Necrológicas

La Intendencia de Mateo Martinic Beros (1964-1970)

Jueves 21 de Diciembre del 2023

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Parte III

A los pocos días de asumir su alta investidura, el nuevo jefe provincial del gobierno en Magallanes parecía responder plenamente a los inmensos desafíos que proponía el programa político de la administración encabezada por el presidente Frei Montalva.

A diferencia de sus predecesores en el cargo, Mateo Martinic conocía a fondo cada rincón de la Patagonia producto de su experiencia primero, como estudiante en el grupo de exploradores salesianos y después, por su desempeño laboral en distintas empresas de la región, que habitualmente lo comisionaban para realizar determinadas misiones a las zonas más apartadas del territorio, una práctica que despertó en el abogado el deseo de investigar las posibilidades inexploradas e insospechadas que ofrecía Magallanes como potencial de desarrollo. Del contacto sostenido con la naturaleza, con la intrincada geografía austral, surgió en Martinic un singular interés por el conocimiento de la flora y fauna locales, y de temáticas, como la biogeografía que abordará frecuentemente en diversos proyectos e iniciativas a lo largo de todo su período como Intendente.

Desde un principio comprendió además, de que la mayoría de las autoridades que designaba La Moneda para ocupar el cargo de intendente, sobre todo los que provenían del norte del país -con excepción de algunas personalidades como Chaparro Ruminot, quien antes de su nombramiento prestó valiosos servicios profesionales al territorio-, desconocían absolutamente la historia magallánica, con su particular situación climatérica y la compleja conformación sociocultural de su población.

Por sorprendente que parezca, había otra variante que jugaba a su favor. Era sabido entre sus colaboradores y amigos más cercanos, el profundo conocimiento que el Presidente Frei tenía sobre un sinnúmero de materias, particularmente las relacionadas con la industria minera. De su estadía en el norte (vivió tres años en Iquique y fue senador por Atacama y Coquimbo por otros ocho años) extrajo conclusiones que plasmó en su programa de gobierno. La verdad es que Frei poseía un discurso propio acerca de las provincias del norte, la zona central, el área metropolitana y de todo el espectro centro sur del país; su punto débil en cambio, lo constituía el austro. De Chiloé al cabo de Hornos, de la Patagonia y de la isla de Tierra del Fuego sólo manejaba información general; es probable entonces, que el Primer Mandatario, conocedor de sus limitaciones, haya confiado en alguien estudioso de la región como Mateo Martinic, para dirigir los destinos de Magallanes durante su administración.

Infraestructura,

parques y soberanía

Desde los primeros años como estudiante de historia en el Pedagógico de la U. de Chile, no dejaba de preguntarse cómo una región rica en recursos económicos, la cual entregaba casi la totalidad de los hidrocarburos y la mitad de la producción lanera que consumía el país, además de las grandes reservas de gas natural, carbón y carbonato de calcio que poseía; unido a sus riquezas naturales y a una comunicación interoceánica privilegiada, no recibiera una atención preferente del Estado.

Envuelto en aquellas disquisiciones, previstas ya por los regionalistas en la década del 30, el intendente Martinic se abocó a llevar a efecto una especie de política de reorganización administrativa que implicaba como punto de partida, la habilitación de retenes fronterizos en distintos puntos de la región. La nueva autoridad parecía obsesionada con la idea de que el inmenso territorio de Magallanes, desprovisto de población humana en muchas zonas rurales, carecía de una señalética moderna que definiera adecuadamente sus límites geográficos. Con esta convicción, fundó la localidad de Villa Dorotea en Ultima Esperanza, el 24 de enero de 1965.

Al principio, como era de esperarse, la opinión pública se mostró indiferente y hasta reacia sobre la decisión de crear un nuevo pueblo en plena frontera, en medio del camino entre la ciudad de Puerto Natales en Chile y la vecina de Río Turbio, en la Argentina; pero, los dramáticos acontecimientos acaecidos en noviembre de ese año en laguna del Desierto, con la muerte del teniente de Carabineros, Hernán Merino Correa, a manos de funcionarios de la Gendarmería trasandina, validó ampliamente en toda la comunidad, la visión geopolítica del joven intendente.

Para sacar adelante su amplio plan de reformas, la máxima autoridad provincial contó durante todo su período con el apoyo logístico de algunas instituciones, destacando la cooperación entregada por la Armada Nacional y por la Fuerza Aérea de Chile, (Fach); mientras que, la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) proveyó a la intendencia en todo el sexenio 1964-70, de materiales en desuso y de desechos para que fueran reutilizados. A modo de ejemplo, el pueblo de Dorotea y otras villas que se construyeron en ese tiempo en la estepa patagónica, al igual que los retenes y pasos fronterizos, fueron levantadas de esa forma.

En la primera mitad de su administración, el intendente Martinic creó además, agencias postales en Río Seco y Onaisín, estaciones de radio, tenencias y retenes de carabineros en Morro Chico, Agua Fresca, Monte Aymond, Cañadón Grande, Dorotea, Cerro Sombrero, Cameron y Vicuña.

