval, el Chapuzón y otras actividades ya enumeradas y otras por articular, es preciso que la fiesta siga siendo organizada por la estructura municipal, pero cada vez con mayor participación y activación del gobierno regional (mayor aporte financiero) y de la empresa privada regional (participación verdadera y aporte de tiempo y recursos). Se debe definir una estrategia progresiva, de crecimiento en el tiempo, de manera de que a partir de estas actividades “anclas” se pueda estructurar el aportar con romper la estacionalidad turística en el Invierno. Precios más accesibles en el alojamiento, en los pasajes aéreos, en el comercio gastronómico y en la activación de otros atractivos turísticos que se beneficien de este flujo, deben ser parte de la estrategia y la inversión pública y privada.
Sin dudas atraer actividades turísticas y recreativas, de solaz, de contemplación, son muy importante no sólo para Punta Arenas, sino para la Región de Magallanes en el largo Invierno Austral. Gracias Carlos por tu visión temprana. Felicitaciones a todos los que han aportado y participado en estos 27 años de fiestas invernales.