Más de 25 estudiantes de Puerto Williams y Puerto Toro visitaron el Parque Nacional Yendegaia
Las nuevas generaciones fueron las protagonistas en una histórica instancia de acercamiento de parte de la comunidad
de isla Navarino a una remota área silvestre protegida, ubicada en la propia Provincia Antártica Chilena.
Tras una coordinación mancomunada entre diferentes instituciones establecidas en la Provincia Antártica Chilena, más de 25 estudiantes provenientes de Puerto Williams y Puerto Toro realizaron una visita pedagógica al Parque Nacional Yendegaia, donde aprendieron sobre la diversidad de recursos naturales y patrimoniales de esta zona, así como también tuvieron oportunidad de recorrer el frente sur de la ruta que unirá a este sector chileno de la isla grande de Tierra del Fuego con el resto de la región.
Es una iniciativa que nace en el programa Sello Medioambiental del Liceo Bicentenario Donald Mc Intyre Griffiths de la capital provincial.
En este sentido, la delegada presidencial provincial de la Antártica Chilena, María Luisa Muñoz -quien colaboró activamente en las coordinaciones con las entidades involucradas, calificó esta visita como un verdadero hito, considerando la gran cantidad de personas que integró la comitiva (unas 50), y la diversidad etaria de ésta, principalmente compuesta por las nuevas generaciones que habitan en la zona.
“Son aprendizajes que van a ser muy significativos para los niños que han venido en esta oportunidad y esperamos que esto se pueda hacer en el futuro con otros grupos también. Es súper importante que conozcan parte del territorio, ya que Yendegaia es parte de él”, manifestó la máxima autoridad provincial, quien agradeció a todos los organismos que trabajaron conjuntamente para hacer realidad este anhelo de la comunidad educativa austral.
Estudiantes fascinados
en Yendegaia
La actividad comenzó con el zarpe desde el muelle naval Guardián Brito de Puerto Williams, para navegar en dirección noroeste por las aguas del canal Beagle en la embarcación PSG-73 Isaza de la Armada de Chile. Durante el trayecto marítimo, niños y adolescentes se adentraron en la importancia de salvaguardar esta área silvestre protegida, así como conocer las especies nativas y exóticas del lugar, en respectivas charlas impartidas por personal de Conaf y Sag, y también participaron en actividades lúdico-pedagógicas organizadas por profesionales del Centro Subantártico Cabo de Hornos.
Luego de unas tres horas y media de navegación, los visitantes desembarcaron en Caleta 2 de Mayo, en bahía Yendegaia, donde fueron recibidos por personal de la Tenencia de Carabineros de Chile, el Cuerpo Militar del Trabajo y la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas. Justamente, funcionarios de las últimas dos instituciones nombradas encabezaron las actividades terrestres en la zona.
Recorrido terrestre
De esta manera, mediante vehículos proporcionados por la Municipalidad de Cabo de Hornos, recorrieron los más de 20 kilómetros que hasta el momento hay construidos en el frente sur de esta senda de penetración.
El trayecto incluyó detenciones para impartir charlas y guiados en relación al bosque nativo, hábitat de especies nativas (como pájaro carpintero, zorro culpeo y guanaco), turbales, praderas, conformación del río Yendegaia desde su génesis en el glaciar Stoppani y visita a un alero rocoso reconocido como sitio arqueológico al haberse encontrado evidencia prehistórica de arte rupestre. Todo ello, con las impresiones y preguntas de quienes fueron protagonistas en esta excursión: las y los estudiantes.
Uno de ellos fue Ilan Arriagada, estudiante de quinto año, quien no perdió oportunidad para realizar consultas, aportar información sobre las especies y explorar los bosques del lugar. “Desde que era pequeño, siempre quise venir a un parque nacional, y ahora se me cumple harto. Lo veo y es bacán. He visto cosas que no había visto antes, como por ejemplo, los sitios arqueológicos o pinturas rupestres. Me ha gustado mucho estar acá. Ha sido una experiencia muy bonita y he aprendido varias cosas (…) En Puerto Williams el bosque es normal, pero a veces hay un poco de basura y en éste, como es un parque nacional, no había nada. Me gusta harto, fue bastante bonito”, comentó el estudiante de quinto básico.
Por su parte, Kaylee Méndez, también del mismo curso, calificó positivamente la actividad, ya que “no cualquier niño del mundo o familias pueden llegar a esta distancia, en estos lugares tan australes”. El lugar donde sintió mayor fascinación fue donde estaban las pinturas rupestres o, en sus propias palabras, “las manchas que dejaban los que antes vivían en las antigüedades”.
Asimismo, Joaquín Veloso, quien también está en quinto, comentó que “lo que más me llamó la atención fueron las montañas, que son muy altas, y los restos de los antiguos. Muy lindo el paisaje, sin lugar a dudas. Y muchas especies, como los zorros, los cóndores, sus nidos, muchos animales de donde estamos por acá cerca. Quizás en las montañas, en las playas, hay muchos animales que existen y que sin dudas son bonitos. Me gustaría volver”.
En tanto, la alumna Belén Sagredo, quien fue parte de la comunidad educativa que viajó desde Puerto Toro, aprovechó la oportunidad de hacer nuevos amigos y amigas en el recorrido, así como también maravillarse de una localidad de la provincia ubicada geográficamente en un sector opuesto a donde ella reside. “Me llamó la atención cuando fuimos a ver un musgo que no conocía, y yo no conocía ese musgo”, reconoció.