Alejo Contreras Staeding, el hombre que creyó que todo sueño es posible
La historia de Magallanes está indisolublemente ligada al continente blanco, además de que, administrativamente, el territorio antártico chileno está adscrito a nuestra región.
Así, Punta Arenas forma parte de las ciudades vinculadas al desarrollo de la industria ballenera y a las epopeyas antárticas, aquella época gloriosa de los exploradores.
A mediados del siglo pasado, nuevas ambiciones hicieron mirar al continente helado, dando vida al Tratado Antártico y a las aproximaciones nacionales a dicho territorio, donde hay una pléyade de nombres que han quedado como pioneros.
Dentro de estos hombres, quedó registrado el nombre de Alejo Contreras Staeding.
Su reciente deceso ha causado impacto y pesar en nuestra comunidad y en todos aquellos que, de distintas partes del mundo, tuvieron la suerte de conocerle y de disfrutar de sus conocimientos y experiencia.
La noticia corrió y, rápidamente, traspasó nuestras fronteras. Medios de comunicación y portales noticiosos de Chile y de todo el mundo informaron sobre su muerte y lo presentaron como uno de los grandes exploradores antárticos.
Su figura inconfundible quedará para siempre en nuestras retinas, como aquel hombre de barba blanca para quien la Antártica comenzó a estar entre sus sueños cuando leyó en el colegio un libro de un inglés que iba esquiando al Polo Sur. Allí decidió que quería imitar aquella travesía. De hecho, fue el primer chileno en llegar caminando a ese mítico punto en 1998, desde el Mar de Weddell, cubriendo una distancia total de 1.380 kilómetros en 61 días.
Otra de sus hazañas fue alcanzar la cima del monte Vinson en 1983, el más alto de la Antártica.
De todas sus idas y venidas al territorio blanco, siempre recordó con cariño la primera ascensión al Monte Vaughan en 1993. El objetivo de aquella expedición era acompañar a Norman Vaughan, de 89 años de edad, a subir ese monte de las montañas Transantárticas que lleva su mismo nombre.
Tras aquella experiencia, Contreras aseveró: “No existe ningún sueño que uno no pueda realizar. Cuando (Vaughan) logró subir el cerro, a esa edad, me comprobó que cuando se trabaja para eso, los sueños se cumplen”.
Alejo Contreras Staeding logró sus propios sueños. Ese será su más grande legado.
