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Chile inundado, Chile quemado, reorientación urgente de las Fuerzas Armadas

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 5 de Febrero del 2024

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Cuando aún se tienen imágenes del Chile central inundado en el invierno de 2023, ha aparecido el otro extremo, que repite con mayor intensidad lo que ocurrió hace un año en la Región de Valparaíso, cuando el jueves 22 de diciembre de 2022 entre el sector del aeródromo Rodelillo y las Palmas comenzó un incendio que quemó más de 400 viviendas, dejó miles de damnificados y el gobierno decretó estado de excepción por catástrofe. 

Un poco más de un año después, el asunto se repite y con mayor voracidad. A la hora que escribo esta columna, se registran 64 víctimas fatales y el número previsiblemente aumentará debajo de los miles de escombros. En lo personal mi hija y su madre evacuadas de un sector de dicha ciudad donde el fuego estuvo ayer sábado a escasos metros.

Sector industrial de Viña del Mar prácticamente destruido. Quilpué y Villa Alemana con más de mil 500 viviendas quemadas hasta hoy. 

¿Qué hace que los incendios que amagan reiterada y crecientemente, no sean parte de una estrategia de trabajo país, para prever, equipar, combatir y mitigar esto? Los bosques exóticos y los pocos nativos que nos quedan, llegando a las barbas de las ciudades, el cambio climático con la subida de las temperaturas veraniegas, la escasez de agua dulce, que incluso en muchos sectores del Chile Central y del Norte se ven amagados para su consumo humano hacen de esto un panorama desalentador a ratos, pero también pueden y deben ser, la oportunidad para superar esto, con planificación, orden, inversión y trabajo.

Este desastre, está en la escala, en la magnitud e impacto, con el terremoto y maremoto del año 2010. Pero los terremotos son un poco más imprevisibles. Valparaíso 2014 tuvo un incendio que destruyó 2 mil 900 viviendas y dejó alrededor de 12 mil personas damnificadas. En dicho incendio hubo 15 víctimas fatales. Hoy ya se cuadruplican largamente las víctimas fatales.

Toda esta cronología y constatación, busca indicar que si no tenemos un cambio real en nuestra actitud y en nuestra ocupación como país, a Chile lo veremos permanente hundido bajo el agua, como vimos por ejemplo a Licantén en agosto de 2023 donde el 50% de su territorio quedó bajo el agua. Y también veremos a Chile rodeado por el fuego. 

Este drama y desastre tiene que asumirse como una OPORTUNIDAD, la verdad una OBLIGACIÓN de ocuparse y poner todos los recursos humanos y materiales, no sólo para remover los escombros y reconstruir lo que es casi obvio, sino para trabajar una estrategia y un plan país REORIENTANDO por ejemplo el rol de las Fuerzas Armadas en un proyecto a mediano plazo. 

Las amenazas que hoy tiene Chile, se encuentran esencialmente adentro del territorio. No sólo el terrorismo, el narcotráfico y la inmigración descontrolada y sin respeto alguno por las fronteras, sino que los desastres naturales y los desastres provocados por actos humanos o por imprevisión de nuestra sociedad, están adentro y como se dice llegaron hace rato y para quedarse.

Entonces más que la citación de Boric al Cosena (Consejo de Seguridad Nacional) para este lunes producto de la alta violencia principalmente en la Región Metropolitana, con homicidios casi diarios que tienen a los chilenos atemorizados y encerrados mientras campea el más fuerte, puede y debe ser una primera oportunidad para que el gobierno, comience una reorientación de las Fuerzas Armadas, para que no sigan ancladas a una dura y dolorosa imagen asociada a la dictadura de hace 50 años, sino que sean las fuerzas, que unidas y redirigidas por el poder civil, aporten a ser preventivas, con recursos, para que los enemigos internos sean combatidos. ¿Cuáles son los enemigos internos? Todo lo que afecta a los chilenos honestos y trabajadores, que son la inmensa mayoría de los chilenos.

Japón y Alemania se reconstruyeron después de la horrorosa Segunda Guerra Mundial y en menos de 30 años, se convirtieron en potencias mundiales. Claramente con disciplina y trabajo. Chile puede y debe ser una potencia mundial en el combate de los incendios forestales. ¿O tendremos que seguir cada cierto tiempo, arrendando a empresas privadas aviones súper-tanques para el combate de los incendios forestales?. Se deberán crear efectivos y extensos cortafuegos en las ciudades del Chile Central. Conaf y una parte del Ejército y la Fuerza Aérea pueden constituir una alianza y una corporación altamente especializada y con los recursos para combatir el fuego. El cambio climático así lo está exigiendo.

Será posible, que con la extensión de costa que tiene Chile (5.000 km de longitud) y con una cordillera Nevada, nos quedemos sin agua dulce para el consumo humano. Chile tendrá que invertir fuertemente en plantas desalinizadoras para comunidades que tienen carencia de agua pero principalmente para no consumirse la poca agua que tenemos en extinción de incendios y en riego para su agricultura.

Las Fuerzas Armadas, supeditadas y orientadas por el poder civil y democrático, deben efectuar su mejor aporte. Al final del día, las pagamos todos los chilenos y no estamos gracias a Dios en guerra, hace casi 150 años. Y esto puede ser el reencuentro de estas con la civilidad y con Chile. El golpe de Estado fue hace 50 años. Al final, los problemas y las crisis son oportunidades. Boric tiene la oportunidad de pasar a la historia, con esta reorientación, que sin desatender lo externo, reencuentre con Chile y reoriente ampliando el giro de la mayor empresa de Chile como son las Fuerzas Armadas, que deben cuidar y proteger a Chile y los Chilenos.  El resto es pre-juicio y dilapidación de recursos.