El caso Madeleine McCann puede volver “a cero”
La causa dio un nuevo giro, luego que el informante clave ahora amenaza con no ayudar más a la fiscalía y hacer que el avance del caso se desmorone.
Cuando en junio de 2020 el fiscal de Braunschweig y principal responsable de la investigación, Hans Christian Wolters, comparecía ante los medios de comunicación para anunciar que el sospechoso de la desaparición y asesinato de Madeleine McCann era un ciudadano alemán encarcelado por otros delitos y que el caso estaba resuelto al 90 por ciento, no se le pasaba por la cabeza que el caso podría desmoronarse y que Christian Brueckner ni siquiera se sentaría en el banquillo por el caso de la pequeña británica.
Desde ese momento, Wolters llamó a la prudencia y dijo que le faltaban algunas piezas para que el puzzle encajara, pero que era cuestión de tiempo conseguirlo. Sin embargo, 1.000 días después del anuncio el caso está a punto de desmoronarse. Es cierto que durante este tiempo se ha trabajado en busca de pruebas, pero no se ha logrado nada concreto. Además, su principal testigo, Helge Bushing, que incriminó directamente a Brueckner, ha sido descartado por no querer seguir ayudando, no tener pruebas concretas y por no ser un testigo fiable sobre el que dejar todo el peso de la investigación.
En este punto, el caso queda prácticamente desmontado porque los investigadores sólo tienen indicios, pero ninguna prueba de peso que incrimine al pedófilo convicto con Madeleine. Por ello, durante los últimos meses han trabajado para tratar de conocer los lugares en los que Brueckner pudo estar después de aquel fatídico mayo de 2007 y buscar pistas. Concretamente, material informático.
Brueckner es un pedófilo al que le gustaba guardar trofeos en forma de fotos o videos, algunos de los cuales fueron encontrados enterrados en una de sus propiedades en Alemania. Además, saben que en la casa en la que residió en Portugal y que abandonó de manera repentina poco antes de la desaparición de Madeleine, el casero encontró discos duros y USB abandonados, pero se deshizo de ellos al no tener sospecha de que en ellos pudiera haber alguna pista contra el alemán.
Ahora, el caso ha entrado en una carrera contrarreloj y salvo que aparezca alguna pista importante, podría cerrarse antes de que acabe el año, para lo que quedan 55 días.
Así lo revela el diario británico The Sun, que indica que los policías alemanes han recibido un ultimátum y que sólo les quedan “unas semanas” para salvar la investigación. Según devela el tabloide este anuncio se produjo tras la aparición del abogado en televisión, en una entrevista en la que denunció que el caso se asentaba en “bases inestables”. “Las próximas semanas serán decisivas para los detectives que investigan a Christian Brueckner”, indico el medio británico.
Están convencidos
Públicamente, los investigadores siguen manteniendo que están convencidos de que el sospechoso está relacionado con la desaparición de Madeleine e, incluso, dicen que presentarán pruebas a su debido tiempo. Pero en privado, las cosas son bien distintas. “El caso está a punto de colapsar, no hay nuevas pistas y el testigo principal en el que confiaban está totalmente fuera de juego”, indica “The Sun”.
Este testigo es Helge Bushing, un criminal convicto que, hasta principios de este año, había colaborado con los investigadores alemanes y les había aportado información muy interesante del que fuera su amigo.
Bushing vivía en El Algarve cuando conoció a Brueckner. Se conocieron en un festival de música en España poco después de la desaparición de Maddie. Un día estaban tomando unas cervezas y comenzaron a hablar del caso y Helge dice que Brueckner le reconoció su implicación y que le dijo fríamente que “Ella no gritó”.
“Helge no ha colaborado con los detectives durante mucho tiempo, y hay una enorme sombra negra sobre todo lo que les ha contado hasta el momento. La realidad es que sin una nueva pista o un cambio en la dirección de la investigación, la investigación sobre Christian Brueckner estará muerta para Año Nuevo. El tiempo corre y lo que complica aún más las cosas es el hecho de que las relaciones entre los policías alemanes y los oficiales portugueses están en su punto más bajo”, indica una fuente cercana al caso consultada por el tabloide.
La noticia surge después de que Friedrich Fulscher, abogado de Brueckner concediera una entrevista para el documental “Prime Suspect: Who Took Madeleine McCann?”, en la que aventuró que el caso estaba a punto de desmoronarse. En su charla con el periodista, criticó la falta de consistencia de las pruebas y afirmó que todo está al borde del colapso.
