Necrológicas

– Hans Félix Bruning Pérez

Antipobres tus argumentos

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 15 de Julio del 2024

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Esta semana que recién pasó, se ha dado un espectáculo acomodaticio de algunos sectores del gobierno, sólo a la altura de la Conmebol o la ANFP para situar en contexto actual la situación. Lo primero fue intentar eliminar sin éxito, la multa o sanción que tiene consignada la ley, por no votar en el próximo evento eleccionario del mes de octubre.

Pero vamos por parte. El 27 de diciembre de 2022, a través de la Ley 21.524, el propio Presidente Boric, firmó la ley citada (y meses antes votó favorablemente como diputado), donde se reponía constitucionalmente el voto obligatorio en todas las elecciones populares de Chile, a sólo excepción de las votaciones primarias.

Pues bien, a poco más de un año de promulgada esta ley, la semana que recién pasó, se intentó vanamente en el Congreso, eliminar el pago de multas o sanciones, por no cumplir el deber de concurrir a votar, intentando transformar de facto, la obligatoriedad de votar, pues el no tener sanción, transforma la obligatoriedad en voluntariedad, porque no tendría consecuencia alguna, para quien no cumpliese esta norma que consagró el Presidente de la República con la ley ya señalada.

A la mala, ladinamente (adjetivo que usábamos para hablar o adjetivar al dictador) se intentó borrar con el codo lo que se escribió con la mano (y se votó mayoritariamente en el mismo Congreso como ya dijimos hace un poco más de dos años).

Para agravar la falta, los argumentos vacuos y contumaces del diputado Winter (mucho o poco Winter ya ¡¡) que en su argumentación para defender este cambio de última hora, (a 3 meses de la próxima elección), de que no aceptar este cambio, la multa por el voto obligatorio era “anti-pobres”. Pobre el argumento, y pobre el estudio de la ley que hizo el propio Winter, que votó a favor del cambio de la norma constitucional hace dos años como ya señalé. Es decir, cambios chapuceros, a lo ANFP para ajustar a lo que conviene de acuerdo al nubarrón que se presenta. Mal andamos pues.

Y para continuar con los estropicios, como segundo paso, ante el fallo en el intento de eliminar de facto la obligatoriedad del voto (intentando eliminar la multa y obvio con esto, la obligatoriedad, transformarla en letra muerta), ahora se intenta que los extranjeros, que al tener al menos 5 años de avecindados en el país, que adquieren derechos y entre otros temas obtienen cédula de identidad y pasan a formar parte del padrón electoral chileno, no se les aplique la multa o sanción, es decir, que sólo aplique a los chilenos.

Con esta mañosa interpretación de comenzar a hacer distinciones entre elector y ciudadano, respecto de estos, el gobierno, quiere que los extranjeros avecindados en el país, en la práctica sólo tengan derechos pero no tengan deberes.

Me explico. Legítimamente un extranjero que viene por razones humanitarias o perspectivas de vida y cumple ordenadamente con lo que la laxa ley chilena exige, de permanecer 5 años avecindado en nuestro país, obtiene el derecho de tener su residencia, de acceder a tener sus documentos de identificación y la misma ley chilena lo incorpora al padrón electoral.

Pues ahora bien, hoy por aparentes suposiciones de que mayoritariamente los extranjeros en esta condición votan principalmente por la derecha, bueno, ante esto, se quiere cambiar la obligatoriedad de votar al menos para ellos, pues no pagarían multa o sanción al no concurrir a votar y obvio con esto se desincentiva el que vayan a votar pues ya no estaría dentro de sus obligaciones como la tendremos cualquiera de los chilenos.

Es decir, pueden tener derecho a acceder a la red pública de salud, a subsidios, a ser calificados dentro de las estratificaciones sociales para acceder a beneficios, a obtener una vivienda entregada por el Estado, pero no pueden tener deberes como tiene cualquier chileno. Francamente impresentable, lo que no hace otra cosa, que generar odiosidad entre quienes han tenido hasta ahora, la mala suerte de ser ciudadanos chilenos con todas las de la ley, a los cuales les aplican derechos (cada vez menos en la práctica) y deberes, a diferencia, de quien viene llegando, que sólo le aplican los derechos.

Como todos saben, no soy de derecha, pero estar cambiando las normas a antojo de conveniencia mezquina y con actitudes poco democráticas tampoco es lo que comparto.

Estamos como estamos, porque a ratos (la verdad es que casi a cada rato), estamos dando un mal espectáculo como país y sociedad, sólo comparable a las matufias a las que nos tiene, lamentablemente acostumbrado el fútbol.