Madre de Dios, ¿futuro Patrimonio de la Humanidad?

En 2006, el Ministerio de Bienes Nacionales declaró gran parte del conjunto del Archipiélago Madre de Dios como Bien Nacional Protegido, integrando bajo tal protección especial a 54 islas que suman 116.403,18 hectáreas.

Sin embargo, su valor excepcional, su condición de laboratorio natural y el potencial para la investigación de temas relevantes sobre el origen de la Patagonia, las glaciaciones, el cambio climático y el poblamiento de los canales e islas australes han llevado a plantear como objetivo ulterior el lograr que este sitio único ubicado en la provincia de Ultima Esperanza sea declarado Patrimonio de la Humanidad.

Para ello, se requiere inscribir este bien natural en la lista de Sitios de Patrimonio Mundial de Chile ante la Unesco.

Aparentemente, más allá del interés inicial, poco se ha avanzado desde el Estado para seguir los pasos que esta declaratoria exige de acuerdo a los criterios y procesos establecidos por la Unesco.

Cabe recordar que Chile ratificó en 1980 la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, que data de 1972.

Tal convención busca identificar y proteger el patrimonio natural y cultural que existe en los diferentes países del mundo, incluyendo en este selecto listado a todos aquellos bienes y sitios que tienen un valor universal excepcional.

El Archipiélago Madre de Dios cumple con una serie de criterios para optar a ser Patrimonio de la Humanidad. La Unesco estableció diez criterios para fundamentar una postulación así, seis de los cuales son de tipo cultural y los cuatro restantes, de tipo natural.

En el caso del Archipiélago Madre de Dios, su inscripción en la lista del patrimonio mundial apelaría a tres de estos diez criterios, como lo es representar fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia escénica excepcionales; ser ejemplo eminentemente representativo de las grandes fases de la historia de la tierra, incluido el testimonio de la vida, de procesos geológicos en curso en la evolución de las formas terrestres o de elementos geomórficos o fisiológicos significativos; e idem respecto de procesos ecológicos y biológicos en curso en la evolución y el desarrollo de los distintos ecosistemas.

A estos tres elementos, se debe agregar un cuarto criterio que se relaciona con los hallazgos de asentamientos y de pinturas rupestres, si bien esta arista no ha tenido mucho avance.

La última expedición realizada por investigadores de la Fundación Centre Terre al sector permitió descubrir un bosque de champiñones de rocas y cometas de roca en la parte norte de la isla Madre de Dios, siendo éste uno de los principales hallazgos.

Sólo estas peculiares morfologías permitirán sostener la postulación de Madre de Dios como Patrimonio de la Humanidad.

Ojalá que, pese a los desafíos que tienen y a los problemas que han debido enfrentar desde que asumió, las autoridades de este gobierno reactiven la referida postulación. Por lo pronto, la gobernación regional y la secretaría regional ministerial de Bienes Nacionales deberían hacer suyo este objetivo, pues se trata de una zona única y excepcional, que es parte del patrimonio natural y cultural de Magallanes.