El candidato de la “bronca”
Javier Milei, quien apabulló a las encuestas en las primarias en Argentina, es un personaje ciertamente original. Sobre eso no hay dudas. Se presentó como un outsider de la política y canalizó el “voto bronca”, como dicen en su país a los “indignados” que han aparecido (y desaparecido) en todo el mundo. Los comentaristas lo han asimilado a José Antonio Kast en Chile, a Jair Bolsonaro en Brasil, a Santiago Abascal de Vox en España y hasta a Donald Trump en Estados Unidos. Comparte muchas características con estos personajes. Pero también tiene significativas diferencias. Milei es único en cuanto está prácticamente contra todo, empezando por el Estado y siguiendo con la mayoría de los ministerios existentes, incluso los más tradicionales.
Su triunfo, con más del 30 por ciento de los votos, lo colocó a la cabeza de todos los precandidatos de su país. Y le permitió vaticinar que su partido: “ La Libertad Avanza”, estará “en condiciones de ganarle a la casta en la primera vuelta” en las elecciones de octubre.
La derrota que infligió a la derecha macrista y al peronismo -la peor de toda su larga historia- tuvo un alto costo ya que disparó al dólar (el dólar “blue” ya casi se iguala con el nuestro en Chile) y sumó más fuerza a la inflación que supera largamente el 113.4 por ciento anual.
Es difícil que un gobernante pueda hacerse cargo de un país en esas circunstancias.
Para Milei este no es el problema. Su preocupación inmediata es no perder apoyo. Aunque su electorado cruza a toda la sociedad, su mayor fortaleza, según los resultados de las primarias, está entre los jóvenes y los pobres. “¿Logrará mejorar el resultado que obtuvo este domingo?, preguntó Clarín. No hay muchas maneras de aventurar una respuesta. Sí es cierto que quedó en condiciones de disputar en serio un poder que, hasta ahora, miraba desde afuera”.
En la vereda del frente, el peronismo (“Unión por la Patria” en su última versión) sufrió su peor derrota en 80 años con el 27 por ciento del ministro Sergio Massa. Con el optimismo de todo candidato que se respete, Massa evitó mostrarse vencido. Como buen aficionado al fútbol, aseguró: “Nos queda el segundo tiempo, el alargue y los penales, y vamos a estar peleando”.
La tercera opción, la del macrismo (“Juntos por el Cambio”), tiene un desafío no menor. Patricia Bullrich le ganó la interna a Horacio Rodríguez Larreta. Ahora deberá definir qué hacer frente a Milei con quien comparte buena parte de su discurso público. En principio, debe conservar los votos de Rodríguez Larreta y para ello deberá trabajar internamente con Mauricio Macri. La noche de las primarias, Bullrich anunció que va a “convocar a todos para ganar las elecciones”. No vaciló en felicitar a Milei por la “elección enorme que hizo”. Hay quienes creen que terminarán aliándose.
Eso está por verse. No será fácil llegar a acuerdos con la controvertida, turbulenta, por momentos escandalosa, campaña de Milei. Según La Nación, lo logró con una estrategia simple y efectiva: se apoyó en la plataforma que le brindaron las redes sociales y los medios de comunicación a los cuales su disruptivo discurso les subió el rating”.
En estas condiciones, no es sorpresa que haya votado por él uno de cada tres argentinos.