En lo comunal, Mateo Martinic prestaba especial atención al desarrollo urbanístico del campamento de Cerro Sombrero, que por su diseño futurista había sido descrito en algunos importantes medios periodísticos de Santiago como la “Brasilia de Tierra del Fuego”, en directa alusión a la ciudad capital de la república del Brasil. Además, su ubicación a unos cuantos kilómetros de la ruta que conectaba con el estrecho, le permitía recibir la mejor tecnología y manufacturas de aquel entonces, lo que coincidió con el momento de mayor prosperidad que vivía la Enap. Con estos antecedentes, el intendente Martinic resolvió elevar a categoría de pueblo al lugar, el 5 de agosto de 1965, lo que significaba que la estatal dejaba de tener potestad exclusiva sobre Cerro Sombrero. Ahora era un espacio abierto a toda la comunidad.

En lo estrictamente local, el intendente tuvo que hacer frente a los requerimientos de los pobladores que a contar de fines de 1963 habían levantado sus precarias viviendas conformando los grupos habitacionales “21 de Mayo” y “Quellón”. Pese a que en estricto rigor, se trataba de tomas de sitios que vulneraba la legalidad vigente, y aunque los moradores se enfrentaron en varias ocasiones con carabineros, lo cierto es que el intendente Martinic confiaba en las resoluciones del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, de reciente creación, para solucionar gradualmente los problemas de las familias estacionadas en esos lugares. Así las cosas, lo vemos en una de las primeras decisiones de este tipo, inaugurando la entrega de agua potable para ambas poblaciones el 4 de mayo de 1966. 

Uno de los tópicos menos analizados de su administración, fue su política de protección de los recursos naturales renovables. En primer lugar, la intendencia creó por decreto el comité permanente de protección forestal, de la cual derivó la formación de una policía forestal en la Prefectura de Carabineros de Magallanes.

Para proteger algunas especies autóctonas, se priorizó en la prevención y control de incendios, como también, en la detección de especies introducidas, entre ellas, el conejo y la rata almizclera en Tierra del Fuego. A continuación, se logró la creación de nuevos parques nacionales, como el “Alberto de Agostini” en la comuna de Porvenir, de 565.050 hectáreas, fundado por el decreto Nº80, el 22 de enero de 1965; “Laguna de los Cisnes”, también en Porvenir, “Los Pingüinos” en Magallanes, y el “Monte Balmaceda” de 7.900 hectáreas de superficie en la comuna de Natales, creados todos un 22 de abril de 1966.

Se adicionaba además, la creación de la reserva forestal “Los Yaganes”, de 70.500 hectáreas en la comuna de Navarino mediante el decreto N°325 del 15 de junio de 1967 y se ampliaba la reserva forestal “Magallanes”. Al mismo tiempo, se proyectaba la creación de las reservas forestales “Boquerón”, “Río Rubens”, e “Indios Alacalufes”, de dos millones de hectáreas (la más grande del país) y de los parques nacionales “Fuerte Bulnes” y “Bernardo O’Higgins”, este último de 1.500.000 hectáreas en el departamento de Ultima Esperanza.

Asimismo, se precisaba la reforestación y la protección de flora y fauna en ciertos sectores esteparios. Para ello se ampliaron los  viveros forestales de “río de los Ciervos”, y de “río Tranquilo”, sembrando especies que esperaban producir alrededor de 350.000 plantas para fines de 1969, que junto a los nuevos viveros de “Onaisín”, “Villa Tehuelches” y “El Ovejero” entregarían a la provincia, 4.300.000 plantas para la reforestación de la región. Vale la pena destacar, que todas estas iniciativas surgidas desde Magallanes sirvieron y deben considerarse como un antecedente previo, de la creación en Chile, el 13 de mayo de 1970, de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).

Educación y Salud

Un área que tenía una especial importancia para la intendencia fue la enseñanza, más aun cuando el gobierno del Presidente Frei comenzó a implementar desde mediados de 1965 su proyecto de reforma al sistema educativo a todos los niveles. En Punta Arenas, se consiguieron recursos frescos que permitieron celebrar varios contratos con la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales tendientes, como veremos, a erigir imponentes edificios para antiguas escuelas, mientras en paralelo, se creaban otras nuevas. En la cuenta pública ofrecida a la ciudadanía con motivo de completar los primeros tres años de gobierno provincial, el intendente entregaba el siguiente detalle:

