“El mayor porcentaje de personas que no sabe leer ni escribir tiene más de 60 años”
Las personas analfabetas son invisibles y sienten vergüenza de su condición, que en muchos casos es una verdadera discapacidad. No pueden hacer trámites por sí mismos, dependen de un tercero. Muchas veces van a oficinas de manera presencial, pero les piden firmar. Incluso para las postulaciones a las ayudas estatales, esas que necesitan para vivir, tienen que saber leer y ni hablar de postular a través de un teléfono o una tablet, y es que en pleno auge del mundo digital, sin poder leer o escribir, esta no es una posibilidad.
En Magallanes, son más de tres mil las personas que no saben leer, ni escribir. Una situación que es más prevalente en mujeres, y en personas mayores. Son más de 40 mil quienes no han terminado su cuarto medio. De acuerdo a la Casen, los años promedio de escolaridad disminuyen en los trámites más vulnerables.
Jessica Huili Bahamonde, profesora de Historia y monitora del Plan Nacional de Alfabetización, señala que le correspondió trabajar con un grupo de mujeres jefas de hogar, algunas incluso continuaron estudiando para sacar su cuarto medio. “Trabajar en este programa fue una experiencia súper potente. Ellas implementaban estrategias para que no se supiera que no sabían leer. Aprendían algunos números para ir al supermercado, por ejemplo”.
Los programas
En este contexto, el seremi de Educación, Valentín Aguilera Gómez, planteó que hay diferentes herramientas para que las personas puedan acceder a procesos de alfabetización. Está la opción que entrega el Ceia de Punta Arenas, que tiene un curso de alfabetización enmarcado dentro de la formación regular de educación para jóvenes y adultos. Este plan permite cursar en un año, de primero a cuarto básico, con un plan de estudios de 10 horas divididas en dos días con jornada vespertina, con las asignaturas de lenguaje y comunicación y matemática, con el acompañamiento de una profesora especialista.
Por otra parte, se encuentra el Plan Nacional de Alfabetización, al cual Magallanes se ha reincorporado durante el actual gobierno, el cual dispone de monitores capacitados insertos en la base territorial, que trabajan en grupos, usualmente en espacios como sedes vecinales, sedes sociales u otros espacios convenidos que se encuentren cerca del domicilio de las personas beneficiarias.
“Como ex director de una escuela para jóvenes y adultos puedo comentar que la experiencia de la alfabetización es de gran significación para las personas que la cursan, de mucha conexión emocional con los monitores, de compartir experiencias de vida de manera intergeneracional (considerando que el mayor porcentaje de personas que no saben leer ni escribir tienen más de 60 años) y también intercultural, representando una posibilidad de desarrollo humano y de inclusión social”.
El muro para superar la pobreza
El analfabetismo afecta todas las facetas de la vida de una persona. La posibilidad de leer un contrato es casi nula, muchos se lo llevan a su casa para que otro se los lea y ni hablar de firmar. No saben qué condiciones pueden exigir y muchos, por vergüenza, no admiten que no saben leer, quedando así inmediatamente excluidos de postulaciones a cualquier fondo que les permita emprender.
Para hacer frente a este impacto, la seremi del Trabajo, también cuenta con programas de nivelación de estudios, que se pueden ejecutar en un tiempo relativamente corto, cuya finalidad es darles mayor facilidad de acceso al mundo laboral y apoyarlos en la continuidad de sus estudios.




