Fiscalía y querellantes van por presidio perpetuo para acusado de matar a madre de tres hijos y abandonar su cuerpo en la Reserva Magallanes
- El abogado que lo defiende, Pablo Santander Severino, admitió que los hechos son
“gravísimos, tristes y muy lamentables”, pero pidió que “prime el imperativo legal” .
“El único resultado que esperamos es un veredicto de condena y presidio perpetuo”, fue la frase con la que la fiscal Wendoline Acuña Aliaga cerró ayer su alegato de apertura, al inicio del juicio oral en contra de Carlos Elías Muñoz Cárcamo, acusado de asesinar a su entonces pareja Raquel del Carmen Díaz Jiménez.
Muñoz es el mismo que hace 17 años, en diciembre de 2007, fue sentenciado a 15 años de cárcel por rociar con bencina y quemar a su entonces pareja. A esa sanción se agregaron los 3 años de la pena que cumplía en libertad vigilada por un hecho de violencia intrafamiliar.
Muñoz gozaba de libertad, ya que tenía cumplida la pena, cuando en mayo del año pasado fue detenido por el crimen de Raquel, de 38 años de edad, madre de tres hijos, reapareciendo su nombre en la llamada
“crónica roja”.
¿Cómo parte este caso?
El año pasado, específicamente los días 12 y 13 de mayo, familiares y amistades pedían ayuda a través de redes sociales para encontrar a Raquel Díaz. Muchos mensajes dando cuenta de que estaba desaparecida desde el día 11 a las 19 horas, “cuando salió de su domicilio y desde ahí nadie sabe su paradero, ya que sus hijos y padre la esperan en casa porque se encuentran preocupados”, indicaba uno de los tantos mensajes de la época, acompañado de la foto de la mujer.
A esas alturas ya estaba presentada en Carabineros la denuncia por presunta desgracia.
Cercanos aseguraban que ella no era de salir y pernoctar fuera de la casa. Por eso, a medida que pasaban las horas, la situación se tornaba más angustiante.
La preocupación de que algo malo le hubiese sucedido crecía. Para ese domingo 14 le tenían preparado un festejo por el Día de la Madre. “Siempre llegaba a la casa. Nunca dejaba a sus hijos, salvo con la abuela si tenía que salir”, dijo su amiga Karin Peranchiguay, quien podría ser llamada a declarar en el juicio.
Por eso era extraño para ella que no respondiera el celular. Pasaba a buzón de voz. “El jueves (11 de mayo) se desconectó y no se supo más de ella y que no se comunicara con los hijos era raro”.
Luego vendría el día 15 en que el cuerpo sin vida de Raquel Díaz Jiménez fue encontrado en terrenos de la Reserva Magallanes.
Crimen
La tarde del 11 de mayo ambos salieron desde la casa de la víctima, en el vehículo de su propiedad, un Rexton, marca Ssangyong, “para compartir como pareja, en el marco de la relación de confianza y cariño que supuestamente existía entre ellos”.
Pasaron a un local comercial a comprar cigarrillos y otras cosas y de ahí tomaron rumbo a una modesta vivienda ubicada en la “Agrupación Lobos de Guairabo”, al sur de Punta Arenas, sector de Agua Fresca.
Entrada la noche, y madrugada del día siguiente, algo ocurrió. Tal vez una discusión entre ambos. No se sabe, más aún cuando ayer Carlos Muñoz optó por acogerse a su derecho de guardar silencio al inicio del juicio.
Las evidencias apuntan a que el acusado atacó a la mujer con un elemento contundente en la cara, quedando gravemente herida.
De ahí la agredió con un arma cortopunzante y le propinó más de 10 puñaladas en el cuerpo, abdomen y una herida lacerante en el muslo izquierdo.
Las marcas en el cuerpo de Muñoz confirman la hipótesis de que la mujer se defendió del ataque. Por lo mismo, resultó con 4 heridas cortopunzantes en ambas manos. A consecuencia de las graves heridas la víctima perdió al vida.
Encuentran el cuerpo
Posteriormente, con el objetivo de ocultar el cuerpo, escondió los restos de la mujer fallecida en sacos nylon de color rojo y la trasladó en el vehículo de la misma víctima hasta la Reserva de Magallanes.
En ese lugar la arrojó por una quebrada, por donde pasa un pequeño canal de agua, y para que nadie encontrara el cuerpo lo cubrió con frazadas, ramas y un refrigerador que había en el lugar, como parte de la basura que la gente suele arrojar en sectores periurbanos.
Pero como no hay crimen perfecto, hubo un testigo que vio a un hombre que sacaba sospechosamente un bulto desde un vehículo con las características del Ssangyong de la mujer, camino a la Reserva Magallanes.
Al parecerle esto muy raro optó por comunicarse con Carabineros. Una patrulla concurrió al lugar y verificó la existencia de un cuerpo de mujer. La habían arrojado en un sector donde hay una semi cuesta.
De inmediato se contactaron con la fiscal de turno, Wendoline Acuña, que desde ese día tomó este caso en sus manos y concurrió personalmente al lugar donde impartió algunas instrucciones a personal de Labocar y de la Sip de Carabineros.
Cerca de las 20 horas terminó confirmando que era el cuerpo de la mujer desaparecida.
