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Sequía, arenilla y forraje

Por La Prensa Austral Viernes 12 de Enero del 2024
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La sequía y su impacto respecto de niveles de precipitaciones y diferentes cursos de agua de la zona es una realidad que se viene constatando en la última década y respecto de la cual no se ha logrado contar con un programa efectivo que mire a mediano y largo plazo. Todo indica que este problema irá en aumento.

Desde Asogama, se ha planteado este problema a las autoridades pertinentes y el año pasado en particular se presentó en calidad de urgente una problemática puntual: la situación de la Laguna Blanca, cuyo estado de sequía ha estado provocando en las temporadas primera-verano el levantamiento de limo y arcilla, generando una nube de polvo fino y liviano que se extiende a los campos cercanos. Ayudado por el viento, este polvillo ha estado cayendo sobre extensiones importantes de terreno afectando y disminuyendo su capacidad forrajera natural. 

Esto, obviamente, está generando un gran impacto a la actividad ganadera, pero también representa un problema ambiental y para quienes viven en las inmediaciones.

En una carta dirigida al gobernador Flies, el gremio hace ver que, planteado el tema a organismos como el Inia, durante la temporada de verano 2022-2023, se generó una reunión, en la cual se comprometieron ciertas acciones, pero que, más allá de declarar a la región de Magallanes como zona de catástrofe hídrico, no se lograron resultados, sólo la distribución de algunos recursos entre usuarios de dicho instituto, entre los cuales no estaban las personas más afectadas con este fenómeno. 

Pasado el verano, este problema quedó relegado a un segundo plano y los encargados no fueron capaces de articular ninguna acción correctiva.

Para Asogama, con esta nueva temporada estival el problema cobra protagonismo, pues sigue creciendo el número de hectáreas que están siendo afectadas. Además, hace ver que situaciones similares también se están viviendo en otras zonas de la región.

Como bien plantea la asociación, el sentido común indica que este cuadro de sequía y sus efectos e impactos negativos irán en aumento. 

Cabe hacer presente que este problema no sólo afecta a los ganaderos, sector que muchas veces es visto como privilegiado, sino que tiene impactos en el medioambiente y en la actividad turística, por lo cual deber ser sopesado en toda su magnitud. Este fenómeno está afectando la biodiversidad regional y, por ende, las autoridades competentes tienen que hacerse cargo de las repercusiones sobre la naturaleza, el paisaje magallánico, las actividades productivas y, por cierto, la comunidad regional.