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Entre Moisés y el Rey David

Por Abraham Santibáñez Sábado 10 de Febrero del 2024

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En el primer día de su visita a Israel, el Presidente argentino Javier Milei lloró junto al Muro de los Lamentos, el último vestigio del templo de Salomón. Dos días después, sorprendió a sus compatriotas con un misterioso mensaje en hebreo. Fue un recorrido lleno de emociones para una persona criada en el catolicismo, pero que en los últimos años se acercó al judaísmo.

Milei es ferviente defensor de Israel. Designó al rabino Shimoon Wahnish, -que le acompaña en esta visita- como embajador en ese país. Ya dijo que trasladará la sede diplomática argentina desde Tel Aviv a Jerusalén, una medida muy discutida.

Su acercamiento a la fe judía comenzó hace poco menos de tres años.

Según la BBC, él mismo reveló que, a través de conversaciones con un alumno de Economía, “comenzó a leer las escrituras sagradas del judaísmo y empaparse en su cultura”. En junio de 2021 un amigo le recomendó que visitase al rabino Wahnish. Entonces “en un encuentro cabalístico se señaló que Javier encabezaría un movimiento liberador en la Argentina. Milei salió de esa reunión emocionado”, contó su amigo en una entrevista en El País.

Estas creencias no han alterado sus convicciones políticas. Al parecer, las ha profundizado. Por ello no ha mejorado la relación de fuerzas con el Poder Legislativo. Mientras viajaba a Israel, el Congreso convirtió en papel mojad su más ambicioso proyecto, la ley “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”.

La iniciativa original constaba de 183 páginas y 664 artículos, pero fue reducida a 386 artículo, a fin de facilitar su paso por el Congreso. Aunque fue aprobada en general, no lo logró en la votación por artículos. 

Las posibilidades de éxito nunca fueron muchas. 

Frente a esta incómoda situación, Milei pasó la semana pasada del llanto y la oración a la ira. Primero reaccionó contra la “Casta” y, después, con un curioso mensaje en hebreo en las redes sociales.

El posteo del Presidente, traducido por La Nación, corresponde a un conocido pasaje del Antiguo Testamento luego que Moisés recibiera las tablas de la ley. Dice así: “Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel…”. Las tablas que rompió Moisés “eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios”.

Según el abogado Carlos Maslatón, antes asesor del Presidente y ahora detractor de su gestión, dicho posteo “debe ser tratado como una amenaza contra la democracia argentina en camino de una insurrección constitucional inexcusable”. El hecho, agregó, “es grave” porque versa sobre la “inconducta” de los hebreos contra Moisés mientras transcribía los diez mandamientos en las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí.

En Israel, en tanto, al terminar su visita, Milei quiso volver de incógnito al Muro. No tuvo suerte. Al instante fue descubierto por creyentes y rabinos. Y dos minutos después, el Presidente, sus amigos y los israelíes que estaban allí empezaron una inédita y espontánea fiesta judía. No es habitual que un jefe de Estado sea levantado en andas, mientras se canta la historia de la derrota de Goliat por el Rey David.

Un curioso logro de Milei.