Devenir económico y secretismo
La situación económica de Magallanes se refleja en la contracción en 1,4% del Pib, según el último informe del Banco Central, la caída en 27% de las exportaciones y más de siete mil personas desempleadas.
No es un escenario confortable.
Existe, por ende, legítima preocupación de los gremios y sectores productivos en torno a este devenir y, ahora, se suma la posible quiebra de Nova Austral, amén de la inquietud por la forma en que las nuevas disposiciones de la Dipres y la Contraloría han ido cercando o, más bien, cercenando la autonomía de los gobiernos regionales para invertir y transferir recursos. Esto último es gravitante si se considera que la inversión pública es el principal motor en regiones extremas como Magallanes.
En este contexto, tres ministros, dos subsecretarios, el vicepresidente de Corfo y las autoridades regionales se reunieron en un pomposo Gabinete Pro Crecimiento, donde se identificó que las concesiones marítimas son hoy el principal escollo que enfrenta la inversión privada. Se habló de 29 proyectos que están enfrentando problemas para obtener permisos sectoriales.
Sin embargo, este debate se realizó a puertas cerradas y con mucho recelo a la prensa, desconociendo que, en un momento en que la región tiene muchos flancos abiertos, es totalmente legítimo que se quiera informar del tenor de estas y otras reuniones sostenidas en el marco de la instalación del hidrógeno verde en nuestra zona.
En la reunión para establecer los avances del denominado Pacto por Magallanes, ligado al H2V, se sinceraron cifras sobre empleo y también los timings. La prensa no tuvo acceso a las exposiciones que efectuaron representantes de la industria y de Enap, entre otros.
No es buena política estimar que la prensa es el enemigo por antonomasia. Chile fue recientemente la sede de la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, pero existe una tremenda desconfianza respecto de ella y no pocos intentos por cerrarle las puertas a la hora de inquirir información que es vital y a la cual todos los ciudadanos tienen derecho a acceder.
Los medios y los periodistas tenemos también que hacer nuestro propio mea culpa. Nos hemos apoltronado esperando que llegue por whatsapp el comunicado y/o la cuña “salvadora”. Por ello, cuando un reportero quiere preguntar algo más allá de la versión oficial, las autoridades y los empresarios se asustan.
La democracia y el desarrollo económico y social de Magallanes requieren que haya transparencia, información veraz y oportuna. Requieren que la prensa vuelva a cumplir su función: ser defensora y promotora del bien común.