Hospital Clínico y sus necesarios estacionamientos
Claramente el Hospital Clínico de Magallanes ha sido una muy buena cosa que le ha sucedido a la población de la ciudad de Punta Arenas y la Región de Magallanes. El sólo tamaño, equipamiento, ampliación en su dotación de personal (en comparación con el antiguo Hospital), especialización en algunas áreas, su propia condición de “campo clínico” para los estudiantes de las carreras del ámbito de la salud incluida la de medicina, ha hecho que su ocupación y demanda sea cada vez más fuerte y creciente.
Sólo indicar que, por la decisión política de la ex Presidenta Bachelet y de la demanda regional de la época, pasamos de un hospital de aproximadamente 17.000 m2 a uno de más de 50.000 m2. Esto sin contar las instalaciones vecinas, de vinculación médica o de salud , como lo son el Centro de Rehabilitación Cruz del Sur y el nuevo Cadi Umag, el escenario es más complejo y requiere complementos o adecuaciones al estado del arte que se tiene hoy, con un intenso uso por parte de la población, es decir todos nosotros.
El personal que labora directa e indirectamente en el Hospital Clínico bordea las 1.500 personas. Si sumamos a los pacientes internados en el área hospitalaria y sus respectivos familiares que día a día y hora a hora, están atentos a su estado y cuidado y, sumamos a la gran cantidad de atenciones ambulatorias en sus diversas áreas, tenemos que el número de funcionarios y empleados del hospital, puede claramente duplicarse diariamente, con las personas que visitan el centro hospitalario por diversas razones.
Este estado de situación, hace que el enclave hospitalario, de Avenida Frei con Los Flamencos, requiera urgentemente una visión de planificación que se encamine a una resolución de un problema que irá “in crescendo”.
Lo primero en la resolución del extremo problema de estacionar y llegar al lugar del hospital, es detectar el problema, involucrarse en dimensionarlo y cualificarlo, luego explorar soluciones técnicas y económicas tendientes a resolver esto.
Estacionamientos subterráneos podría ser una solución (que siempre choca con la mala calidad del suelo en Punta Arenas y la presencia de napas que pueden complejizar la solución, pero nada no abordable). De la misma forma se puede o se podría pensar en edificio(s) de estacionamiento(s) en altura (que puede amplificar la cantidad de plazas de estacionamiento, pero requiere importante fundaciones o cimientos). En cualquier forma, el problema debe abordarse, pues es acuciante.
La gente se estaciona hoy donde puede y en cualquier momento alguien entrará al hospital a estacionarse (exageración que sólo busca graficar lo que ocurre y que todos hemos vivido).
Por ello, estudiar y analizar con prontitud todos los aspectos y luego ver la Ingeniería económica (financiamiento público o privado o de ambos) se hace indispensable.
Lo contrario, es decir no hacer nada, es saber la existencia de un problema y pretender que, con ignorarlo, este problema decrecerá o desaparecerá. El ignorar un problema y no acometer su estudio y pronta solución hará que el problema crezca y comience a generar otras patologías para decirlo en términos médicos.
Lo anterior implica todas las particularidades que significa el transporte en una ciudad atiborrada de autos, con un clima inclemente, con personas que llegan al hospital en condición muchas veces disminuida y crecientemente, por personas cada vez “mayores”, toda vez, el fuerte envejecimiento de nuestra población regional.
“No parking no bussiness” frase norteamericana (sin estacionamiento no hay negocio), es una frase que debemos podríamos extrapolar a “sin estacionamientos podría no haber salud”.