Convenio de programación Mop-Gore

El sector empresarial sigue enviando señales al gobierno tendientes a crear un ambiente propicio para incrementar la productividad, generar condiciones adecuadas para atraer capitales y evitar con todo esto una contracción mayor de nuestra
economía.

Recientemente, la Cámara Chilena de la Construcción volvió a poner sobre la mesa el tema de la quiebra de empresas del rubro, producto de la paralización o demasiada lentitud en los procesos licitatorios. Igualmente, pidió al Ejecutivo apurar los pagos, pues el retraso de estos está perjudicando mucho a diversas compañías a lo largo del país.

A nivel regional, la demanda habitacional sigue creciendo y, tras unos primeros meses en que pareció entramparse el sector producto de una serie de situaciones legales, medioambientales y también discrepancias políticas, se ha recuperado en parte del ritmo y el gobernador regional ha estimado que durante su gestión se podrán construir sobre seis mil viviendas en Magallanes.

Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de Obras Públicas, donde desde el primer semestre del año pasado se convino celebrar un nuevo convenio de programación, estimándose la inversión comprometida en $380 mil millones. 

Uno de los elementos clave de este nuevo entendimiento es que, con dichos fondos, se podrán financiar obras importantes y de envergadura en las cuatro provincias de la región.

Pero, del convenio sólo se ha sabido algo cierto al término de este primer semestre, con el anuncio efectuado este domingo en El Magallanes por el nuevo seremi de la cartera respecto de que, dentro de la próxima quincena, este instrumento de inversión pública será sometido a consideración del Consejo Regional.

En efecto, el seremi refrendó la cartera de obras que será financiada con recursos sectoriales y del gobierno regional.

Cabe esperar que la nueva autoridad, junto a los equipos del gobierno regional, hayan realizado un trabajo de información a los consejeros regionales de los detalles del convenio, a fin de contar con su rápida anuencia.

En regiones como la nuestra, el Estado es el mayor inversor y gran parte del dinamismo económico proviene de las licitaciones públicas que se levantan y de los recursos asignados a particulares por concursos o asignaciones directas. 

Si bien se han cifrado muchas esperanzas en la industria del hidrógeno verde, se tiene que comprender que ésta realizará un aporte gigantesco no antes de tres a cuatro años. Mientras tanto, no se puede descuidar la inversión fiscal y mucho menos desatender un sector como el de Obras Públicas que es vital para una zona que necesita avanzar en generar mayor conectividad e infraestructura esencial.