La falta de espacio debido al importante aumento de la matrícula complican actividades del Aula Hospitalaria

• Se hacen distintas gestiones para habilitar un nuevo lugar en uno de los patios del recinto.

La falta de espacios y el aumento de matrícula en el contexto del programa de aula hospitalaria, abordó Camila Scarabello González, directora de la Fundación Educación Inclusiva.

Dicha Fundación es sostenedora del aula hospitalaria que funciona en el principal centro asistencial de Punta Arenas, donde a decir de Scarabello, urge la necesidad de contar con más espacio para seguir funcionando. En la actualidad disponen de una oficina que estaba destinada a capacitación, pero que es muy pequeña para atender a todos los niños.

Estas aulas hospitalarias reciben a pacientes niños con diagnósticos complejos o que requieran largos tratamientos, desde pre básica a cuarto medio, vale decir desde los 4 a 18 años, con algunos decretos que son para niños de educación especial, que tienen un resguardo educativo hasta los 27.

La principal función es la reinserción de los niños a la educación tradicional. Estos presentan diferentes diagnósticos y dependiendo del tratamiento que requieran, será el tiempo que permanecerán en el aula hospitalaria. Por ejemplo, los niños con diagnósticos oncológicos estarán más de un año, aunque también hay niños que estarán con esta opción educativa toda la vida, porque no se pueden reinsertar al sistema regular por su condición de salud.

Han pasado más de 60 menores por el aula hospitalaria en el último año y en la actualidad la matrícula es de más de 35 niños, con una proyección de llegar a 70 antes de fin de año. “Ese es el gran problema que tenemos porque, si bien suponíamos que iban a haber niños en Punta Arenas que necesiten el aula, nunca pensamos que iban a ser tantos y que nos íbamos a quedar tan chicos de espacios en tan poco tiempo”, afirmó Scarabello.

La educadora, ha recorrido distintas instituciones para mejorar los espacios, para poder recibir a los niños de mejor manera, separando los espacios para que puedan aprender sin
interferencia. 

“Ya no cabemos en este espacio y por eso estamos gestionando más espacios en el patio techado, pero es una solución transitoria porque podríamos llegar al centenar de niños el próximo año”.

Este planteamiento se ha realizado ante el gobierno regional y con privados para contar con financiamiento. Ya se reunieron con los equipos directivos para poder contar con espacios que permitan aumentar en 20 metros cuadrados dando una solución provisoria a un problema complejo. “No nos puede pasar que no recibamos niños porque no tenemos los espacios, sobre todo de no ponerle barreras a los niños con diagnóstico de salud mental, quienes son los más disruptivos. Esa no es la idea porque lo que se busca es que todos puedan acceder independiente del problema de salud que tengan”.

Otra de las preocupaciones nace de un hecho ocurrido en la ciudad de Rancagua, donde, en un aula hospitalaria, una de las niñas que se atiende por problemas de salud mental, rompió uno de los ventanales y se comenzó a guillotinar dentro del hospital. “Son situaciones que se producen, que no siempre se pueden anticipar y que son estudiantes que se pueden desregular, pero no podemos estar exponiendo, ni excluyendo”, concluyó.