Necrológicas
  • – Héctor Jorge Castillo Ortiz

La historia de Patricia y Avelino y su aporte a la seguridad alimentaria en la zona austral

Lunes 22 de Julio del 2024

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En los últimos años, los conceptos de soberanía y seguridad alimentaria han cobrado una relevancia notable, siendo frecuentemente mencionados por autoridades nacionales y regionales. Sin embargo, aún muchos desconocen su verdadero significado y alcance.

La pandemia, junto con las crecientes incertidumbres globales provocadas por conflictos bélicos, el cambio climático, la sequía, la degradación de los suelos y la fragilidad de los sistemas productivos, ha impulsado a los países a reforzar sus sectores agrícolas. En respuesta a estos desafíos, el Ministerio de Agricultura ha desarrollado una estrategia integral para un sistema alimentario más justo, sostenible y resiliente. Esta estrategia reconoce la importancia de cada persona que compone la red alimentaria, esencial para asegurar la disponibilidad de alimentos en el país.

A nivel regional, este gobierno apoya distintas iniciativas de fomento productivo. Destaca el programa de papas de Inia Kampenaike y co-financiado por el gobierno regional, destinado a establecer el semillero de papas certificadas más austral del país para abastecer de semilla sana y de calidad a los productores locales. Sin embargo, surge la pregunta: ¿cómo impactan estas acciones en la vida cotidiana de los ciudadanos?

Este relato se centra en Patricia Paredes y Avelino Navarro, un matrimonio que ha contribuido significativamente a la soberanía y seguridad alimentaria regional a través de su dedicación a la tierra. Sin saberlo, ellos y otros agricultores, son piezas clave en este entramado. 

La historia de los Navarro-Paredes es una de las muchas historias de migrantes chilotes que llegaron a Magallanes buscando un futuro mejor. Trabajaron arduamente, formaron una familia y, con sus ahorros, adquirieron una parcela de una hectárea cerca del aeropuerto, en plena pampa patagónica. A pesar de las difíciles condiciones, sin acceso a luz ni agua, han transformado el terreno estéril en una tierra fértil y productiva.

Avelino se dedica al cultivo de papas, sembrando 16 sacos de semillas, incluyendo las proporcionadas por el programa de Inia Kampenaike y sus propias semillas de piel roja. Patricia, por su parte, se encarga del invernadero, cultivando acelgas, perejil, ciboulette, zapallitos italianos y experimentando con árboles frutales y flores.

Con dos hijas, Verónica y Yasna y sus cuatro nietos, Patricia se siente orgullosa de su trabajo y del esfuerzo incansable de su esposo, quien ha transformado la quinta de su parcela en una tierra de “harina negra”, un tesoro para cualquier agricultor. Gracias a la ayuda de un amigo y el uso de maquinaria adecuada, han logrado hacer de la pampa un vergel aumentando la productividad de sus cultivos.

Duplicar producción

La incorporación de cortinas cortavientos y sistemas de riego ha permitido a Avelino duplicar su producción, alcanzando más de dos toneladas de papas. Este éxito les ha permitido mantener un invernadero que, incluso en junio, sigue produciendo acelgas. En total, cosecharon 2.700 kilos de papas, todas clasificadas por tamaño, de las cuales 80 sacos de 25 kilos provienen de las semillas sembradas.

Patricia agradece el apoyo recibido del Indap, que les ha permitido acceder a créditos para adquirir equipos como la moto cultivadora y las cortinas cortavientos. Con cuotas al día y satisfechos con la asesoría, el matrimonio espera vender toda la cosecha antes de fin de año, confiados en la calidad de sus productos.

Además de la venta de papas entre vecinos y conocidos, Patricia añade valor a su cosecha con productos como papas rellenas, tortillas de papas y milcaos, manteniendo vivas las tradiciones culinarias de Chiloé.

Aunque sus hijos no están directamente involucrados en la agricultura, esperan que alguno de sus nietos continúe su legado. Mientras tanto, reflexionan sobre la importancia de la soberanía y seguridad alimentaria, un aspecto que muchos dan por sentado, pero que depende del esfuerzo constante de agricultores como ellos.

Durante el verano, la seremi de Agricultura, Irene Ramírez y director regional de Indap, Gabriel Zegers, visitaron el trabajo desarrollado por el matrimonio Navarro-Paredes, ocasión donde el jefe de área de Indap, Pablo Fernández, explicó el éxito de la incorporación de recolección de aguas lluvias de los techos de una bodega para llenar el guatero de 10.000 litros y, que representa la única fuente de agua existente en el predio de 5 mil metros cuadrados, junto con la incorporación de 200 metros lineales de cortinas cortavientos en cuarteles de una distancia máxima de 10 metros para optimizar el alcance de las cortinas y proteger los cultivos. 

El compromiso de parte del Ministerio de Agricultura, es claro, dice la seremi de Agricultura, Irene Ramírez, buscamos fortalecer el sistema alimentario promoviendo buenas prácticas, valorando el trabajo de los productores y apoyando su desarrollo productivo como el que realizan Patricia y Avelino.

En tanto Gabriel Zegers, director de Indap, se mostró impresionado por la manera que esta familia ha desarrollado la productividad de alimentos en una zona muy ventosa como es el sector que va camino a Mina Rica, incorporando tecnologías apropiadas, eficientes y sencillas como los cortavientos y la captación de aguas lluvia para regar el invernadero. 

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