Necrológicas
Tulia Falleti, académica de la Universidad de Pensilvania

“Si se hace una descentralización sin recursos, eso puede tener una influencia bastante negativa”

Sábado 21 de Octubre del 2023

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La investigadora fue parte del primer Congreso Patagónico de Descentralización en Chile, titulado
“La revolución silente”, realizado en el auditorio Ernesto Livacic de la Universidad de Magallanes.

La académica de la Universidad de Pensilvania, Tulia Falleti, lleva más de 20 años trabajando con temáticas de descentralización, mediante el análisis y estudio de casos comparados en profundidad. Argentina, Brasil, México y Colombia y sus procesos de descentralización como también sus reformas políticas, administrativas y fiscal, le sirven como base para abordar lecciones para entender los cambios que se producen entre el poder de los presidentes por un lado y el de los alcaldes y gobernadores por otro.

Fue parte del primer Congreso Patagónico de Descentralización en Chile, titulado “La revolución silente”, realizado en el auditorio Ernesto Livacic de la Universidad de Magallanes, y en esta entrevista con Pulso Económico comentó algunos conceptos asociados a la descentralización y democracia.

Primeros estudios

Respecto de su primer acercamiento a esta área específica de las ciencias políticas, Falleti comenta que “fue la experiencia personal. A comienzos de los 90’ yo estaba en Argentina y veía que se hablaba mucho de descentralización, pero no obstante eso, la crisis del 95’, que fue una crisis regional que comenzó en Brasil, afectó también a México. Fue una crisis financiera para la región, pero una crisis económica para Argentina (…) Lo que yo notaba es que estas medidas habían transferido las escuelas secundarias y algunos hospitales a las provincias, pero sin recursos. Entonces cuando la recaudación ordinaria de recursos cayó a partir del 94’, 95’, las provincias se vieron en una situación fiscal muy negativa para afrontar el cargo de los nuevos servicios”.

Esta situación generó movilizaciones, médicos y empleados públicos en las calles por falta de pagos, especialmente en provincias. “Eso a mí me generó la duda de si la descentralización realmente beneficiaba a los gobernadores o a los alcaldes, o no. Siempre pensamos que sí, pero lo que mi libro dice es que depende del diseño institucional. Si se hace una descentralización sin recursos, eso realmente puede tener una influencia bastante negativa para los gobiernos regionales o locales”, consigna Falleti.

Factores que inciden

“Es importante que institucionalmente estén bien diseñadas estas políticas. Si hay distribución de competencias, que tengan claramente cuál es la partida presupuestaria que se dedica a eso. Pero más importante que todo es la participación ciudadana. La descentralización debe ir acompañada o tiene la posibilidad de fomentar un proceso por el cual la ciudadanía se acerca a los gobiernos que tienen más cerca para dialogar, discutir políticas, dar su opinión e incidir en la política pública del nivel regional”, comienza señalando la académica, relevando la necesidad de un diseño institucional claro y de la participación ciudadana.

En esa línea, agrega que “el sentido último de descentralizar realmente es acercar el gobierno a la gente y para que eso suceda es también importante fomentar la participación ciudadana en el nivel local”.

Desconcentración
vs descentralización

“En la literatura se distingue muy claramente lo que son procesos de desconcentración de lo que son procesos de descentralización. Desconcentración es cuando las oficinas del gobierno central se instalan en las provincias o estados. En México en los 70’ había un proceso de desconcentración de los ministerios estatales para llegar a los 32 estados, llegar a la geografía y los lugares más recónditos (…) Las secretarías sectoriales tenían oficinas en los estados. Eso es un proceso de desconcentración, vale decir, allí hay representantes que respondían al ministro central pero que tenían su oficina de atención en la región. Esos no estaban articulados con líderes civiles o sociales de las regiones”.

En cambio, “un proceso de descentralización transfiere la autoridad, el poder de decisión, los recursos y las competencias a las regiones o las municipalidades. Y allí se decide qué se hace o cómo se hace”.

Por otro lado, Falleti comenta que en muchos países la desconcentración fue un preludio para la descentralización. “Lo curioso del caso chileno es que los dos procesos se están manteniendo en el tiempo. Lo bueno sería, dada la extensión territorial de Chile, transitar hacia un sistema en el cual desaparezcan los delegados del poder central y esas funciones se traspasen a los gobernadores que son popularmente electos”.

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