Todo lo demás es conocido. Carlos Muñoz terminó siendo detenido, formalizado y enviado a la cárcel a cumplir prisión preventiva. Y ayer comenzó el juicio en su contra.
Es defendido por el abogado Pablo Santander Severino, quien admitió que los hechos son “gravísimos, tristes y muy lamentables”. Pero pidió que prime el imperativo legal, porque un veredicto de culpabilidad debe resolverse con certeza, “y la prueba que se va a rendir no satisface ese estándar, por lo tanto pedimos que se arribe a un veredicto de absolución, por no acreditarse la participación de mi defendido”.
Trío de juezas
En manos de tres juezas está el destino judicial del acusado: Adriana Knopel Jaramillo, Constanza Sutter Lagarejos y Palmira Muñoz Leiva.
Como querellantes actúan las abogadas Natacha Oyarzún Oyarzún y Claudia Guerrero Almonacid.
Hoy será el segundo día, de cinco, que está previsto que dure el juicio oral.
Entre los peritos que prestaron declaración en la primera jornada está la jefa de Labocar de Carabineros en Magallanes, mayor Nancy Peña; y el capitán Jonathan Venegas, actualmente cumpliendo labores en Puerto Montt.
“Es un acto grave de odio y desprecio hacia
una mujer”, dijo la fiscal Wendoline Acuña
“Estamos frente a un femicidio íntimo cometido en Punta Arenas”, comenzó diciendo la fiscal Wendoline Acuña, al comienzo del juicio en contra de Carlos Muñoz.
Fue un caso de connotación pública porque donde ocurra la muerte de una mujer “es un acontecimiento grave, porque es un hecho de violencia de género extrema”.
Calificó de “grave” el crimen de Raquel Díaz Jiménez, por tratarse de “un acto de odio y desprecio hacia una mujer, que en nuestro concepto está originado por esta
desigualdad de poder que históricamente ha sido dominada por los hombres”.
De ahí, recordó, los fundamentos de la creación de la figura penal el año 2020 que nació bajo el nombre de “Ley Gabriela”, donde el sujeto pasivo es la mujer y el sujeto activo es el hombre, quien mata a una mujer con quien ha tenido o tiene una relación sentimental de pareja o sexual sin convivencia.
Aseguró que los testimonios, pericias y documentos que presentará en el juicio “permitirán formar convicción de que el señor Muñoz,es quien dio muerte a su pareja sentimental. Demostraremos la existencia de esta relación entre ambos y que ese día, antes de llegar al inmueble donde ocurre la tragedia, Carlos y Raquel habían pasado a comprar cigarrillos y otras cosas a un establecimiento comercial, que más tarde y avanzada la noche y madrugada del día 12 de mayo, Muñoz actúa con gran violencia y ensañamiento, como lo señalamos en nuestra acusación, atacando a Raquel con un propósito evidente de provocarle sufrimiento antes de matarla”.
“Demostraremos con prueba científica la gran cantidad de estocadas que recibió, de las que ella se defendía, pues en sus lechos ungueales (uñas) existe ADN del acusado”. Además, que en el cuello y brazos de Muñoz quedaron lesiones compatibles con esos rasguños.
Sufrimiento previo
La fiscal dijo que Raquel sufrió previo a su muerte por el ensañamiento del acusado, que propinó más de 10 estocadas distribuidas en diferentes zonas de su cuerpo, fundamentalmente en zona abdominal y extremidades. “Además, la tironeó y jaló de los cabellos. Y la agrade con un objeto contundente, de madera y fierro, que estimamos fue un hacha (encontrada en la vivienda donde ocurrió el hecho de sangre), en cabeza y rostro, donde también se encontraron vestigios biológicos de Raquel”.
“Ella era madre de tres hijos, todos menores de edad. Y Carlos Muñoz lo que hace esa noche es privarlos de su madre. Además, él es un hombre que arrastra un historial y comportamiento agresivo hacia sus parejas. En extracto de filiación registra anotaciones previas por delitos de esta misma naturaleza, como graves ataques a parejas sentimentales”.
El día en que Carlos Muñoz fue condenado a 18 años de cárcel
El 20 de diciembre de 2007, el mismo Carlos Muñoz Cárcamo que hoy enfrenta el juicio por el femicidio de Raquel Díaz, fue condenado a 15 años de cárcel por “parricidio frustrado”.
El 24 de julio de ese 2007 roció con bencina y quemó a su entonces pareja, Gabriela Alvarado Mancilla, quien presentaba un embarazo de 36 semanas.
Esos días el acusado cumplía una pena de 3 años de cárcel (de fecha 18 de octubre de 2006) por el delito de lesiones menos graves, con el beneficio de la remisión condicional (en libertad), por lesiones menos graves en contra de otra pareja. Por eso la pena en total fue de 18 años, adicionando la sanción que cumplía en libertad.
Ese 24 de julio Muñoz discutió con su conviviente al interior de un automóvil estacionado en la vía pública. En el altercado, la roció con bencina y le prendió fuego. Encerrada en el interior, terminó siendo auxiliada por transeúntes y con un 40 por ciento de su cuerpo quemado, debiendo practicársele una cesárea para salvar al bebé que venía en camino y luego de ello ser trasladada a Santiago para recibir atención especializada respecto de sus quemaduras. Finalmente dio a luz y por nombre le colocó “Milagros” de nombre a la hija.