Tras años de espera, finalmente municipio demolió casas en población Calixto por casos de inseguridad e insalubridad
Drogadicción, alcohol, entre otros actos ilícitos, son parte de las actividades frecuentes que vecinos del sector denunciaban ocurrir en el terreno. Dueños jamás respondieron.
Ni la lluvia fue impedimento para concretar un hecho que los vecinos llevaban varios años esperando. El municipio de Punta Arenas llevó a cabo la demolición de dos casas en estado de ruinas en la población Calixto por casos de inseguridad. “No es nada al estilo Carter”, aclaró Claudio Radonich, alcalde de la ciudad, refiriéndose a su par de La Florida.
Las viviendas sufrieron un incendio estructural a mediados de 2014, lo que dejó en ruinas y debilitadas a las dos estructuras del terreno dando pie a la llegada de usurpadores que las utilizaban para la realización de actos ilícitos, según indicaban los mismos pobladores.
Fue en 2017 cuando la municipalidad obtuvo los permisos correspondientes para llevar a cabo la demolición, la cual solo seis años después pudo concretar tras diversos atrasos que Radonich atribuyó a asuntos puntuales y a la pandemia.
“Pendiente”, fue la palabra con la que el edil de la capital regional comenzó a esgrimir para referirse a la situación demoledora. “Tenemos muchas denuncias de casas que tienen dueños que ya no viven en la región o que tienen una sucesión de hechos que pueden afectar a la seguridad y en la que nadie se hace responsable”, acotó.
A su vez, la autoridad comunal complementó que “este lugar no puede ser para encuentros de acciones que generan problemas a todos los vecinos. Este no es el estilo Carter, es algo que estaba pendiente y no es primera vez que se hace. Había un requerimiento muy sentido de los vecinos”.
“Tenemos en listado algunas viviendas más en que pasa exactamente lo mismo. Los dueños no se hacen responsables y esto se convierte en un antro para delincuentes. Juntas para tomar y drogarse con grados de escándalos que termina afectando a los vecinos”.
En la voz de los vecinos
Ariela Mansilla, presidenta de la Junta de Vecinos del sector, explicó que “es una alegría tremenda por todos nosotros, vivíamos con temor y con mucho miedo ante el hecho de que se vinieran a tomar, de repente prendían fuego. Llamábamos a Carabineros y cuando llegaban se iban los delincuentes”.
Asimismo, como una sensación de seguridad y tranquilidad para sus vecinos fue la categorización que hizo al emitir sus emociones a la prensa presente tras presenciar la demolición de las casa que poco a poco, bajo la intensidad de la lluvia, pasaban a convertirse en escombros.