“Es buena noticia que las investigaciones de la fiscalía se basen en cimientos muy, muy inestables, de modo que el más mínimo soplo de viento podría derribar toda la construcción, y esto es una indicación de la falta de sustancia que hay en esta investigación”.
En cárcel de
alta seguridad
Brueckner cumple una condena de siete años de cárcel en una prisión de alta seguridad conocida como el “Alcatraz del Norte” en Oldenburg por la brutal violación de una jubilada norteamericana en Portugal. Además podría ser juzgado en febrero del próximo año por una serie de presuntos crímenes atroces que incluyen tres violaciones y dos ataques sexuales a niños. Dos de las presuntas violaciones se produjeron en su antigua residencia, a las afueras de Praia da Luz, donde desapareció Madeleine.
El equipo del fiscal alemán está convencido de que Brueckner entró a robar al apartamento de los McCann pero una vez dentro cambió de opinión y su motivación comenzó a ser sexual. El convicto alemán estaba obsesionado con las niñas de corta edad y soñaba con poder conseguir una para utilizarla durante días para sus fantasías sexuales. No sería su primer delito con niños. Con 17 años ya pasó un tiempo en prisión por abusar sexualmente de un menor. Además, durante los últimos 25 años se le ha vinculado con varios casos de abusos sexuales a menores, incluidos los de un niño de seis años en Portugal en 1996 y la de una niña de cinco años en Alemania en 2015.
En mayo, policías de Portugal y Alemania registraron la presa de Arade, cerca de Silves, a 50 kilómetros de Praia da Luz, en busca de pistas. Realizaron varias catas de terreno en busca de material informático que le relacionara con el caso pero no encontraron nada reseñable.
Ahora queda esperar a ver si los fiscales logran alguna pista nueva o ponen sobre la mesas sus logros durante estos años para mantener vivo el caso y la esperanza de los McCann, Kate y Gerry, de poder saber más de 16 años después lo que le ocurrió a su pequeña, que por aquel entonces estaba a punto de cumplir los 4 años.
La carta del principal sospechoso
En junio pasado el medio ‘Daily Mail’ publicó una carta escrita por Christian Brueckner, en la que cuenta detalles sobre el caso.
A mano y escrita con lápiz, el sospechoso se desliga del caso y acusa a la justicia alemana prácticamente de acosarlo. Incluso, también hizo sorprendentes acusaciones sexuales sobre miembros clave del equipo de investigación, el cual el medio mencionado decidió no publicar de manera completa.
“No te puedes imaginar cómo es cuando todo el mundo cree que eres un asesino de niños, y no lo eres. Me dijeron hace mucho tiempo que la oficina del fiscal estaba cerrando el caso de Madeleine porque no hay ni la más mínima evidencia. Nunca habrá un juicio”, afirmó Brueckner en la carta.
“Los fiscales no están diciendo nada al público porque deben entregar los archivos a mis abogados, y contienen mucho material que confirma mi inocencia. Nunca entenderán que la idea que tuvieron fue brillante, ya dije que Hollywood no podría hacerlo mejor, pero eligieron al actor principal equivocado: yo”, escribió Christian.
“Estoy escribiendo esto sin autocompasión y mi autoconfianza y autocontrol nunca estuvieron en un nivel más alto. Lo que no te mata te hace más fuerte. ¡Ánimo! Mejores días están llegando”, concluyó.
Según el medio mencionado anteriormente, la carta de cuatro páginas de Brueckner termina con un dibujo de una margarita a la que le arrancan los pétalos y las palabras “no culpable” y “culpable” circulando a su alrededor y la leyenda “Se acerca la primavera…”, junto a ella.
Por otra parte, el medio indica que, la grafóloga Tracey Trussell, que examinó la última carta y otras que envió en los últimos dos años, dijo que mostraban que Brueckner estaba “distorsionado, engañado” y que sus “vistas fantásticas son constantes, inmutables”. Además, Tracey Trussell añade que sus letras indicaban a alguien que quería “comandar y controlar” y agregó que “el trazo largo y extendido en la letra S reclinada es un símbolo de alguien que sufre con sentimientos de culpa”.
“En algunos casos, este símbolo se ve donde se hAa producido una muerte violenta cerca de quien escribe, y están tratando de aceptarlo. Cualquiera que sea la verdad, existe la necesidad de alimentar continuamente su ego, y su objetivo final es obtener algún tipo de reconocimiento”, puntualizó la grafóloga.