Magallanes y Antártica: ¿Hay visión de Estado?

Sigue dando de qué hablar la iniciativa de incorporar a la Antártica chilena dentro del texto del borrador de la nueva Constitución en calidad de “territorio especial”. Ello, pese a que esto fue desestimado por la Comisión Experta que elaboró el anteproyecto que ahora está siendo analizado a nivel del Consejo Constitucional.

Según se ha referido, los expertos desecharon esta inclusión, sosteniendo que ello sería poco apropiado de cara a la política exterior y los vínculos diplomáticos chilenos.

Hoy, la calidad de “territorios especiales” sólo la tienen la isla de Pascua (Rapa nui) y el archipiélago de Juan
Fernández. 

La importancia de este calificativo recae en que si el texto constitucional lo consagra obliga al Estado chileno a desarrollar políticas especiales y focalizadas tendientes a promover el desarrollo de estas zonas y preocuparse de la seguridad de sus habitantes. De paso, se reafirma el interés especial que hay sobre dichos espacios y se envía una clara señal de la encarecida preocupación que tiene el país por ellos.

Todo esto se transforma en un claro mensaje a la comunidad internacional y, en particular respecto del Territorio Chileno Antártico, se traduce en un acto de cariz soberano.

En esta discusión, la Dirección Nacional de Fronteras y Límites (Difrol) sólo ha salido a negar que haya emitido algún informe u opinión oficial sobre la materia, descartando que algún funcionario haya acudido a la Comisión Constitucional o haya sido consultado por algún comisionado o asesor de dicha instancia.

El senador Alejandro Kusanovic también se ha sumado al debate, sosteniendo que resulta inentendible que la Comisión Experta haya excluido a la Antártica chilena como “territorio especial” en el anteproyecto de nueva carta magna y ha pedido que esto se corrija al interior del Consejo Constitucional, ampliándolo a toda la Provincia Antártica.

Para el senador, se trata de la reafirmación de nuestra historia, dada por el vínculo natural geográfico que tiene Chile, por la cercanía indesmentible que nos da la condición de puerta de entrada a dicho continente y por nuestra irrenunciable y temprana vocación antártica.

Tanto el senador como el experto Jorge Guzmán coinciden en denunciar la postura de la Cancillería, atribuyéndola a la profunda desconexión de la política exterior con nuestra región. El silencio ante tal enmienda les parece nefasto y hacen ver que Chile tiene hoy, en materia antártica y de nuestro territorio, un enorme desafío.

Teniendo en juego estas consideraciones y el interés regional, parece, al menos, necesario que los consejeros constitucionales sopesen la enmienda propuesta y la analicen seriamente y con todas sus
implicancias.