Back to Black
Por Guillermo Muñoz Mieres,
periodista
Estados Unidos y Gran Bretaña, 2024
Directora: Sam Taylor-Johnson
Protagonistas: Marisa Abela, Jack O’Connell, Eddie Marsan
En un momento de “Back to Black” la abuela le reprocha a su nieta Amy Winehouse que terminará como el jazzista Charlie Parker porque al ser declarado muerto se pensó que tenía 60 años cuando en realidad sólo tenía 35. La alusión puede ser biográfica, pero también recuerda al epílogo de la película “Bird” (1988) que dirigió Clint Eastwood y que rompió el mito de que la vida, obra y tragedia de un artista no podía caber en una película.
Así como con Jim Morrison, Freddy Mercury o Bob Marley, era cuestión de tiempo que la vida de la cantante y compositora inglesa Amy Winehouse llegue al cine, porque son historias intensas, marcaron una época y fueron demasiados jóvenes para morir, pero también en el fondo hay un doble negocio, sus temas musicales se siguen escuchando y la película termina siendo una buena excusa para continuar haciéndolo.
La película muestra la hilacha desde su primera escena, se trata de una biografía políticamente correcta, por eso su tono es limpio, pulido y cromado, donde se contará lo justo y necesario, lo que ya se sabe por libro e internet y que no arriesgue una demanda por pasarse de la raya o que el público se retire de las salas de cine antes de que la función termine.
La película va de menos a más, parte tímida, bien educada y el relato sobre el camino al éxito de la artista es poco inspirado porque parece apurado para llegar a lo que quizás realmente interesa, cómo en plena consagración se fue derrumbando y termina en tragedia. Entonces cuando llega a estos momentos aumenta su musculatura, aparecen los éxitos musicales, el amor tóxico de su vida, el alcohol, las drogas y una lección moral que en este tipo de películas suele estar: todo exceso se paga.
Lo mismo ocurre con las actuaciones, la mayoría planas y casi con algo de caricatura, incluso con un actor como Eddie Marsan que interpreta al padre de Amy y cumple como buen corte inglés a pesar que su rostro ya ha estado en obras mayores y algunas no tanto. No es el caso de la actriz Marisa Abela que avanza como la película misma, porque al comienzo uno no ve a Amy Winehouse, sino a la actriz, y eso en este tipo de películas puede ser una mala señal, pero a medida que la vida de la cantante camina hacia el éxito y la tragedia, la actriz se conecta, canta con su propia voz y nos hace creer que Amy Winehouse puede estar de vuelta.
“Back to black” es una biografía cuyo mayor atractivo es ser el primer relato en el ámbito de la ficción sobre Amy Winehouse, vendrán otros, es seguro, porque tiempo y material hay de sobra y oportunidades de nuevos negocios también.
Lo cierto es que a diferencia de “Bird”, la vida de la cantante británica no cabe en esta película. Quizás sólo por escenas, principalmente cuando se muestra a una Amy Winehouse que observa el paisaje desde el vidrio de un auto con la mirada perdida.
Y sólo allí, en ese momento, podemos decir que estamos ante una mujer que murió cien veces para volver a la oscuridad.