Obispado reconocerá a tres vecinos perseguidos en dictadura con el Premio de la Paz este 31 de diciembre

El Obispado de Punta Arenas anunció este viernes que el domingo 31 de diciembre procederá a reconocer a tres vecinos con el Premio de la Paz, cuyo premio recaerá en personas que se vieron perseguidas en dictadura, tras cumplirse en septiembre pasado los 50 años del golpe de Estado en Chile.

 “En esta ocasión tomamos la decisión de reconocer a tres personas que representan a muchos otros que durante un periodo muy triste y doloroso como fue el golpe de Estado se la jugaron por los derechos humanos”, destacó el obispo Oscar Blanco Martínez. 

En la oportunidad serán homenajeados el profesor Baldovino Gómez, el dirigente sindical Clemente Gálvez, y Paulina Echeverría, quien acogió a perseguidos políticos de la época.

“Son personas muy reconocidas en la región y con mucho gusto le entregamos este reconocimientos a ellos”, cerró monseñor.

Gómez se desempeñaba como funcionario de la Escuela Cerro Sombrero, quien fue detenido en el Regimiento Caupolicán de Porvenir el mismo 11 de septiembre de 1973, siendo liberado el 26 de septiembre de 1974. Desde su puesta en libertad se dedicó a apoyar a la Iglesia Católica en su lucha por los derechos humanos. 

“Desde mi liberación fui testigo del compromiso de la Iglesia que fue capaz de escribir la palabra solidaridad con letras mayúsculas. Hasta el día de hoy debemos recordar que la solidaridad es parte de una convivencia democrática. Este es un gran gesto donde más instituciones debieron referirse a los 50 años”, señaló el educador. 

Por su parte, Clemente Gálvez, de 76 años, es otro de los reconocidos con el Premio de la Paz por su aporte como dirigente del Sindicato de Trabajadores de Enap por aquellos años, lo que lo llevó a representar a sus compañeros ante las injusticias del momento, lo que implicó para él un riesgo de ser detenido. 

“Estábamos siempre dispuesto a ayudar a quien más lo necesitaba y eso se tradujo en que fuimos perseguidos por la dictadura. Tuve que cambiar tres veces el número telefónico de mi casa porque me llamaban para amenazarme”, planteó un emocionado Gálvez, a quien también intentaron quemar su vehículo en la puerta de su hogar. 

Paula Espina fue la encargada de recibir la noticia a nombre de su madre, Paulina Echeverría, de 80 años, quien por problemas de salud no pudo estar presente en las oficinas del Obispado. Espina destaca la labor de su madre quien en los años 80 resguardaba en su hogar a perseguidos políticos dándoles cobijo. 

La ceremonia se desarrollará el 31 de diciembre, a partir de las 19 horas, en el templo Catedral de Punta Arenas, en una ceremonia abierta para toda la comunidad.