“¿Cuántas veces más voy a tener que seguir aguantando lo mismo?”, se pregunta madre que volvió a ser agredida por su hijo
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Clama por una residencia en Magallanes para manejar este tipo de casos.
El 6 de junio pasado este diario dio a conocer el dramático caso de Nancy Contreras Vidal, madre de un hijo con autismo severo, quien debido a su agresividad, no lo reciben en ningún centro, siendo la única opción enviarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos Psiquiátricos del Hospital Clínico.
A sus 22 años, el joven requiere atención psiquiátrica para mantenerse estable, necesita en un centro psiquiátrico de larga estadía que lo pueda cuidar, el que no existe en Magallanes.
A 52 días de publicar su historia, Nancy Contreras reiteró su llamado a las autoridades para habilitar en la región un centro especializado en psiquiatría. Esta madre cuidadora sabe que su caso no es aislado, que en la región hay personas que necesitan de este apoyo. La única alternativa que le dan es el Hospital Psiquiátrico El Peral, en Puente Alto, en la Región Metropolitana. Una respuesta que está lejos de su hogar, de su región, de sus amigos y de cualquier red de apoyo que pueda tener. Una elección que implicaría verlo menos dado lo oneroso que significa viajar a la capital.
La mujer relata que la situación de su hijo es compleja. “Lo dieron de alta y alcanzó a estar 28 días. Había estado súper bien, pero ese día lo vi raro, no pensé que él iba a protagonizar un nuevo episodio”, apunta.
A través de Senadis se consiguió financiar un cuidador que estaba trabajando con él, un terapeuta de lunes a viernes. “Empezó con adaptación y todo iba bien, pero se descompensó, rompió todo, se me tiró encima y caímos al piso y me empezó a arrancar el pelo, y me escapé de la casa. Yo intenté razonar, contenerlo lo más que pude, pero no me resultó. Pedí ayuda a mi vecino, pero no había nadie en ese momento. Así que me escondí en el auto y esperé que llegara Carabineros”.
Cuando llegó la policía estaba más tranquilo. Y, es que se había cortado las manos y sangraba mucho. Ya en el hospital, le respondieron que no tenían cupos, razón por lo que estuvo dos días en la Unidad de Urgencia, tras lo cual emanó una orden de tribunales para que procedan a su internación.
La mamá está desesperada y es que, no hay centros que lo reciban por la agresividad en que cae su hijo cuando se descompensa. “¿Cuántas veces más voy a tener que seguir aguantando la misma situación? Ahora estamos corriendo riesgo los dos, porque se podría haber cortado más profundo, y me podría haber pasado algo. En el hospital, me dicen que lo van a dar de alta, pero yo ni siquiera he podido verlo, porque se ha descompensado muchas veces”, complementa.
El miedo es que le pase algo, y ya no lo pueda cuidar, que va a pasar con su hijo si ella no está, que pasará si un día no lo puede controlar y le hace daño. Cada día lucha por salir adelante y trata de mejorar su ánimo, pero es difícil porque con desesperanza ve que no hay alternativas.
La mamá cuenta que tras recibir su alta médica, trató de cumplir como todos los deseos que tenía, salieron a comer, a comprar ropa, y ella siempre anticipando cualquier cosa que le pudiese provocar una crisis, hasta que ocurrió.
En la desesperanza de haber pedido ayuda y de no tener alternativas, hoy da cuenta que es necesario contar con un centro que acoja a estas personas cuya discapacidad es grave y que supera las redes familiares de cuidado. Uno que le brinde apoyo, a madres que a pesar de todas las dificultades han luchado por salir adelante.