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“Biografía de Herbert von Karajan” 3ª parte Roger Vaughan

Por Marino Muñoz Aguero Domingo 23 de Julio del 2023

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En 1929 Herbert von Karajan dirige por primera vez una orquesta en la ciudad de Ulm, en 1934 conduce la Filarmónica de Viena y, como ya señaláramos, hace lo propio con la Filarmónica de Berlín en 1938. 

Vaughan señala que ya en la década de 1960, llegó a ser una suerte de “Director Musical de Europa”: era al mismo tiempo Director de la Filarmónica de Berlín, Asesor Artístico de la Scala de Milán, Director Musical de la Filarmónica de Londres, Director Artístico de la Ópera del Estado de Viena y Director Invitado de la Filarmónica de la misma ciudad. Recorría el mundo entero y tal como llegó a América del Sur en 1949, se presentaba en la Unión Soviética en 1976 y era felicitado personalmente por el gran compositor Dmitri Shostakóvich, luego de la interpretación de su Sinfonía Nº10.

También fue Director Artístico de los Festivales de Salzburgo. El Festival tradicional de Salzburgo data de 1920; en 1955 Karajan asume su dirección y amenaza con irse de Austria si no cuenta con un teatro a la altura de sus expectativas y de los festivales. Así surge el Festspielhaus, cuya construcción se inicia en 1956 y concluye en 1960 bajo la atenta mirada del músico. Es un complejo de tres salas unidas una a la otra; la boca del escenario mide 30 metros, con un ancho de 90 metros, 54 metros de altura y 65 metros de profundidad y tiene una capacidad para 2179 butacas. La obra consideró un espacio para el despacho (oficinas) de Karajan; cuatro habitaciones con baño, una cama y un piano de cola Steinway, además de un sitio de aparcamiento para su Porsche 911 Turbo RS.

En 1966 Karajan da inicio a los Festivales de Pascua de Salzburgo; diez días en los cuales se pone en escena una ópera (a partir de los ´80 se agrega una ópera para ser filmada) y tres programas sinfónicos diferentes. Como este era “su” festival Karajan llegaba con la Filarmónica de Berlín y se encargaba de dirigir y controlar todo. Vaughan reproduce un comentario de un crítico: “Es sorprendente que (Karajan) no venda las entradas y no acompañe a los espectadores hasta sus butacas”.

En esta ciudad Karajan era y es considerado una suerte de Rey, más aún en época de festivales, cuando se convertía en el principal atractivo de estos eventos, y ello influía en una serie actividades conexas: turismo en general, gastronomía, hotelería, tiendas de souvenirs, arriendo de autos, ventas de discos (los de Karajan) y otras. Desde hace años en Salzburgo hay calles, avenidas y el consabido monumento en su honor.

Pero no solo un teatro fue construido a la medida para el “Maestro”. Si revisamos la página web de Porsche hay una sección especial dedicada a él. Karajan devoto de la marca dejó su sello en uno de los modelos 911 (930) que encargó en 1974: “Cuando en 1974 encargó una remodelación de su nuevo modelo 930 en el departamento de requerimientos especiales de Porsche, manifestó abiertamente que deseaba una variante más ligera y aún más deportiva del vehículo original de serie. El nueveonce debía pesar menos de 1.000 kilos, la potencia específica situarse claramente por debajo de los cuatro kilos por CV (medida de la potencia del motor). Con 260 CV y un peso de 1.140 kilos, en el modelo de serie la modificación era todo menos fácil. Fue Ernst Fuhrmann, en aquel entonces presidente de Porsche, quien se ocupó de que se hicieran realidad los deseos de su famoso cliente. El Turbo de Karajan recibió el chasis de carreras del RSR y la carrocería del Carrera RS, un tren de rodaje de competición y arcos de seguridad. El interior era completamente austero: en lugar de un banco trasero incluía la estructura de acero de la jaula antivuelcos, y en lugar de sinfonías de radio reproducía las armonías del bóxer (motor plano) de seis cilindros, que con un turbocompresor aumentado y un árbol de levas más ajustado movilizaba unos 100 CV más”. El músico algo sabía de estas cosas, pues su trabajo final de bachillerato lo hizo sobre Termodinámica y motores de explosión, para luego estudiar tres semestres de construcción de maquinaria.

Prosigue la página: “La construcción ligera fue llevada a tales extremos que los tiradores de las puertas se sustituyeron por finas tiras de cuero que desbloqueaban las cerraduras de un tirón. Para la pintura con los colores de Martini Racing, los del 911 Carrera RSR Turbo 2.1 que quedó segundo en las 24 Horas de Le Mans de 1974, Porsche pidió permiso al productor de vermut Rossi”.

El modelo llevaba incrustadas en la parte trasera las letras metálicas con la denominación “von Karajan”. El músico vendió éste -su último Porsche 911- en 1980 con 3.000 kms. de recorrido; actualmente está en poder de su sexto dueño y tiene un valor estimado de más de tres millones de euros.

Continuará…