“Los asesinos de la Luna”
Guillermo Muñoz Mieres
Periodista
Estados Unidos, 2023
Director: Martin Scorsese
Protagonistas: Leonardo di Caprio, Robert de Niro, Lily Glandstone
En salas de cine de Punta Arenas y próximamente en AppleTV
Punta Arenas tuvo el privilegio de ser una de las ciudades donde se pre-estrenó mundialmente- en el resto del mundo fue el 20 de octubre- la última película del director norteamericano Martin Scorsese, uno de los cineastas vivos más importantes del siglo XX y XXI y que, en la dimensión de las artes, equivaldría a la presentación pública de una obra de Leonardo Da Vinci.
Y si esto suena exagerado, pues Chile tiene otro privilegio con el ya octogenario realizador, porque fue uno de los últimos países en levantar la censura sobre su película “La última tentación de Cristo” (1987) después de estar prohibida, con recurso de amparo incluido, por más de una década. ¡Qué gran privilegio!
En su última obra, reaparecen los temas que lo han obsesionado y que han marcado su filmografía, la historia profunda de Estados Unidos, el imperio del crimen, los ritos tribales, las mafias y sobre todo una forma de filmar el pecado donde todo puede ser una gran fiesta, pero donde después hay que pagar la cuenta y ésta termina saliendo más cara de lo que se pensaba.
En “Los asesinos de la Luna” se traslada a inicios del siglo XX para contar una historia en los bordes del western, el género cinematográfico por excelencia de Estados Unidos, sobre la tribu nativa Osage, quienes reciben la noticia que sobre sus tierras hay petróleo. Se trata de una buena nueva que se termina convirtiendo en una maldición, porque esta lluvia de petrodólares los vuelve ricos, codiciados, pero también el blanco de un plan macabro para ser exterminados y quedarse con sus bienes, donde van cayendo de a poco, primero los más complicados, quienes sospechan, pero sobre todo las mujeres porque aunque son más lúcidas y sentimentales, la idea es también que se casen con hombres blancos, sus hijos sean mestizos y en el futuro no haya más descendencia. Son muertes no investigadas porque como dice un personaje “es más escandaloso matar a un perro que a un indio”.
La película es el relato de este plan, urdido por la mente maestra de William Hale, un vecino querido y respetado por los Osage, pero también la historia de amor entre su sobrino, Ernest Burckhart, quien llega de la guerra para ser el chofer de Molly, con quien después se casará y construirá una familia con tres hijos.
Scorsese filma como siempre, quizás con menos vértigo movedizo de esa cámara tan suya, pero trasladándose de personaje en personaje, registrando sus rostros, diálogos, costumbres, creencias y lo que finalmente mueve el mundo. En algunos serán las plegarias, las asambleas de la tribu, un búho que anuncia la muerte, en otros será el dinero, las herencias y, entre medio, la aparición de una nueva medicina escasa y misteriosa que no se sabe si es peor que la enfermedad llamada insulina.
La carrera de Scorsese pudo detenerse hace 10, 20 ó 30 años y de todas formas ya su nombre hubiera quedado registrado en la historia del cine y del arte, pero hemos tenido el privilegio de verlo seguir y seguir, así como con “Buenos muchachos”, “Casino”, “El lobo de Wall Street”, hasta el día de hoy con los “Los asesinos de la Luna”, una obra enorme en todas sus dimensiones, desde el guión a la fotografía del mexicano Rodrigo Prieto; desde las actuaciones de sus protagonistas a la precisión de su montaje, convirtiéndose en un viaje de casi 3 horas y media que no agotan porque finalmente es el maestro quien ya hace la práctica.