El inconcebible inicio del segundo semestre escolar

Cuando nos preparábamos para el súper lunes por el inicio del segundo semestre escolar, la noticia llegó desde Cerro Sombrero, donde los alumnos y alumnas de dicha escuela volvieron a sufrir problemas de calefacción, además de que se constató el impacto negativo por la rotura de cañerías y hasta pizarras mal puestas. 

Esto había sido planteado en la última visita presidencial, existiendo el compromiso de Boric por solucionar estas falencias, pero ni ello fue aliciente para que los encargados se pusieran seria y profesionalmente manos a la obra.

La enseñanza está desde este año bajo la administración del Servicio Local de Educación Pública. La falta de calefacción en los colegios en una región donde las temperaturas son especialmente bajas es un reflejo preocupante de la incongruencia entre las declaraciones gubernamentales sobre el compromiso con una enseñanza de calidad y la realidad que enfrentan estudiantes y profesores.

Durante el primer semestre, los problemas no fueron menores. La aparición de plagas de ratones, junto con continuos problemas de seguridad y robos en las instalaciones escolares, han creado un ambiente poco propicio para el aprendizaje y el desarrollo integral de los alumnos. Es insólito y lamentable que, teniendo un año para asumir la administración de estos establecimientos, los directivos del Slep no hayan aprovechado ese tiempo para, en conjunto con la municipalidad, trabajar en mejorar las instalaciones y garantizar condiciones adecuadas para la educación.

La educación es un derecho fundamental y, como tal, debe ser prioritario para las autoridades locales y nacionales. No es aceptable que los estudiantes de Magallanes continúen enfrentando condiciones que comprometen su seguridad y bienestar. La falta de calefacción en invierno es un problema grave que afecta directamente la salud y la capacidad de concentración de los niños. Los problemas de seguridad, tanto en términos de plagas como de robos, crean un ambiente de inseguridad que es perjudicial para todos los involucrados.

La comunidad educativa de Magallanes merece un compromiso real y tangible con su bienestar. Es hora de que las promesas se conviertan en acciones concretas y que se priorice la mejora de las condiciones en las escuelas de la región. Sólo así se podrá garantizar que los estudiantes tengan un entorno seguro y adecuado para su aprendizaje, y que la educación en Magallanes esté a la altura de los estándares que todos merecemos.

El Slep no ha tenido un buen desenvolvimiento y ya está al debe con los niños, las niñas y los jóvenes de Magallanes. Esto se puede ver agravado por la falta de inversión pública para sostener este nuevo sistema y para ir avanzando hacia mejoras sustantivas que permitan pensar que será posible elevar el nivel de aprendizaje de los estudiantes a fin de que tengan mejores oportunidades de desarrollo profesional y/o técnico en el futuro.