Necrológicas

Diez estancias magallánicas abandonarán la ganadería extensiva para pasar a un modelo regenerativo

Jueves 4 de Abril del 2024

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Antonio Kusanovic Olate es consultor de negocios de Carboneg, empresa de origen checo especialista en agricultura regenerativa. Es el hombre detrás de la transformación de que diez estancias magallánicas abandonen la ganadería extensiva y pasen a un modelo regenerativo.

Su vínculo con este tipo de ganadería comenzó en 2011 cuando de forma autodidacta se comenzó a adentrar en el mundo de la ganadería regenerativa.  “Me di cuenta que si uno implementa un mecanismo regenerativo del suelo puede lograr una mayor captura de carbono, eso se puede transar en el mercado internacional y obtener un ingreso extra”, comenta. La actividad ganadera tiene un gran impacto en la emisión de dióxido de carbono, ya que ocupan grandes extensiones de terreno que podrían ser ocupadas por bosques y emisión de metano que produce la digestión de la fibra vegetal en el estómago de los rumiantes.

El modelo planteado por Kusanovic Olate se basa en que las cabezas de ganado vayan rotando por el campo con el objetivo de dejar tierras en barbecho y el pastizal tenga mayor capacidad de recuperación. Esto se denomina planificación holística y en la región es aplicada por diez estancias que representan un volumen de 25 mil hectáreas. “Hace una estancia sostenible en plano de la sequía e incluso permite aumentar la carga animal (…) yo asesoro ganaderos que no bajaron la carga e incluso la aumentaron”, enfatiza.

Por hectárea regenerada se pueden dejar de emitir entre 0,8 y 1 tonelada de carbono. En el mercado internacional una tonelada de carbono se transa a ocho euros ($8.000 chilenos). Una estancia de cuatro mil hectáreas puede llegar a ganar $32 millones sólo por emitir bonos de carbono. 

Antonio Kusanovic señala que “algunos estancieros que han aplicado este método no entienden cómo eran capaces de dejar que sus animales se comieran todo a la vez”. Esta práctica imposibilita que las tierras se recuperen, ya que cuando el pasto empieza a crecer las cabezas de ganado se lo vuelven a comer.

La recepción del mundo ganadero ha sido muy lenta, comenta Kusanovic, quien en un principio no obtuvo buenos resultados y se ganó un poco de mala fama en el mundo de los estancieros. “Los que creyeron en el modelo en la metodología se han visto beneficiados con la perfección del plan de manejo y han tenido buenos resultados (…) el comienzo fue difícil y hubo grandes errores”, expresa el consultor de Carboneg.

Esta estrategia permite recuperar los campos degradados por décadas de prácticas extensivas y darle una batalla a la sequía, ya que permite planificar con meses de antelación la forma de obtener alimentos para los animales.