Boric: Antártica, ética e inversión en regiones

La reciente visita del Presidente Gabriel Boric tuvo dos momentos muy marcados. El primero lo situó en el concierto internacional con su viaje, junto al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, al territorio antártico chileno. De ella, surgió el mensaje a la comunidad internacional para actuar en pos de mitigar los efectos del cambio climático.

Ambos dignatarios pudieron conocer e intercambiar opiniones sobre los evidentes impactos de la actividad humana en la Antártica producto de la industrialización, emisión de gases efecto invernadero, deforestación, pérdida de hábitats y ecosistemas amenazados, entre otros. A tal punto que Guterres habló de la “anarquía climática en la Antártica”.

El segundo momento de la visita presidencial se desarrolló en Punta Arenas y, de él, se pueden desprender dos comentarios. El primero es relativo a la cercanía que Boric mantiene con los magallánicos y la señal que desea dar de ser un coterráneo que está interesado en lo que sucede en esta región y en no perder el vínculo cariñoso que lo ha caracterizado y que fue, en definitiva, uno de los elementos clave a la hora de enfrentar su campaña presidencial. Se trata de un aspecto diferenciador que, ojalá, no lo pierda, pese a todas las recomendaciones de la avanzada presidencial y de su círculo más estrecho.

En Punta Arenas, el Mandatario también asistió a la firma oficial del convenio de programación entre el gobierno regional y el Ministerio de Obras Públicas. Se trata de un millonario acuerdo de cofinanciamiento, que contempla unas 60 obras de envergadura y que demandará una inversión cercana a los 400 mil millones de pesos (70% los aportará el Mop y el 30%, el Gore de Magallanes).

La ampliación del aeródromo Rodolfo Marsh, nueva infraestructura portuaria en Puerto Navarino, mejoramiento de los bordes costeros de Puerto Williams y de Punta Arenas, construcción de una caleta pesquera en Bahía Mansa y obras en el aeródromo Capitán Fuentes de Porvenir forman parte del ambicioso plan de inversiones.

Se trata de un convenio inédito que instalará infraestructura necesaria para el desarrollo de la región, pero para que éste sea equitativo, pues considera proyectos en las cuatro provincias y no sólo en la capital regional. Una apuesta descentralizadora que tiene, como se indicó, un elemento esencial: busca equidad territorial.

La visita de Boric tuvo, así, una dualidad que, en rigor, se une en un mensaje claro: debemos cuidar el lugar en que vivimos; debemos hablar y actuar conforme a la ética biocultural.