Ilusión de presidencialismo
Diego Benavente M.
Ingeniero Civil Regionalista
A todos aquellos que defienden el presidencialismo en Chile y que son muchos desde hace mucho tiempo, cabe recordarles, sobre todo en este momento constitucional alargado, que durante los últimos tres gobiernos en pocas palabras, hemos tenido personalidades a cargo de La Moneda que, en el ejercicio de su cargo, han perdido gran parte de su legitimidad. Si bien se han mantenido y mantienen como gobiernos de administración, lo han hecho y lo hacen sin poder abordar grandes transformaciones, incluso siendo parte estas de las propuestas de sus programas de gobierno. El parlamentarismo de facto es el que ha operado a sus anchas y las instituciones han seguido funcionando, malena canta el tango, pero bien se podría hacer un mejor intento. La pregunta obvia que salta a la vista, ¿es este el sistema más eficiente para el país? o ¿podríamos encontrar una puerta de escape que permita conformar los mejores gobiernos con los mejores elementos para la administración principal del país?
No es menor el desafío que se tiene para La República y el país, en especial para enfrentar su desarrollo político futuro. En esto, sin lugar a dudas, el Consejo Constitucional tiene en sus manos, una responsabilidad importante en poder darle forma y continuidad al sistema político, sin sacrificar valores y características muy apreciadas por la mayoría de los chilenos. Todo lo cual se ha ido logrando y construyendo durante la vida republicana en sus distintas etapas, gracias al aporte de las anteriores generaciones encabezadas por sus destacados líderes de distintos signos políticos. Aquí el trabajo desarrollado por la Comisión de Expertos y ahora el peso específico de los republicanos, deben y pueden jugar un rol preponderante, en ellos está el poder avanzar por un Chile que logre un consenso mayoritario para su evolución política futura.
En la reciente gira por Europa se ha visto y escuchado los mensajes que ha entregado el Presidente Boric en el viejo continente, se ha hecho notar al igual como en otras ocasiones por su don de la palabra. Visto desde este rincón en el sur del mundo, el ideal sería que el don de la palabra pudiera ir mejor acompañado con él don de mando. Se escuchan lindas las poesías, las recomendaciones y reflexiones desde Europa cuando no está rodeado del entorno nacional y sus orejeros locales, pero el país requiere que esa palabra pueda ir acompañada por la acción concreta en el territorio, en las ciudades de Chile y con don de mando para que no le suceda, por ejemplo lo que le pasó al gobierno de Allende, con sus indecisiones y movimientos buscando dejar contentos a unos y a otros de su coalición.
Si fuera posible que los presidentes gobiernen a control remoto desde Europa o el extranjero, no sería una mala idea, ya que así se podrían aprovechar las reflexiones tan certeras que expresan con gran altura de miras en esos contextos foráneos. Esto siempre y cuando, se le pueda asegurar al país, que estas medidas e ideas puedan ser implementadas eficientemente por sus equipos en el país, pero por supuesto debiera cumplirse lo ya expresado, si no estaríamos en lo mismo o mucho peor.