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Estudio de la Umag reveló que confinamiento de la pandemia deterioró la salud de personas diagnosticadas con Parkinson

Jueves 29 de Febrero del 2024

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En colaboración con el Centro de Rehabilitación Cruz del Sur, la Umag lideró un estudio que abordó el impacto colateral de la pandemia por el Covid-19. Se trata de una investigación llevada a cabo por docentes de la carrera de Kinesiología de la Universidad de Magallanes (Umag), la cual fue publicada en una revista internacional y que aborda la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson durante los tiempos de cuarentena.

Fueron 51 usuarios de la Región de Magallanes y Antártica Chilena los participantes del estudio, diagnosticados con Parkinson por el Servicio de Neurología del Hospital Clínico de Magallanes y que accedieron voluntariamente a participar de la investigación.

El artículo profundiza en el trabajo de H. Felipe Retamal y Alejandra Fernández, kinesiólogos que trabajaron en colaboración con su colega Patricio Barría, de la Corporación Club de Leones Cruz del Sur. 

La investigación fue de carácter cuantitativo, exploratorio, descriptivo y correlacional. Se llevó a cabo en conformidad con el Código de Etica de la Asociación Médica Mundial, y fue aprobada por el Comité Etico Científico del mismo Centro de Rehabilitación.

Malestar corporal, movilidad y bienestar emocional fueron de las principales afecciones indicadas en el estudio, afectadas directamente por el confinamiento. En un análisis cualitativo, las dimensiones que se mostraron mayormente comprometidas fueron la comunicación y el estigma.

Los datos se obtuvieron de una muestra compuesta en un 67,7% por individuos identificados con el género masculino. Sus puntuaciones mostraron que tienen mejor calidad de vida en lo que se refiere a apoyo social y estigma, y peor calidad de vida en términos de malestar corporal y movilidad. En tanto, el 32,3% correspondiente al género femenino, mostró baja calidad de vida al considerar el estigma social y la comunicación. Además, las mujeres diagnosticadas con Parkinson superaron a los varones tanto en el aumento de los síntomas como en la percepción de una menor calidad de vida.

El estudio confirmó, además, que la progresión de los síntomas también les afecta, y que las medidas de restricción social limitaron el normal desarrollo de las actividades de la vida diaria, la práctica de actividad física e, incluso, la fisioterapia y rehabilitación, aumentando así el sedentarismo y el riesgo de avance de esta patología. Por eso, la práctica de ejercicio y la terapia física incluso de forma virtual fue vital para evitar los efectos adversos del confinamiento durante la pandemia.