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Destacado guitarrista chileno radicado en España se presentó en la Umag

La guitarra de Bernardo García Huidobro y sus aprendizajes en décadas de estudio musical

Lunes 15 de Abril del 2024

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Lucas Ulloa Intveen
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Dentro de los primeros acercamientos a la música que recuerda tener Bernardo García eran en su casa escuchando a Mozart con un tío de parte materna. Su madre igualmente era una gran aficionada a la música, sonaban sinfonías en su hogar, pero con su tío, que actualmente tiene más de 90 años, pasaban horas en el sillón escuchando La Flauta Mágica o la ópera Don Giovanni. “Mientras escuchábamos a Mozart él me contaba el argumento, la narrativa. Fue extraordinario, yo creo que esa fue una experiencia decisiva para mi”.

Años más tarde cogería la guitarra, instrumento más cercano y accesible para él y sobre el cual cimentó un camino de toda la vida, partiendo como autodidacta, luego con diversos maestros chilenos y más tarde en el Conservatorio de la Universidad de Chile, pasando por el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica y posteriormente con distintos maestros en España, donde está radicado desde 1974.

“En aquella época en el conservatorio era difícil el tema de enseñanza, por todas las tensiones políticas. Las clases estaban bastante alteradas, a cada rato ponían bombas en el conservatorio, o habían huelgas. Entonces las clases pasaban a segundo plano. En ese momento estaba muy politizado, los profesores también. No había un ambiente muy agradable para la enseñanza”.

Previo a su salida del país, recuerda que en Chile, posterior al Golpe, al interior del Conservatorio de Música pusieron un fiscal militar. “Dentro habían profesores y alumnos de izquierda y de derecha, luego comenzaron las delaciones. El fiscal llamaba a la gente, le hacían un juicio y los echaban. Porque el conservatorio era un antro marxista para ellos”.

Como anécdota recuerda que para cuando salió electo Allende, en el conservatorio incluso hubo una propuesta de clases de marxismo por parte de algún alumno. “Traían a ‘héroes’ de la guerra de Vietnam, al aula magna del conservatorio. Había uno que había matado a no se cuántos americanos. No tenía nada que ver con la música”.

Ya en España se adentró en las aulas de un conservatorio pero desistió al poco tiempo, encontró las clases muy estructuradas y aburridas. Eso lo llevó a buscar instrucción con guitarristas de manera particular, donde estudió unos meses con Ricardo Iznaola, cuyo mentor había sido Regino Sainz de la Maza, quien posteriormente le hizo clases a él. “Regino era un gran maestro, la cátedra de guitarra había sido creada para él, era continuador de la escuela de guitarra que viene de Tárrega (…) Era una persona muy culta, vinculada a la generación del 27, era amigo de García Lorca, él le hizo el primer concierto en Granada. Se juntaban en verano en la casa de Dalí y Regino tocaba la guitarra”.

“La primera clase me dijo ‘usted creía que tocaba’. Eso lo hace porque cada maestro de alguna manera desea que tenga una nueva visión sobre lo que le va a enseñar, pero era duro él (..) Los grandes maestros, las cosas que te dicen muchas veces no entiendes cuando las dicen, pero con los años las vas entendiendo. Ellos siempre se quedan contigo, te acompañan con sus enseñanzas”.

Uno de sus mayores aprendizajes con Sainz de la Maza considera que fue la conexión entre la música y el interior. “El decía que un maestro no enseñaba nada nuevo, sino que lo que hacía era sacar lo que ya estaba en el discípulo. Esa es la función del maestro. Sacar lo que ya está adentro en potencia, latente”.

El sábado, en la Umag, Bernardo García Huidobro ofreció el concierto “Cinco siglos de música para guitarra”, que reúne piezas de Isaac Albéniz, Joaquín Rodrigo, Heitor Villa-Lobos, Francisco Tárrega, entre otros compositores.