En el departamento de Magallanes se habían construido las escuelas Nº5, Nº12 y N°20 de Playa Norte; la Nº13 de Río Seco; Nº14 de Barranco Amarillo, Nº22 en San Gregorio, la Nº23 en Villa Tehuelches. En Ultima Esperanza, la Escuela Nº6 y en Tierra del Fuego, la Escuela Nº9 de bahía Chilota y la de Onaisín. A ese listado se agregaban las ampliaciones y arreglos para las escuelas Nº8, Nº28, Nº10 de río de los Ciervos, y Nº19 de Agua Fresca en el departamento de Magallanes; la Nº3 en Puerto Natales y Nº4 en Dorotea en el departamento de Ultima Esperanza; la Nº1 en Porvenir y Nº7 en Puerto Harris, en el departamento de Tierra del Fuego; se sumaban también, el inicio de obras de remodelación en el centro de educación básica y la finalización de los trabajos de la escuela Nº7, ambas de Punta Arenas; como asimismo, se proyectaba la construcción de un moderno establecimiento para la antigua escuela de niñas Nº2, en calle Mejicana y un recinto escolar en Puerto Edén. En su informe, Martinic señalaba la existencia de un vasto plan de construcciones para el sector educación en el cuatrienio 1968-71 que contemplaba la ampliación del edificio del Liceo de Niñas, de la Escuela Técnica Femenina, la terminación del gimnasio del Liceo de Hombres en Punta Arenas y la habilitación de nuevas salas para la escuela consolidada de Puerto Natales. El intendente daba cuenta también, de dos futuras construcciones que estarían emplazadas, una en el barrio Sur, (Escuela España) y la otra, en torno a las poblaciones autoconstruidas en el cuadrante de Avenida Independencia, Martínez de Aldunate, prolongación Ecuatoriana y Eusebio Lillo  (Escuela Hernando de Magallanes).

En sólo tres años, el programa de construcciones de recintos escolares superó ampliamente el promedio alcanzado por las administraciones que antecedieron a la intendencia de Martinic. Del mismo modo, se elevaba considerablemente la matrícula escolar, producto de la implementación de la reforma propiciada por el gobierno de Frei. Desde 1964 a 1967 se había incrementado de 12.257 alumnos a 18.851 alumnos, equivalente a un 50%. Una medida que revestía especial interés en el proceso, en vista de la reforma agraria que preparaba el régimen, lo constituía el traspaso al sistema público de las escuelas particulares que poseía la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego y demás compañías ganaderas. En medio de las construcciones que se efectuaban, la intendencia silenciosamente incorporaba las escuelas de las estancias de Oazy Harbour, Cerro Castillo, Cameron, Cerro Guido y Punta Delgada bajo tuición del Estado.

En el ámbito universitario, la intendencia de Magallanes jugó un papel preponderante en la consolidación de la Universidad Técnica del Estado (Ute) en el austro, sobre todo cuando el Ministerio de Educación ratificó la creación de la carrera de Ingeniería en Petroquímica en Punta Arenas y la construcción de una sede de la casa de estudios superiores en calle Angamos y Zenteno. Además, en julio de 1967, el entonces director de Bibliotecas, Archivos y Museos, el magallánico Roque Esteban Scarpa celebró un acuerdo con el intendente Martinic para fundar en los meses venideros, el Museo de la Patagonia, que como veremos, fue el primer intento regional que buscó concentrar y reunir documentación patrimonial, material como inmaterial, información bibliográfica, fotográfica, pictórica y hemerográfica. En ese contexto, el intendente incubaba su vieja idea de crear, antes que expirara su mandato, la Universidad de la Patagonia.

Otro plano extremadamente sensible era el de Salud. Consciente de la falta de servicios de urgencia en las zonas rurales, la intendencia de Magallanes se abocó a la construcción de una red de postas de primeros auxilios en Villa Tehuelches, Morro Chico, Dorotea, Punta Delgada, Cerro Castillo, Onaisín, Cameron y Vicuña. En este sentido, el 29 de mayo de 1966, con presencia del ministro de Salud, Ramón Valdivieso y otras autoridades de gobierno central, el intendente Martinic hacía realidad uno de los anhelos más preciados de los habitantes de Ultima Esperanza, al inaugurar el nuevo y flamante Hospital de Puerto Natales. Dos días después, el ministro Valdivieso estrenaba las dependencias del Hospital Psiquiátrico de Punta Arenas, habilitado en una superficie de 850 metros cuadrados con una dotación de 70 camas.

Planificando la

Reforma Agraria

Nos atrevemos a afirmar que de manera casi experimental y en absoluto sigilo comenzó en Magallanes, quince meses antes de su aplicación en el resto del país, el proceso de Reforma Agraria. La idea principal, sostenida en el “Congreso de profesionales y técnicos freístas de Magallanes” perseguía la liquidación del gran latifundio de las sociedades ganaderas con el propósito de obtener su incorporación e integración al desarrollo social, demográfico y económico de la provincia austral. 

Bajo este concepto, el intendente Martinic con presencia de 150 personas inauguró el 2 de mayo de 1966 en Timaukel, Tierra del Fuego, el primer asentamiento campesino en Magallanes. Pedro Goic Karmelic, director de la zona XI para la Reforma Agraria explicaba el verdadero sentido de la medida: “La Reforma Agraria en Magallanes tiene un triple papel que cumplir; elevar el standard de vida del campesinado, en lo económico, social y humano, elevar la producción que permitan paliar en parte la deficiencia de carne del resto del país y por último, ser palanca fundamental del desarrollo regional”. 

Un emocionado intendente manifestaba: “Esta es una realidad, de un gobierno popular, del gobierno de Frei. La tierra para el que la trabaja, para el hombre, su mujer y sus hijos. Se cumple así una promesa ligada al porvenir de la región y del país” (Este artículo continúa el próximo domingo).

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