Magallanes como pivote del desarrollo aeroespacial de Chile

Quizás fue el fracasado lanzamiento del Fasat-Alfa en agosto de 1995 lo que hace que, en general, los chilenos tomemos algo en broma el tema satelital y que no nos visualicemos a la hora de hablar de la carrera espacial.

Pero, lo que se ha definido como “la nueva frontera” ya es parte de la preocupación de las autoridades nacionales y está expresamente puntualizado en la Política de Defensa Nacional 2021 y la estrategia aeroespacial definida a fines del gobierno de Piñera.

“Sus espacios aéreos soberanos y bajo control nacional, sumado al pleno acceso al espacio ultraterrestre, definen la condición de carácter tridimensional del Estado de Chile”, reza la referida política.

Expresión de todo esto fue el reciente lanzamiento del Fasat-Delta, que se despegó el cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX, de Elon Musk, y entró en órbita el pasado 12 de junio.

Este es el depositario de todo lo aprendido con sus antecesores, el fallido Fasat-Alfa, el Fasat-Bravo (1998) y el Fasat-Charlie (1911).

El Fasat-Delta forma parte del ambicioso proyecto que plantea, ahora, lanzar diez satélites, tres de mayores dimensiones (los Fasat Eco I, II y III) y otros siete nano satélites, para que recojan imágenes y éstas sean procesadas en las tres estaciones satelitales regionales, gracias a la capacidad humana y a la inteligencia artificial.

El sistema nacional de satélites tiene a Magallanes en sus planes, pues en Punta Arenas se levantará uno de los tres centros aeroespaciales de Chile, junto con Antofagasta y Santiago.  

Resulta importante subrayar que este proyecto y el rol que jugará nuestra región como parte del sistema nacional satelital chileno están consignados en la Estrategia Regional de Desarrollo de Magallanes. Allí se consigna la construcción de un Centro Aeroespacial y el contar con tales instalaciones en la base aérea Chabunco permitirá apoyar la política espacial de Chile y, a la vez, actuar como polo de servicios y desarrollo científico-tecnológico orientado a reducir la brecha digital. Todo esto conllevará potencial la generación de conocimiento y la promoción de nuestro talento humano.